SOCIEDAD › EL TITULAR DE ARSAT DESTACA EL AVAL DE UNA ASEGURADORA INTERNACIONAL AL PROYECTO
El lanzamiento del primer satélite argentino de comunicaciones, previsto para agosto o septiembre, cuenta con el respaldo de un broker internacional de la industrial, con el cual se firma hoy el contrato de seguro.
“El Arsat-1 reemplazará a un satélite alquilado y va a brindar los mismos servicios de telefonía, televisión e Internet, pero con mayor calidad y menor cantidad de divisas giradas al exterior”, destacó, en diálogo con Página/12, Matías Bianchi, director de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (Arsat), respecto del satélite argentino que será lanzado entre el 15 de agosto y el 15 de septiembre próximos. Hoy se firmará el contrato mediante el cual un asegurador internacional de la industria espacial internacional se hará cargo del seguro del equipo.
“La firma de la póliza es un trabajo conjunto con Nación Seguros y la empresa multinacional de industria espacial International Space Brokers, de Aon Risk, que finalmente va a comprometerse con el seguro a un valor record. Si bien es un resguardo patrimonial, en este caso, también es un reconocimiento internacional importante a la Argentina como productor de satélites de calidad. Es muy gratificante”, destacó Bianchi.
El satélite geoestacionario Arsat-1, fabricado por completo con recursos del país, será lanzado al espacio para brindar servicios de televisión, telefonía e Internet en todo el territorio argentino. Con esta plataforma, Argentina se convierte en uno de los ocho países en el mundo que producen sus propios satélites geoestacionarios y, junto a Estados Unidos, el único en América. El contrato que se firmará hoy reasegurará no sólo este aparato, sino también el Arsat-2, que se encuentra en proceso de elaboración y está programado para volar el próximo año.
El Arsat-1, de 3925 metros de alto y 16.416 de largo, con los paneles solares extendidos, y tres toneladas de peso, es el primero de los satélites del Sistema Satelital Geoestacionario Argentino de Telecomunicaciones, un plan que implica el diseño y la fabricación de tres aparatos propios para incrementar la capacidad argentina en telecomunicaciones y promover la industria nacional. Esta primera plataforma “va a transmitir en banda Ku, con alcance a todo el territorio, señales de video y servicios de TDH (Televisión Directa al Hogar), de Internet, datos y telefonía. Va a permitir llegar, por ejemplo, a 2500 escuelas rurales, empresas de telefonía celular y cajeros automáticos en zonas aisladas”, indicó Bianchi, en diálogo con Página/12.
“El precio del seguro es la mitad de lo que se paga por cualquier satélite que no haya volado antes. Además, la oferta supone una cobertura que abarca los 15 años de vida útil e incluye también a un segundo satélite que estará listo para 2015”, detalló el director de la empresa, dependiente del Ministerio de Planificación Federal de la Nación, creada en 2006 para mantener las dos posiciones orbitales del país en el espacio.
“Hay una estrategia a nivel nacional de proteger las órbitas, porque, si no se usan con satélites, se pierden. Esto implicaba una gran costo económico y de comunicación. El Arsat-1 reemplaza a un satélite alquilado y va a brindar los mismos servicios pero con mayor calidad y menor cantidad de divisas giradas al exterior.”
“Especialistas de Aon vinieron al país e hicieron un examen muy riguroso. Buscaron conocer personalmente a la gente a cargo del proyecto, cómo funciona y se fabrica el satélite, los elementos que lo componen, presenciaron los ensayos de prueba. Con eso, realizaron un análisis de gestión de riesgos e hicieron su recomendación”, relató Bianchi, que agregó que “faltan ensayos ambientales que aseguren que las señales que reboten del satélite hacia la Tierra sean las diseñadas”.
Con respecto a la fecha de lanzamiento, Bianchi confió que será “entre el 15 de agosto y el 15 de septiembre, en Guayana Francesa. Una semana antes del despegue, Aon nos va a confirmar el día exacto”. “El lanzamiento es una operación que dura ocho minutos pero es muy compleja. El cohete deja el satélite a 250 kilómetros de altura y después hay que subirlo a 36.000 kilómetros, lo que implica usar la mayor parte del combustible de la máquina. Por eso hay que ser muy precisos, lo que quede del combustible va a ser lo que le permita al aparato mantenerse en el espacio con vida útil”, explicó.
Arsat recibió la colaboración de la empresa Invap, de la provincia de Río Negro, responsable del gerenciamiento del proyecto, el de-sarrollo completo de la ingeniería, su fabricación y puesta en órbita. Para Bianchi, “uno de los méritos del proyecto es que casi todas sus fases se realizaron en el país y con recursos nacionales, ahorrando costos y tiempo. Excepto el lanzamiento, en el que no contamos con un lanzador nacional, el resto de las instancias se realizaron acá con equipamiento nuevo y personal local. Esto derrama conocimientos en otras industrias”.
“Que un máximo exponente de la industria satelital haya ofrecido este tipo de seguro es para inflar el pecho por la calidad del trabajo realizado. Es un reconocimiento grande a la pasión y el compromiso de todo el grupo humano involucrado. Mucha gente que se había ido del país volvió por el proyecto. También es un paso adelante muy importante en la decisión de hacer satélites en el país”, enfatizó Bianchi.
Informe: Gonzalo Olaberría
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