Vie 08.08.2014

SOCIEDAD  › BUSCO Y ENCONTRO AL ASESINO DE SU HIJO

Madre justicia

Un hombre fue condenado a 15 años de prisión por haber asesinado de un balazo en diciembre de 2005 a un chico en el Bajo Flores. Pudo ser juzgado porque la madre de la víctima lo encontró, después de ocho años de búsqueda, y dio aviso a las autoridades, que lo detuvieron en abril último. “Era la sentencia que esperaba, se hizo justicia”, dijo tras escuchar el veredicto Nélida Sérpico, madre de Octavio Gómez (16), por cuyo “homicidio simple” fue sentenciado Facundo Emanuel Caimo (24).

La mujer agradeció a la fiscal Mónica Cuñarro y a su equipo, y luego del veredicto ambas se abrazaron. “Le dije que logramos lo que queríamos lograr”, contó luego.

“Yo anoche tuve un sueño: que mi hijo me decía que me quedara tranquila, que me iba a dejar por un tiempo, pero que quería que fuera la mamá contenta que era siempre”, relató la mujer.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº 1 condenó a Caimo por “homicidio simple en concurso con homicidio simple en grado de tentativa”, el segundo delito en perjuicio de otro joven, sólo identificado como Patrick, herido en el mismo episodio. El veredicto fue leído por Martín Vázquez Acuña, presidente del TOC Nº 1, integrado además por Luis Salas y Alberto Huarte Petite. La pena aplicada fue coincidente con la reclamada en los alegatos por la fiscal.

El hecho ocurrió el 22 de diciembre de 2005, cuando el adolescente fue asesinado de un balazo de una pistola calibre 9 milímetros en Esteban Bonorino al 1800, en el barrio Rivadavia I, del Bajo Flores, en tanto que su amigo Patrick fue herido de gravedad.

Mientras estaba internado, Patrick perdió un riñón como consecuencia del balazo que recibió, pero logró aportarle a la madre de su amigo los datos del atacante, sindicado como miembro de una banda llamada Los Quebrados. Entonces, Nélida inició la búsqueda por los pasillos del barrio, actividad que realizó durante ocho años por la tarde para que ni su propio marido se enterara, ya que el hombre regresaba de trabajar a la medianoche.

La mujer recorría la zona con un identikit escondido en la mano, disfrazada, para no ser identificada. El 5 de abril encontró al sospechoso cerca de donde habían matado a su hijo. Al dar aviso a la comisaría 48ª de la Policía Federal, le pidieron que llamara “nuevamente en unos minutos”, por lo que contactó a la Gendarmería, que detuvo a Caimo. La mujer les indicó a los efectivos cuáles eran las posibles vías de escape, para que hicieran un operativo cerrojo.

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