SOCIEDAD › UN INFORME DE LA OMS SOBRE CONSUMO DE ALCOHOL UBICA A LA ARGENTINA EN SEGUNDO LUGAR EN AMéRICA LATINA
Según el Informe Global sobre Alcohol y Salud, el consumo en el país para mayores de 15 años, por año y per cápita, es de 9,3 litros. Uno de cada cinco bebedores se emborracha una vez por mes. En la región, el primero en el ranking es Chile. La OMS impulsa la prohibición total de la publicidad de bebidas alcohólicas.
› Por Pedro Lipcovich
La Argentina está segunda en consumo de alcohol en América latina, por detrás de Chile, según el informe que dio a conocer ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS). El documento advierte que cada año en el mundo se producen más de tres millones de muertes ligadas al alcohol –más que el total causado por el sida, la tuberculosis y la violencia, en conjunto–. La mortalidad incluye enfermedades, siniestros viales y homicidios. Los mayores consumos se registran en Europa del Este, Rusia y países como Portugal y Canadá. Y se prevé una suba de consumo en la India y China, en relación con el incremento en los ingresos y el marketing de la industria. La OMS impulsa la prohibición total de la publicidad de bebidas alcohólicas y el patrocinio de eventos por la industria del alcohol. Una funcionaria de OPS advirtió a este diario que “la ‘autorregulación’ de la industria no sirve, porque las empresas violan sus propios códigos”. Otras medidas fuertemente recomendadas son el aumento del precio de las bebidas alcohólicas y la limitación de horas y días en que se permite su venta.
Ayer la OMS presentó el Informe Global sobre Alcohol y Salud, según el cual el consumo en la Argentina, por año y per cápita, para personas de 15 o más años, fue de 9,3 litros (de alcohol puro) entre 2008 y 2012. La medición anterior, entre 2003 y 2005, había arrojado 9,6. En el mismo período, el consumo en las Américas bajó de 9,2 a 8,4 litros por persona. Hay fuerte diferencia entre el consumo de los hombres, que en el país asciende a 13,6 litros por año, y el de las mujeres, que no supera los 5,2 litros.
El país que más consume en América latina es Chile, con 9,6 litros por persona cada año (13.9 los hombres y 5,5 las mujeres). Después de la Argentina siguen Paraguay (8,8 litros), Brasil (8,7) y Perú (8,1). Uruguay consume 7,6 litros por persona.
La OMS destacó su preocupación por el consumo excesivo de alcohol en situaciones específicas, sobre todo por jóvenes. En la Argentina, la prevalencia de “episodios fuertes de ingesta de alcohol” (consumo equivalente a cuatro medidas de vodka por lo menos una vez en los últimos 30 días) alcanzó al 24 por ciento de los hombres, pero sólo al 0,8 por ciento de las mujeres. Considerando a los bebedores habituales, la proporción que tuvo un “episodio fuerte” llegó al 34,2 por ciento entre los hombres y al 1,7 por ciento entre las mujeres, con un porcentaje total del 20,4: uno de cada cinco bebedores se emborracha una vez por mes.
Si se considera el conjunto de los “desórdenes en el uso del alcohol”, en la Argentina abarcan el 9 por ciento de la población masculina y al 2,5 por ciento de la población femenina. En el 4,8 por ciento de los hombres y el 1,2 por ciento de las mujeres se llega a la “dependencia” respecto del alcohol. Teniendo en cuenta ambos sexos, los “desórdenes” llegan al 5,7 por ciento y la dependencia es del 2,9 por ciento. Para las Américas, los números son: 6 por ciento de “desórdenes” y 3,4 por ciento de dependencia del alcohol.
Considerando sólo a los bebedores habituales, el consumo anual per cápita en la Argentina es de 19,5 litros de alcohol para los hombres y 10,9 para las bebedoras. La tasa mundial llega a 21,2 litros para hombres y 8,4 para mujeres.
