Familiares y vecinos de la niña de tres años que el domingo último murió al ser atropellada por un colectivo de la línea 12, en el barrio porteño de Barracas, causaron destrozos en automóviles y arrojaron piedras contra la terminal de la empresa en esa zona de la ciudad, cuando reclamaban justicia y exigían una respuesta de la compañía. Un grupo de personas se acercó anoche a Pedro de Luján y Vieytes para exigir “justicia” y quejarse porque la empresa de colectivos no se acercó a la familia de la víctima tras el accidente, dijeron algunos manifestantes. La pequeña Tiara, de tres años, vivía en la calle, bajo una cobertura de chapas y nailon que su familia había montado en la vereda, en Azara y Quinquela Martín. Allí se encontraba junto a sus familiares cuando el conductor de un interno de la línea 12 que estaba fuera de recorrido perdió el control y arrolló la precaria casilla donde se refugiaban de la lluvia.