Una diseñadora de interiores fue encontrada muerta con cortes en el cuello y signos de haber sido entrangulada en su departamento del barrio de San Telmo. La policía comprobó también que faltaba dinero y una computadora y que las llaves de las hornallas de la cocina estaban abiertas. Ni la puerta de calle del edificio ni la del departamento estaban violentadas, por lo que los investigadores sospechan que la víctima conocía al asesino, aunque no descartan la posibilidad de un engaño.

Si bien trascendió ayer, el asesinato de Celina Bergantiños, una joven de 29 años que trabajaba en el shopping Buenos Aires Design de Recoleta, fue descubierto el sábado a las 15.30, en una de las viviendas de un PH ubicado en la calle Bolívar 743, entre Chile y avenida Independencia.

En principio, se informó que la policía había llegado alertada por vecinos que sentían un fuerte olor a gas que provenía del departamento de la víctima, ubicado al fondo del pasillo común del PH y en el primer piso. Sin embargo, más tarde se aclaró que fue un podador de árboles quien, trepado a una escalera, llegó a ver el cuerpo ensangrentado por una ventana y alertó a la policía. Además, cuando los efectivos de la Comisaría 2ª ya habían arribado a la escena del crimen, el padre de la víctima llegó al PH, preocupado porque su hija no contestaba llamados ni mensajes desde hacía varias horas.

Bergantiños, quien vivía sola y alquilaba el departamento hace seis meses, fue encontrada tirada en el living, boca arriba, con varias lesiones cortantes en el cuello. Además, al momento de entrar al departamento, la policía comprobó que las llaves de gas de las hornallas estaban abiertas y que tanto el living como la habitación de la mujer estaban en desorden.

Tras realizar un primer análisis del cadáver, los especialistas de la Unidad Tanatológica de la Policía Científica determinaron que la víctima presentaba al menos tres cortes superficiales en el cuello y un hematoma en un brazo.

Pero con el resultado final de la autopsia, conocido el domingo, se estableció que la joven murió por compresión manual en el cuello, es decir, que fue estrangulada por el asesino tras ser herida con un arma blanca. La autopsia determinó que el crimen se había cometido el sábado.

Allegados que conocían la casa declararon ante la policía, por lo que se pudo determinar que faltaba una computadora portátil de la víctima y una suma de dinero que la diseñadora tenía ahorrada en dólares y euros y no fue hallada en el cajón revuelto donde la guardaba. Al menos un testigo también contó que Bergantiños estaba preocupada porque hacía unos días había descubierto que le faltaban pequeñas sumas de dinero de su casa, pero no lo denunció.

En tanto, ninguno de los accesos –ni la puerta de calle, ni la del departamento– estaban violentado, por lo que se cree que el asesino era conocido de la víctima o logró ingresar a la casa con algún engaño.

El caso, caratulado como “homicidio”, es investigado por la fiscal María Paula Asaro, la misma que actúa en la causa por el crimen de Angeles Rawson y detuvo por el homicidio al portero Jorge Mangeri. La fiscal convocó para la investigación a la División Homicidios y a la Comisaría 2ª de la Federal. Hasta el momento, se cree que quien cometió el crimen conocía a la joven y entró en su domicilio con su consentimiento. Además, los investigadores sospechan que el asesino abrió las llave de las hornallas para provocar una importante pérdida de gas en el departamento y asegurar así la muerte de la diseñadora.

El sábado, un grupo de peritos de la Unidad Criminalística Móvil de la Policía Científica de la PFA relevó la escena del crimen en busca de rastros que conduzcan a quien cometió el crimen.

Un comerciante de la cuadra –que prefirió no identificarse– dijo ayer que “algunos vecinos del PH comentaron que la chica había cambiado la cerradura hace poco tiempo, pero no dijeron nada respecto de que le hubiesen robado hace poco”.