En el mundo, la proporción de personas que beben alcohol (en consumos no necesariamente problemáticos) es del 47,7 por ciento de los hombres y el 28,9 de las mujeres. La OMS también estimó el consumo según clase social, y hay que decir que los ricos toman más: en la franja de “altos ingresos”, el 75,6 por ciento de los hombres y el 63,6 por ciento de las mujeres beben; en clase media alta, el 57,3 y el 32,5 por ciento; clase media baja, el 28 y el 11 por ciento; y en “bajos ingresos”, beben habitualmente el 24,9 por ciento de los hombres y el 11,9 por ciento de las mujeres en el mundo. Entre los bebedores en general, la prevalencia de “episodios fuertes” llega al 21,5 por ciento de los hombres del mundo y al 5,7 por ciento de las mujeres, pero, entre los de “altos ingresos”, el 30,2 de los hombres y el 13,2 de las mujeres se tomó cuatro vodkas al hilo el mes pasado; entre los de “bajos ingresos” el episodio abarcó sólo al 14,5 de los hombres y al 5,4 de las mujeres. Claro que, aunque los ricos beban más, los perjuicios sanitarios y económicos del alcohol se potencian en los pobres, puntualiza la OMS.
El hecho es que, para los próximos cinco años, “la tendencia prevalente en el mundo es un aumento en el consumo de alcohol per cápita. Esto se debe principalmente al aumento del consumo de alcohol en China y la India, a su vez vinculable con el incremento del ingreso en estos países y el activo marketing de la industria del alcohol”.
Entretanto, “los datos disponibles sugieren que el uso dañino del alcohol se ubica como el principal factor de riesgo y discapacidad en muchas partes del mundo para personas de entre 15 y 49 años”. Por eso, “los objetivos de la Estrategia Global sobre el Alcohol incluyen la reducción de por lo menos el diez por ciento del consumo dañino de alcohol para 2025”.
A diferencia de su posición con respecto al tabaco, la OMS admite para el alcohol un consumo no dañino, para el cual no fija límites numéricos, sino –aclaró Shekhar Saxena, director del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias Psicoactivas de la OMS– que “se advierte sobre los aspectos perjudiciales de una ingesta no responsable”.
Maristela Monteiro, asesora principal sobre Alcohol y Abuso de Sustancias de la OPS, en diálogo con Página/12 precisó que “las medidas más costoefectivas son: regulación del precio, de la disponibilidad (ver aparte) y del marketing. Esas son las medidas más urgentes que recomienda la OMS”.
“Es prioridad de la OMS enfrentar la promoción del consumo de alcohol a través de la publicidad y el patrocinio, de innegable gravedad cuando se trata de eventos deportivos”, dijo Monteiro, en relación con la preocupación por hechos como el patrocinio de una firma cervecera al Mundial de Fútbol del mes que viene, donde estará permitido beber alcohol en los estadios.
“En diversos deportes la industria de bebidas alcohólicas recurre al patrocinio”, puntualizó Monteiro, y destacó que “en los últimos años, distintos estudios vinculan la publicidad de bebidas alcohólicas con un mayor consumo, especialmente en niños y menores de edad. En distintos países se planteó la ‘autorregulación’ desde la propia industria, pero ya contamos con estudios que muestran cómo la industria viola sus propios códigos”.
“Aunque la industria dice que no induce el consumo en menores, los productos que salieron en los últimos años son específicamente más atractivos para los jóvenes –señaló la funcionaria de OPS–: dulces, con colores distintos y llamativos, y con un marketing adecuado al estilo de vida juvenil. También hay datos recientes que muestran cómo la publicidad se dirige a desarrollar el mercado de las mujeres jóvenes, y en efecto se registra un aumento en el consumo entre las chicas.”
Lo que la OMS considera más efectivo es “la prohibición total de la publicidad y el patrocinio en todos los medios”, subrayó Monteiro: “Es lo más efectivo y lo más fácil de implementar: a diferencia de las regulaciones de contenido, no hacen falta comités para revisar cada propaganda ni establecer en qué lugares se puede publicitar y en cuáles no. Francia, Finlandia y Ecuador han tomado ya medidas de prohibición de publicidad y patrocinio”.
El 5,9 por ciento de los fallecimientos en el mundo (7,6 por ciento en hombres y 4 por ciento en mujeres) se debe a enfermedades, siniestros viales y homicidios causados por el alcohol. Los mayores consumidores son Rusia, los países de Europa del Este, Portugal, la mayoría de los países de la Unión Europea, Canadá, Australia y Sudáfrica. La mitad del consumo mundial es de bebidas destiladas; el 34,8 por ciento es cerveza y el 8 por ciento, vino. La Argentina es uno de los países donde, en cambio, toma la delantera el vino, con el 48 por ciento del consumo, seguido por la cerveza (40,7 por ciento) y, mucho más atrás, las bebidas destiladas (5,8 por ciento).
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