La situación de Cristian Martínez Poch, el disc jockey detenido días atrás en La Plata por privación de la libertad y abuso sexual de su pareja y dos de sus hijas, se complicó ayer después de que la Justicia penal secuestró medicamentos psicotrópicos y analgésicos de la casa donde vivía el imputado. De esa manera se confirmó la denuncia de la mujer, de que el acusado la drogaba para someterla sexualmente.

Los medicamentos fueron encontrados durante un allanamiento que realizó ayer al mediodía el fiscal platense Marcelo Romero en un departamento de un edificio ubicado en la calle 23, entre 58 y 59, de La Plata, donde vivía Martínez Poch, de 50 años, con su pareja, la abogada Vanesa Rial, de 38. En el allanamiento se secuestraron también jeringas, lo que en principio corroboraría los dichos de la víctima en torno de que el imputado la drogaba para luego abusar sexualmente de ella.

Los elementos secuestrados, junto a dos computadoras y numerosos CD, DVD y pendrives, serán analizados por la Justicia, aunque sin duda complican aun más la situación procesal del disc jockey, luego de que el fiscal amplió la imputación a “abuso calificado”.

Martínez Poch había sido detenido por “privación ilegal de la libertad doblemente agravada por violencia y amenazas en perjuicio de su pareja” y por “corrupción de menores agravada por violencia, amenazas, intimidación y coerción y abuso sexualmente ultrajante para las víctimas” del que habrían resultado afectadas dos de sus hijas cuando eran menores, según declararon ellas ante el fiscal.

Sin embargo, cuando la pareja del imputado amplió la declaración ante el fiscal relató que le suministraba psicofármacos para concretar los abusos sexuales, por lo que el fiscal pidió la ampliación de la imputación al juez de garantías.

Según fuentes judiciales, el magistrado hizo lugar a ese pedido, por lo que Martínez Poch será indagado por el delito de “abuso calificado” y luego el juez de garantías deberá resolver si le dicta la prisión preventiva.

El caso se dio a conocer el martes 24 de septiembre, cuando la abogada Rial fue rescatada por la policía, tras allanarse el departamento donde Martínez Poch, según denunció ella, la tenía cautiva desde principios de este mes. Durante ese tiempo, el hombre la golpeó, la drogó y abusó sexualmente de ella, según relató la víctima a la prensa y ante el fiscal. Dos días después de la liberación de la mujer, el viernes 26 de septiembre, prestaron declaración testimonial ante Romero dos de sus hijas, de 19 y 20 años. Las jóvenes, quienes ya no viven con su padre, se presentaron ante la Justicia de forma espontánea luego de la difusión del caso de Vanesa Rial. En esa ocasión, las hijas relataron que tras la muerte de su madre, cuando eran niñas, fueron abusadas por su padre. El sábado de la semana pasada el acusado llegó a la fiscalía custodiado por efectivos del Servicio Penitenciario Bonaerense, citado porque debían notificarlo de los nuevos cargos en su contra. Tras el encuentro con Poch, el fiscal contó que el detenido “estaba muy calmo, escuchó los cargos y se fue”. “Lo noté preocupado, a nivel personal, él va tomando conciencia de su situación procesal”, afirmó, en esa ocasión, el funcionario judicial. Además, en esa oportunidad, Romero recordó que la fiscalía tiene un mes para decidir si pide o no la prisión preventiva y explicó que Poch continuará en la alcaidía por quince días más para que “después la decisión del juez de garantías defina si es trasladado a una unidad penal o no”.