SOCIEDAD
El caso brasileño de lucha contra el sida, explicado por su ministro
Costa Lima contó a Página/12 cómo será la nueva embestida contra los laboratorios. Acuerdos en Salud entre Brasil y Argentina.
› Por Pedro Lipcovich
Brasil profundizará su política de producción estatal de medicamentos contra el sida, y el presidente Lula dictará un decreto para permitir la importación de esos fármacos desde países que los producen por fuera de las leyes de patentes. Lo anunció en Buenos Aires el ministro de Salud de ese país, Humberto Costa Lima, quien también hizo público su propósito de incorporar a la legislación brasileña la política de prescripción por el nombre genérico que ya funciona en la Argentina. El funcionario y su colega argentino, Ginés González García, reconocieron el problema de la falta de investigación en medicamentos para enfermedades “huérfanas”, como el paludismo y el mal de los rastrojos, y prometieron aunar esfuerzos para paliarla. Costa Lima, además, detalló para Página/12 los ejes de la política de Estado contra el VIH/sida, sostenida por los sucesivos gobiernos de su país, que ha situado internacionalmente a Brasil como modelo en el área.
“Cuando, hace tres años, el anterior gobierno brasileño amenazó con producir por sí mismo los medicamentos contra el sida, los laboratorios multinacionales aceptaron negociar y terminaron bajando los precios hasta un 40 por ciento. Pero, entonces, el gobierno no siguió avanzando hacia la producción propia de remedios, y ahora quieren aumentar los precios de nuevo”, contó Humberto Costa Lima, ministro de Salud de Brasil.
La respuesta que Costa Lima anticipó es: “Reactivar la producción de medicamentos contra el VIH/sida, a través de una inversión de más de 13 millones de dólares. Vamos a elaborar especialmente tres de los 15 antirretrovirales, que nos demandan tanto como el 65 por ciento de los 200 millones de dólares que gastamos en total para comprar medicamentos. Pero la puesta en marcha de esta producción demorará más de un año: por eso, el presidente Lula da Silva dictará un decreto autorizando a comprar estos medicamentos en países como la India, que los producen por fuera de los acuerdos de patentes”. Laboratorios estatales de Brasil fabrican ya ocho de estos fármacos.
“Hemos formado un grupo de negociación entre el gobierno y la industria para que las empresas bajen los precios o autoricen a que otros produzcan los mismos medicamentos en Brasil –agregó el ministro–; si no se llega a un acuerdo, emitiremos licencias compulsivas para que puedan fabricarse en Brasil, por laboratorios estatales o privados.”
Estas medidas se toman en el marco de la batalla política que ganó Brasil hace tres meses, cuando la asamblea de la Organización Mundial de la Salud pidió a los países “adaptar sus legislaciones para aprovechar la flexibilidad contenida en el Acuerdo sobre Propiedad Intelectual y Comercio”. Esto quiere decir que, cuando “razones de emergencia sanitaria” así lo exijan, un país puede fabricar por su cuenta medicamentos ya patentados, o bien importar copias de medicamentos patentados de países que los produzcan más baratos. El conflicto se planteará el mes que viene, en la reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que tendrá lugar en Cancún: “Somos optimistas –dijo Costa Lima–. Estimamos posible un acuerdo, ya que Estados Unidos se está limitando a exigir que los países no hagan uso comercial de esas facultades reservadas para la emergencia sanitaria, y esto se puede lograr”.
El funcionario anunció también que “procuramos una legislación que exija a los médicos la prescripción por el nombre genérico, para garantizar precios menores, tal como se ha logrado en la Argentina”. Costa Lima y su colega argentino Ginés González García firmaron ayer en Buenos Aires un acuerdo de cooperación que abarcará las políticas de medicamentos, antitabáquica, salud de fronteras (en especial frenar la difusión del dengue y la fiebre amarilla), trasplantes de órganos y fiscalización de remedios y alimentos.
Ambos ministros anunciaron también su disposición a impulsar la investigación en medicamentos contra enfermedades “huérfanas”, que en términos de mercado no son rentables para las empresas. “Es el caso de lamalaria (paludismo) y la lepra, endémicas en mi país –precisó Costa Lima-: en Brasil tenemos 17 laboratorios estatales y nos proponemos que los más avanzados investiguen en estas áreas.” González García ratificó “la marcha del proyecto de desarrollar desde el Estado argentino la vacuna contra el mal de los rastrojos” y destacó que “la investigación no debe quedar totalmente en manos del mercado”.
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