Sáb 26.07.2003

SOCIEDAD

El rector que se escandalizó por el beso de una pareja gay por la TV

Para el rector de la UNC, fueron “unas imágenes repugnantes”. Generó rechazos dentro y afuera de la universidad.

La entrevista radial tenía que ver con la posible aceptación de la cobertura a parejas del mismo sexo, en la obra social de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Pero, como se sabe, una cosa lleva a la otra y la conversación derivó en las repercusiones del primer “casamiento” gay ocurrido la semana pasada en la Ciudad de Buenos Aires. “Fueron unas imágenes repugnantes”, dijo entonces el rector Jorge González, en referencia a las imágenes del beso entre los contrayentes, al salir del registro civil. Entonces estalló la polémica. “Que dos personas se besen siempre es un acto de amor. No entiendo cómo a alguien puede repugnarle eso”, expresó César Cigliutti, presidente de la CHA y, además, uno de los protagonistas del beso. Para la decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNC, por su parte, las declaraciones del rector son “socialmente peligrosas”, ya que fomentan la discriminación.
Hugo Centurión, un no docente que trabaja en la Universidad Nacional de Córdoba había presentado la semana pasada un proyecto para que la Daspu –la obra social del personal de la universidad– diera cobertura a las parejas homosexuales, posibilidad que, según se conoció ayer, estaba abierta desde 1998. Pero este dato antes no se sabía y frente a este pedido lo mejor era preguntarle al rector de esa alta casa de estudios sobre el tema.
“Me parece muy bueno el proyecto presentado en Daspu para que se amplíe la base del servicio. Estoy en contra de cualquier tipo de discriminación de las minorías sexuales”, comenzó diciendo con gran respeto en el programa radial Lagarto Show el rector Jorge González, un ingeniero de extracción radical, de 70 años, que fue decano de la facultad de Ciencias Exactas de la UNC y desde el 2001, se desempeña como la máxima autoridad de la universidad.
Por eso resultó aún más sorprendente que minutos después, cuando la conversación derivó hacia las repercusiones de la reciente unión civil celebrada en la Ciudad de Buenos Aires, girara tan radicalmente su punto de vista. “Me repugna ver besos entre homosexuales” dijo en relación a las imágenes que mostraron a los novios a la salida del registro civil, antes de cargar contra lo que consideró una práctica “exhibicionista”.
“Cada uno puede hacer con su vida privada lo que quiera, pero tiene que existir un equilibrio para que estas ostentaciones públicas de la sexualidad no terminen dañando sobre todo a los más pequeños, que a esa hora están frente al televisor”, afirmó el rector. Una posición muy similar a la que alguna vez sostuvo el ya fallecido cardenal Antonio Quarracino, quien propuso enviar a los homosexuales a una isla para que hicieran allí lo que quisieran sin tener la posibilidad de afectar al resto de la sociedad.
Tras las declaraciones, tanto desde dentro de la universidad como desde afuera, comenzaron a llover las críticas. “Claro que el beso afectó la mente de los niños, e incluso de toda la sociedad, pero en forma positiva. Lo que son negativas son este tipo de declaraciones, sobre todo en un país donde la discriminación, como ocurrió justamente en Córdoba con el caso de Vanesa Ledesma, quien fuera asesinada dentro de una comisaría, puede terminar en la muerte”, comentó Cigliutti.
En el mismo sentido también se expresó la decana de la facultad de Filosofía y Letras, la licenciada Carolina Scotto. “Creo que sus declaraciones son, en principio, políticamente incorrectas, porque generan un retroceso por sobre lo que la sociedad está discutiendo hoy en día, socialmente peligrosas, ya que fomentan la discriminación y éticamente reprochables”, dijo la decana quien, si bien lo cree improbable, no descartó la posibilidad de que el Consejo Superior de la Universidad sancione al rector por sus declaraciones. “El rector tiene la libertad de decir lo que quiera, pero creo que tiene que ser cuidadoso y responsable en sus dichos ya que representa al conjunto de la comunidad académica”, añadió. Mientras todo esto ocurría González, por su parte, encontró defensores en donde quizás nunca lo hubiera imaginado. “La culpa es de la prensa que muestra las cosas en forma escandalosa y abre el espacio para estas opiniones. El rector no es un hombre discriminador. De hecho nosotras firmamos con la universidad durante su período de gestión varios proyectos en conjunto e incluso se nos permite ir con ropas femeninas a clase sin ningún problema”, remarcó Vanesa Piedrabuena, integrante de la Asociación de Travestis Unidos de Córdoba.

Producción: Damián Paikin

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