La Cámara Federal de Casación Penal condenó a penas de entre 11 y 18 años de prisión a cinco integrantes de una banda acusada de haber secuestrado en 2003 en Corrientes al joven Cristian Schaerer, los cuales habían sido absueltos en el juicio oral realizado en 2009. El fallo de la Sala III alcanza al policía Miguel Angel Ramírez (18 años), a los hermanos Sergio y Oscar Salgán (17), María Esther Sudo (17) y su hijo, Jorge Sudo (11), sentenciados por “secuestro extorsivo agravado por la participación de tres o más personas”. También confirmó la pena de 25 años a los líderes de la banca, Cristian Carro Córdoba y Raúl “Caniche” Salgán, y a 12 a Claudio Cornelli Belén, y elevaron la pena de 16 a 20 años para Gonzalo “Paragüita” Acosta.

Schaerer fue secuestrado la noche del 21 de septiembre de 2003 cuando descendía de su auto Mercedes Benz para abrir el portón del garaje de su casa del barrio Las Tejas, a 15 cuadras del microcentro correntino. Durante la investigación, se determinó que los secuestradores lo mantuvieron oculto en la localidad de Saladas, a 100 kilómetros de la capital provincial, la ciudad correntina de Paso de los Libres y la brasileña de Uruguayana.

Dos meses después de su secuestro, la madre de Cristian pagó un rescate de 277.000 dólares en la paraguaya Ciudad del Este, pero Cristian nunca fue liberado. Los camaristas Liliana Catucci, Mariano Borinsky y Eduardo Riggi analizaron pormenorizadamente el rol que tuvo cada integrante de la banda, pero especialmente el de aquellos que fueron absueltos en el juicio oral.

El segundo juicio por el secuestro del estudiante universitario Schaerer, que nunca apareció, culminó en agosto de 2009 y debido a las condenas y absoluciones dispuestas por el Tribunal Oral Federal de Corrientes el caso llegó a Casación, que ahora anuló gran parte de la sentencia. En el segundo juicio, Carro Córdoba y Raúl Salgán fueron condenados a 25 años; Gonzalo Acosta recibió 16; Miguel Ramírez, María y Jorge Sudo y Sergio y Oscar Salgán habían sido absueltos.

Tanto la querella y la fiscalía como las defensas de los acusados condenados interpuso acciones que derivaron a la Casación.

Para imponer las penas, los camaristas dijeron que “no puede soslayarse la trágica consecuencia del hecho, que no sólo ha marcado la vida de la víctima, de tan sólo 21 años, sino que, sin duda alguna, afecta diariamente a su núcleo familiar, que difícilmente pueda desarrollar su vida cotidiana exenta de sentimientos de profundo dolor y tristeza”.