Sáb 30.11.2013

SOCIEDAD  › UN HOMBRE MANTUVO CAUTIVA Y AMENAZADA A SU EX MUJER

Rehén de la violencia

Durante más de cuatro horas, el hombre tuvo como rehén a su ex mujer, a quien tenía prohibido acercarse por violento. Su reclamo era que la Justicia levantara esa restricción.

“Te las voy a cobrar todas juntas”, le dijo a su ex mujer después de sorprenderla en la habitación de la casa. Ella no lo esperaba allí. Por antecedentes violentos, tenía prohibido acercarse a la casa. De hecho, ayer la Justicia había prorrogado esa restricción. La golpeó a trompadas y machetazos. Durante cuatro horas y media la mantuvo cautiva. El final del drama, esta vez, no estuvo teñido por la tragedia. La mujer pudo ser rescatada con vida por la policía, mientras que el captor fue detenido y trasladado a la comisaría. Se le secuestraron una carabina y un machete.

Omar Andrés Deget, de 42 años, tomó de rehén a su ex pareja, Miriam Rosa Toledo, de 40 años, en su casa del barrio San José, en Capilla del Señor, a la altura del kilómetro 3 de la ruta provincial 39, a 82 kilómetros de Buenos Aires. El hombre ya había sido denunciado por agresiones y la jueza que intervino en el caso le impuso una restricción de acercamiento a la vivienda por 90 días. Ayer, ante el vencimiento de esa medida, la jueza decidió extender por tres meses más la prohibición. La reacción de Deget fue inmediata.

Cerca de las dos y media de la tarde de ayer, Toledo llegó a su casa acompañada de su sobrina, Miriam Blanco. “Habíamos vuelto de Cardales. Estábamos en el comedor y ella fue a la pieza. Ahí se encontró con él. La agarró, la tiró al suelo y empezó a pegarle. Le dijo que se las iba a cobrar todas juntas. Después se encerró y yo pateé la puerta. Fui a buscar ayuda y con mi hermana llamamos al patrullero dos veces porque no venía”, contó Miriam. Al lugar llegó la policía local, el jefe de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin; el fiscal de Campana, Juan José Maraggi, y los encargados de la negociación del Grupo Halcón. El captor exigió la presencia de la jueza que había dictado la restricción. En un principio, Deget aseguraba que en el interior de la casa también estaban los hijos de la pareja –un chico de 8 años y una adolescente de 14–, lo que poco después se descartó ya que ambos se encontraban en la escuela.

Tras largas horas de negociación, el hombre se entregó a la policía alrededor de las siete de la tarde. En la casa se secuestraron un machete y una carabina calibre 22. Después de ser liberada, Toledo tuvo que ser trasladada al hospital de la zona, aunque se encontraba fuera de peligro. Tenía trompadas y golpes de machete en la cara, en la espalda y en los brazos. “Omar es una persona violenta. Es capaz de cualquier cosa, es un tipo muy violento. La vigilaba todo el tiempo. Siempre estaba con un cuchillo o un arma encima. Es un hombre que no respeta nada, amenaza a todo el mundo, mató a los perros de los vecinos”, dijo la sobrina de Toledo. La hermana de la víctima, María Blanco, por su parte, señaló que Deget era “agresivo” y que “desde que eran novios le pegaba y la amenazaba”. “Ella le tenía miedo. El la miraba y ella no sabía dónde meterse. Mil veces le dijo que iba a matarla. No quería que mi hermana lo dejara y le hacía la vida imposible. El solía estar armado con cuchillos y revólveres. Mi hermana vivió un calvario con este hombre. Hubo noches en que le tiraba piedras a la casa o la vigilaba desde el campo de enfrente.” La relación entre Toledo y Deget se había terminado hacía tres meses, luego de 20 años, contaron los familiares.

Matzkin, quien estuvo coordinando el operativo para rescatar a la víctima, destacó el accionar de los negociadores que “muy profesionalmente, como es su estilo, lograron convencer a la persona de que deponga su actitud”. Además dijo que se trató de un “tema netamente familiar, no obstante ha sido una toma de rehenes”. En tanto, el fiscal de Campana, Maraggi, sostuvo que fue un caso típico de violencia de género y precisó que los delitos que se le imputan a Deget son los de “privación ilegal de la libertad”, “desobediencia” y “lesiones”. “El pedía que se dejara sin efecto la restricción”, aseguró Maraggi, que explicó que “hubo varias denuncias que estaban tramitando y por eso era la prohibición de acercamiento” a la vivienda.

El fiscal dijo que en la negociación intervino, además de los escuadrones del Grupo Halcón, un hermano de Deget y que para que se entregara, al hombre no se le prometió nada, sólo las garantías del debido proceso, por lo que alrededor de las 19 salió de la casa y se pudo rescatar a la mujer.

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