El 21 de junio fue el día más corto del año en el Hemisferio Sur. Ahora el sol recuperará sus fuerzas, y los días comenzarán a ser gradualmente más largos. En ese marco, caen las hojas para volver a crecer nuevamente. Es el volver a nacer de la vida.

Los pueblos de nuestro hemisferio, que viven y miran la realidad desde su territorio, lo festejan. Es maravilloso destacar que el presidente de Bolivia, Evo Morales, recibió el despuntar del sol, el Nuevo Año andino amazónico.

En la Patagonia, las comunidades mapuches celebraron el Wiñoy Xipantv. Más al norte se realizó la fiesta del Sol: el Inti Raymi.

Sin embargo, estas celebraciones que atravesaron nuestra Sudamérica estuvieron ausentes en los medios de comunicación dominantes.

Esto se debe a que los pueblos originarios, que fueron víctimas de un genocidio en el pasado, son invisibilizados en nuestro presente. Cuando aparecen en los medios, muchas veces son ridiculizados o representados como sinónimo de atraso.

Como señala el Observatorio de la Discriminación de Radio y Televisión del Inadi, “en los medios de comunicación, la presencia de los pueblos indígenas es escasa, por no decir que suelen ser invisibilizados. Cuando no es así, la mirada es, en términos generales, estigmatizante”. Asimismo, destaca el Observatorio “la histórica estigmatización de los pueblos indígenas mediante atributos como el salvajismo, la pobreza, la brutalidad y la ignorancia”.

Lo que subyace es que hay una mirada eurocéntrica que nos sigue dominando. Una idealización que no terminamos de borrar, mientras negamos nuestra identidad. Siempre es bueno recordar que el 56 por ciento de los argentinos tenemos antepasados indígenas. Así lo determinó un estudio realizado por el Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Universidad de Buenos Aires.

En este momento histórico en el cual nos animamos a repensar nuestra identidad, podemos proyectar un futuro más acorde con nuestro territorio y con nuestros pueblos.

* Licenciado en Comunicación Social (UNLZ).