SOCIEDAD › EN LA CASA DE MERLO DONDE MATARON A UNA FAMILIA
Peritos hallaron dentro de la vivienda que se quemó una botella de plástico con combustible. Habría sido utilizada por quien provocó el incendio: la tiró por la única ventana de la casa.
Los peritos que trabajan en la causa por la masacre de Merlo, en la que ocho integrantes de una familia murieron en un incendio, informaron ayer que dentro de la casa que se quemó hallaron una botella con líquido inflamable que ayudó a propagar el fuego. Se trata de un envase plástico de gaseosa, de 600 centímetros cúbicos, que encontraron semiderretido dentro de la escena del crimen, en el barrio parque San Martín, del partido del oeste del conurbano. “Las pericias ya determinaron que en esa botella había un acelerante, y si bien aún las muestras están en laboratorio, lo más probable es que ese acelerante sea nafta”, dijo uno de los investigadores. Una de las hipótesis supone que Cristian Leonardo “Memo” Ledesma habría cargado la botella de un ciclomotor encontrado por la policía en una de las viviendas relacionadas con el sospechoso.
Los peritajes realizados el jueves pasado ya habían establecido que el fuego se inició en una cama cucheta pegada al único ventiluz de la vivienda. Tras encontrar la botella, suponen que ésta había sido arrojada encendida por esa única abertura que tenía la casa, como una bomba incendiaria.
Mientras tanto, el fiscal de Morón a cargo de la causa, Sergio Di Leo, ayer tomó declaración a los principales testigos del caso. En base a las pruebas reunidas, en los próximos días podría solicitar al juez de Garantías Alfredo Meade la prisión preventiva para Ledesma, según informaron fuentes judiciales.
Ledesma Méndez se encuentra imputado por los delitos de “homicidio agravado, por haberse cometido con un medio idóneo para causar un peligro común y por resultar la víctima mujer, cometido por violencia de género, y homicidio agravado por el medio idóneo para causar un peligro común reiterado con pluralidad de víctimas, todos ellos en concurso real entre sí”. El sospechoso continúa preso en la unidad carcelaria Nº 46 de José León Suárez, en el partido de San Martín, donde fue sometido a pericias psiquiátricas y psicológicas para determinar si es o no imputable, ya que estuvo internado en neuropsiquiátricos. Según las mismas fuentes, el primer psiquiatra policial que lo evaluó el viernes por la noche tras su detención aconsejó tenerlo medicado debido a que lo vio desequilibrado.
Ledesma admitió el sábado que tenía una “relación conflictiva” con su ex mujer, pero se negó a declarar sobre si tuvo vinculación con los homicidios y hasta le pidió al fiscal ver a un pastor evangelista.
La masacre fue cometida el jueves pasado en la precaria vivienda, de siete metros por cuatro, ubicada en las calles Iwanowski y Larsen. Cerca de la una de la mañana la casa comenzó a incendiarse. Allí murieron la ex pareja del detenido, María Karina Flamenco (38), su actual pareja, Gastón Olivera (31), y los seis hijos de ella: Yael (13), Briana (11), Sakira (10), Alejo (6), Nayla (5) e Ian (4), cuyo padre era Méndez. Según el resultado de las autopsias, toda la familia murió por inhalación de monóxido de carbono. Sólo cinco de los niños fueron llevados por los vecinos a un hospital de la zona, pero llegaron sin signos vitales.
Memo Ledesma Méndez fue mencionado por familiares y vecinos de las víctimas como principal sospechoso, ya que acosaba y amenazaba constantemente a su ex. La mujer había denunciado varias veces por maltrato y amenazas al detenido, la última vez, el 7 de marzo, en la comisaría de la localidad de Parque San Martín. Según los vecinos, la mujer había tapado con cemento las aberturas de la casa y cerraba las puertas con candado por temor a su ex pareja.
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