SOCIEDAD › UN AULA “MODULAR”, AL DOBLE QUE UNA TRADICIONAL
La legisladora porteña María Rosa Muiños (FpV) denunció que la fabricación de aulas de material cuesta alrededor de 350.000 pesos, casi menos de la mitad que el precio publicado en los pliegos de licitación de las aulas “container” que el gobierno porteño está utilizando para responder a la falta de vacantes.
De acuerdo con un estudio realizado por la legisladora y su equipo, a partir de los índices del valor de la construcción publicados para el mes de enero, el metro cuadrado oscila entre los 7000 y 10.000 pesos. Así, se define que el precio promedio de un aula de material es de 350.000 pesos. En tanto, el pliego de licitación de los “equipamientos modulares” estipula que cada una tiene aproximadamente 45 metros cuadrados, y cuesta 650.000 pesos, incluyendo instalación eléctrica, desagües, aire acondicionado, aislación de lana de roca mineral, ventanas con doble vidrio hermético y persianas de PVC.
El metro cuadrado de la construcción contempla mano de obra y materiales necesarios como ladrillos, cementos, electricidad, terminaciones de plomería, por lo que el estudio realizado por Muiños estableció un precio promedio de 8000 pesos para realizar la medición.
La legisladora Muiños denunció el “problema histórico” por la falta de vacantes y criticó que “se necesitó de esta inscripción on line para salir a contratar, en una licitación millonaria, módulos de Durlock y chapa a precios altísimos por metro cuadrado, comparado con la construcción tradicional, para resolver esta deficiencia que data de años”.
La instalación de las aulas “modulares” en distintos puntos de la ciudad, principalmente en la zona sur, generó en el último mes el rechazo generalizado de la comunidad educativa, especialmente de padres, docentes y vecinos, quienes en algunos lugares impidieron la colocación de las construcciones con diversas protestas, mientras que en otros modificaron la decisión de las autoridades educativas y forzaron reasignaciones de espacio dentro de cada establecimiento.
La oposición de los padres impidió instalar las aulas en el jardín Granaderos, en Libertador al 4900, y en el complejo que integran los jardines 5 y 9 y la escuela primaria 23 en el Bajo Flores, en donde un padre metió los pies en el cemento fresco para impedir que comenzara la instalación de los módulos.
Además, en el barrio de La Boca, padres de alumnos del jardín de infantes Nº 7 Casa Amarilla, ubicado en Palos y Blanes, bloquearon la instalación de aulas container. También hubo protestas de vecinos en un predio en el Barrio Piedrabuena, en donde hace dos años una ley obliga al gobierno porteño a construir un Polo Educativo del cual sólo empezó uno de los tres edificios –que permanece inconcluso–, y en cuyo predio la semana pasada comenzó a instalar módulos, supuestamente, para un jardín nuevo.
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