En Turquía, por lo menos 157 trabajadores murieron y otros 300, hasta anoche, permanecían atrapados bajo tierra luego de una explosión en una mina de carbón en Manisa. El operativo de rescate, que continuaba al cierre de esta edición, incluye el bombeo de aire al interior de la mina, mientras que en la superficie el humo y el polvillo de la explosión permanecían en el aire, dificultando las tareas. El alcalde de la ciudad, Cengiz Ergun, informó que “había 580 mineros durante la explosión, 75 han sido rescatados heridos y por ahora han sido sacados 157 cadáveres. Me temo que ese número subirá”. El líder del sindicato de mineros, Nurettin Akcul, detalló que entre 200 y 300 trabajadores no habían logrado escapar. Los rescatistas estimaron que los mineros están atrapados a dos kilómetros de profundidad y a unos cuatro kilómetros de una salida.

La explosión, de acuerdo con el sindicalista Akcul, fue causada por un fallo eléctrico. Esa explosión tuvo lugar a 200 metros de profundidad, pero a una distancia de dos kilómetros desde la boca de la mina, cuyas medidas de seguridad fueron cuestionadas el mes pasado en el Parlamento, aunque el oficialismo se negó a revisarlas. Turquía tiene un largo historial de accidentes mineros, entre los cuales el de mayor gravedad acaeció en 1992 en Zonguldak, una mina cercana a la costa del Mar Negro donde murieron 270 personas. Los sindicatos mineros han venido denunciando que en el país se producen accidentes con más frecuencia que en Europa debido a la falta de medidas de seguridad y equipamiento.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, sigue de cerca las labores de rescate y el presidente, Abdullah Gül, ordenó movilizar a todas las fuerzas. La aviación turca puso a disposición un avión para trasladar equipos de rescate adicionales desde el norte del país. Mientras se llevaba adelante el operativo, el ministro Yildiz advirtió que los rescatistas y las autoridades eran conscientes de que “el tiempo trabaja en contra” de los 400 efectivos que buscan a los trabajadores atrapados.

“Hay trabajadores muertos y heridos. Estoy preocupado por la evolución de las cosas”, reconoció Yildiz.

“Nadie tiene números claros. Pero es una gran tragedia. El número de muertos podría ser mucho más alto que el dado por el alcalde. Están sacando muchos cuerpos tapados con mantas. Algunos hablan de hasta 250 muertos”, dijo Mustafa Moroglu, diputado del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP). “Están preparando frigoríficos para los cuerpos. Es seguro uno de los más grandes, si no el desastre minero más grande en la historia del país”, agregó el legislador.

La mina pertenece a una empresa privada que emplea a 6500 trabajadores en Soma, una ciudad con amplios yacimientos de carbón en la provincia de Manisa. Los mineros atrapados tienen máscaras de gas a su disposición, pero los rescatistas ignoran cuánto tiempo podrían sobrevivir en esas condiciones.