SOCIEDAD
› ESTUDIAN SU EFECTO SOBRE 400 PACIENTES EN HOSPITALES BRITANICOS
Cannabis, un analgésico en comprimidos
› Por Pedro Lipcovich
Cuatrocientos pacientes de hospitales públicos británicos recibirán pastillas con derivados de la marihuana, en el más amplio estudio que se haya emprendido para evaluar las propiedades terapéuticas –en este caso, analgésicas– de la cannabis. La Asociación Médica de ese país apoya únicamente la investigación y afirma que sólo deben usarse terapéuticamente determinados componentes de la planta. En cambio, una representante de pacientes con esclerosis múltiple sostuvo que este estudio es “una táctica dilatoria”, porque ya se conocen las propiedades terapéuticas de la marihuana: “¿Por qué no podemos cultivar nuestras propias plantas?”. Un destacado especialista pasó en limpio para este diario los principales efectos terapéuticos “comprobados” de la cannabis.
El estudio abarcará 36 hospitales públicos británicos, será financiado por el Estado y desarrollado por el Consejo de Investigación Médica bajo la dirección del Imperial College. Comprenderá 400 pacientes que hayan sido sometidos a intervenciones quirúrgicas. A cada uno de ellos se le administrará, al azar, una de cuatro pastillas: o bien una cápsula con extracto de cannabis; o bien una cápsula con tetrahidrocanabinol –ingrediente activo de la marihuana– o una cápsula con un analgésico convencional o una cápsula con placebo.
Cada hora, los investigadores le preguntarán al paciente si el dolor de la operación se reduce o no; el paciente en cualquier momento podrá interrumpir el experimento y solicitar un analgésico convencional. Los resultados debieran permitir “determinar si los tratamientos basados en cannabis son efectivos”, según el proyecto. Los derivados de cannabis que recibirán los pacientes no tendrán efectos psicoactivos sino sólo analgésicos.
La Asociación Médica Británica se mostró de acuerdo con la investigación y manifestó que sólo deberían usarse en la práctica médica los componentes activos identificados de la cannabis, ya que la planta como tal contiene otros componentes que pueden ser tóxicos.
En contrapartida, la señora Biz Ivol, de una entidad de pacientes con esclerosis múltiple, sostuvo que la investigación es “una táctica dilatoria: ya se han hecho muchos ensayos clínicos de este tipo, desde hace treinta años. Hay miles de personas con diferentes enfermedades que ya usan cannabis para aliviar sus dolores: ¿por qué no podemos cultivar nuestras plantas y usarlas como nos parezca?”.
Aquiles Roncoroni –profesor emérito de la Facultad de Medicina de la UBA– señaló a este diario que “las propiedades analgésicas de la cannabis están comprobadas: hay otros analgésicos mejores, que son los opiáceos, pero tienen muchos más efectos secundarios. También se conocen los efectos antivomitivos de la cannabis, especialmente en pacientes que reciben quimioterapia: hay otro fármaco quizá más efectivo, el ondasetron, pero requiere la vía endovenosa. También está demostrado el efecto estimulante del apetito en pacientes con cáncer o sida; hay otra droga más efectiva, el megestrol, pero su efecto secundario es la impotencia sexual”.