Decenas de familiares de los 13 hombres y mujeres desaparecidos luego de que un alud los sepultara mientras trabajaban en una mina ilegal en el oeste de Colombia, pasaron la noche del jueves al viernes a la intemperie, esperando recibir noticias del rescate, pero sin expectativas de que haya sobrevivientes. “Estoy esperando que saquen a mi hermano con su esposa, que están allá abajo en el hueco. Yo sé que ya murieron pero no los voy a dejar solos”, dijo un minero que pidió no ser identificado y que también trabajaba en el yacimiento de oro a cielo abierto afectado. Más de 48 horas después del alud ocurrido el miércoles en la noche, sólo fueron rescataron los cuerpos de tres fallecidos, y ni los socorristas ni los familiares pensaban ayer que pudiera haber sobrevivientes. “Consideramos que es muy difícil encontrar sobrevivientes porque la cantidad de tierra que cayó sobre las víctimas es más o menos unas 10 toneladas”, señaló Graciela Tovar, presidenta de Defensa Civil de la localidad. Un trabajador, que ese día no estaba en la mina, cobraba 800.000 pesos colombianos (400 dólares) al mes por operar el motor de una bomba de extracción de agua.