SOCIEDAD › MARCHA A UN AñO DE UN AHORCAMIENTO EN LA SECCIONAL DE MADARIAGA
El 13 de enero de 2013, Damián Sepúlveda fue hallado ahorcado con una remera en una celda de la comisaría de General Madariaga. La familia, los testimonios y la segunda autopsia apuntan contra una vendetta de un policía.
› Por Horacio Cecchi
Como todos los 13 de cada mes, después del 13 de enero del año pasado, los familiares de Damián Alejandro Sepúlveda marcharán desde la Municipalidad de General Madariaga hasta la iglesia, pasando delante de la comisaría local, donde el joven, de 27 años, apareció ahorcado en un caso que vislumbra animosidad de uno de los presuntos guardianes del orden: Sepúlveda era hostigado desde hacía tiempo por un uniformado porque había piropeado a una chica que resultó ser la novia del policía. Tal como señaló este diario en marzo, dos meses después del suicidio por terceros, la segunda autopsia, varios testimonios, pruebas plantadas y otras que desaparecieron, demuestran sin necesidad de imaginación que los Bonaerenses tenían cierta inquina con Sepúlveda y que decidieron darla por finalizada. Hoy, a las 20, encabezados por los padres y la hermana de Sepúlveda, Teresa Tisera, los familiares volverán a su reclamo. Esperan la aprobación del Concejo Deliberante para la colocación frente a la comisaría de una placa con el texto que grafica su reclamo: “Damián Alejandro Sepúlveda. Asesinado en esta comisaría el 13 de enero de 2013”.
“Estamos desamparados judicialmente y nos vemos obligados a protestar por justicia mediante una marcha pacífica en la cual se mostrará un video de Damián como así también se colocará una placa recordatoria en la vereda de la seccional donde fue asesinado.” El texto, escrito por Teresa Beatriz Tisera, hermana mayor de Sepúlveda, describe el estado de situación. Alejada de un centro urbano grande, sin la asistencia mediática que cuentan otros casos en los que la inseguridad arrastra los micrófonos, perdida entre la urdimbre que teje la Bonaerense como paraguas de sí misma, y las dificultades en la investigación, el caso Sepúlveda tiende a perderse en el tiempo y el anonimato.
Sepúlveda apareció ahorcado el 13 de enero al mediodía, en una celda de la comisaría local. La muerte desató la reacción de vecinos que apedrearon la seccional, reacción de la que la familia se distanció. El caso llegó inusitadamente rápido a la fiscalía de Pinamar, con jurisdicción en la zona. Ocurre que la casualidad dio que la auxiliar letrada de la fiscalía, Agustina Amigorena, se encontraba en la propia comisaría cuando Sepúlveda fue suicidado. Pese al desbande que se desató, los Bonaerenses lograron disimular el hecho e informarle a la autoridad judicial 15 minutos después de cerrar el acta donde informaron lo que pasó. El acta escrita según fuentes policiales, a la típica usanza mediática, quedó sin embargo como primer jalón de la causa. Se sabe que en los casos policiales, el que escribe primero, escribe mejor.
La Bonaerense fue apartada de la causa, una medida de protocolo, pero la primera autopsia fue realizada en la asesoría pericial de Lomas de Zamora, a cargo de un ex Bonaerense. El primer informe dictaminó que se había suicidado, lo que nadie ponía en duda. La discusión era quién lo había hecho. La querella logró imponer la necesidad de una segunda autopsia. En esta ocasión, y con peritos neutrales y en La Plata, se determinó que existían múltiples lesiones en el cuero cabelludo desde la frente hasta la nuca; lesiones en el cuello no explicadas en profundidad en la autopsia de fuentes policiales; una lesión en el tórax realizada con un elemento que podría ser un bastón, con tanta fuerza que fracturó la costilla; lesiones en brazos y espalda; y una lesión de un escopetazo ocurrida bastante tiempo antes (formó parte del hostigamiento al que estaba sometido Sepúlveda). La hipótesis es que lo golpearon en el tórax al detenerlo, lo patearon, lo golpearon en la cabeza, perdió el conocimiento, se dieron cuenta de que se les fue la mano. Y, desmayado, prefirió suicidarse.
La autopsia, claro, nunca especifica con nombre y apellido al/los autor/es ni responsabiliza enfáticamente a los hombres de la Bonaerense. Sólo que los golpes detallados los recibió en una celda policial. Suponer quién fue queda en manos de los investigadores. Por las dudas, desde marzo la fiscalía está planeando una nueva autopsia. No es un lugar común. La pide por las dudas que todavía tienen.
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