SOCIEDAD › PROPUESTA PARA ELIMINAR EN LOS MEDIOS LOS MENSAJES QUE DISCRIMINAN A MUJERES Y NIÑAS
La defensora del Público propone que 2014 sea declarado como un año dedicado a promover la igualdad entre hombres y mujeres. Busca fomentar el debate para que en radio y televisión se eliminen las expresiones que denigran y cosifican a las mujeres.
› Por Mariana Carbajal
La Defensoría del Público, que encabeza la periodista Cynthia Ottaviano, impulsa que el Estado nacional declare el próximo 2014 como “Año de lucha contra la violencia mediática contra las mujeres”. El objetivo es empezar a limpiar las pantallas y las emisiones radiales de mensajes que discriminen, humillen y cosifiquen a mujeres y niñas. “Desde la radio y la televisión se puede discriminar, pero también se puede incluir. La radio y la tevé no son entelequias, son medios de comunicación, construidos por comunicadores, con intereses políticos, económicos e ideológicos concretos. Es hora de que la radio y la tevé contribuyan al desarrollo sociocultural de la Argentina, que promuevan la igualdad entre hombres y mujeres, y que eviten la discriminación por todo motivo, incluido el género”, señaló Ottaviano en una entrevista de Página/12, donde explicó los alcances de su iniciativa.
Esta idea encuentra un marco de acción específico, complementario a los lineamientos que impulsa la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, explicó Ottaviano, y adelantó que desde el organismo desarrollarán una serie de acciones para motivar la reflexión de la sociedad sobre la problemática de la violencia mediática, entre ellas la capacitación de profesionales de la comunicación y la producción de campañas audiovisuales.
La violencia mediática contra las mujeres está definida en la ley 26.485 como “aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres” (art. 6, inc. f). La LSCA tiene entre sus responsabilidades velar porque los medios de comunicación audiovisual cumplan con la Ley 26.485 en relación con este tema.
–¿Cuál es el objetivo de su propuesta? –le preguntó Página/12.
–Convocar a una tarea conjunta a diferentes organismos públicos y organizaciones de la sociedad civil para desarrollar una campaña que nos permita contribuir a la eliminación de la violencia mediática hacia la mujer, promoviendo valores de igualdad, sensibilizando a la sociedad, para que el nuevo paradigma de la comunicación en la perspectiva de los derechos humanos sea concreto y tangible. Al comprender que la lesbofobia, por ejemplo, es una construcción cultural, que los medios de comunicación son productores de sentido, creemos que tenemos una oportunidad extraordinaria de sumar esfuerzos y experiencias, y desarrollar una serie de acciones durante un año continuo y planificado, para prevenir y erradicar la violencia mediática contra las mujeres.
–¿Cuáles son las expresiones de la violencia mediática que han identificado?
–Durante el año de trabajo de la Defensoría hemos comprobado que tenemos audiencias activas preocupadas y sensibilizadas con la cosificación, la sexualización y estigmatización recurrentes en la radio y en la televisión. Tenemos varios ejemplos, muchos de ellos en el ámbito de las publicidades.
–¿Cómo piensa que se puede revertir la violencia mediática?
–En la Defensoría estamos llamados a canalizar los reclamos de las audiencias, comprendidas como nuevos sujetos de derecho, y creemos que la capacitación para los comunicadores, el intercambio de ideas y problemáticas de la construcción comunicacional, la concreción de campañas gráficas y audiovisuales continuas que permitan la reflexión, pueden contribuir a modificar la práctica cultural que denigra, difama y humilla a la mujer, camino a una sociedad más democrática, inclusiva e igualitaria.
–No es sólo un problema de las publicidades. Es frecuente en programas de radio, especialmente en FM, y de tevé que se desvalorice a las mujeres, que sean tratadas como objeto sexual, cosificadas, hasta humilladas...
–En principio es necesario reconocer que la radio y la televisión construyen sentido y subjetividades de manera permanente y que nuestra sociedad está atravesada por distintas violencias, entre ellas las violencias simbólica y mediática contra las mujeres. Es una posibilidad muy evidente que tanto la radio como la tevé pueden expresar esas diferencias socioculturales, que conforman la estructura social, y que incluso pueden seguir naturalizándolas, con discursos sexistas. Pero también resulta evidente, entonces, y ése es mi punto de vista, que desde los medios de comunicación se puede aceptar el desafío transformador del cambio.
–¿Cómo van a trabajar desde la Defensoría para que se cambien ese tipo de contenidos y enfoques?
–Desde la Defensoría creemos que hacen falta políticas públicas diseñadas a largo plazo, como proponemos, para ir logrando transformaciones en las representaciones mediáticas. Desde el primer día, asumimos nuestra responsabilidad en tres planos o dimensiones específicas: realizamos una tarea pedagógica profunda en la educación crítica de las audiencias, con desarrollo en escuelas, universidades, barrios y organizaciones de la sociedad civil; concretamos encuentros de debate permanente con los trabajadores de la comunicación, periodistas, locutores, camarógrafos, productores, productores ejecutivos, gerentes y publicistas, y convocamos a reuniones y encuentros a los representantes de los licenciatarios, porque consideramos que podrían contribuir a una transformación vertical. Ahora proponemos amplificar las preocupaciones de las audiencias en la concreción de un “Año de lucha contra la violencia mediática”, en la tarea interrelacionada que puede tener la Defensoría con el Inadi, la Afsca y tantos otros organismos que trabajan desde hace mucho tiempo en todo el país.
–¿Piensa que serían necesarias sanciones económicas para quienes emitan contenidos que constituyan violencia mediática?
–En la Defensoría no creemos en las sanciones como un factor transformador social a largo plazo. Nuestro rol es el de ser mediadores, puente y enlace entre las audiencias y los distintos actores de la comunicación. Hemos tenido encuentros muy profundos con los diversos representantes de canales, radios, agencias de publicidad y otras organizaciones en los que hemos debatido sobre la necesidad de cuestionar las miradas estereotipantes y de buscar nuevas formas de transgresión, de incorporar las distintas perspectivas sobre la vida y el mundo, y de dejar de reducirnos a objetos de posesión y dominio. El camino es el de plena sinergia, entre el Estado y la sociedad civil, para que nuestra sociedad altamente mediatizada reconozca a los nuevos sujetos de derecho y deje de oprimirlos, de deshumanizarlos, como ocurre muchas veces.
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