“Hagamos que el buentrato sea parte de la vida de todos los chicos y chicas de nuestro país.” Con ese slogan, el Gobierno lanzó ayer una campaña que busca instalar en la sociedad que niños, niñas y adolescentes deben ser protegidos contra todo tipo de violencia, incluidas aquellas prácticas que se ejerzan bajo pretextos “correctivos”, como chirlos y coscorrones. Y además que tienen derecho a ser criados en base a relaciones amorosas y de respeto por su dignidad. La campaña, que cuenta con el auspicio de Unicef, incluye spots que se difundirán por radio y televisión y afiches para la vía pública y una petición para que la palabra “buentrato” –así, todo junto– se incorpore al diccionario oficial de la lengua española. La principal causa de que los niños, niñas y adolescentes en la Argentina sean “institucionalizados” es la violencia en el seno de sus familias, según el último relevamiento sobre la situación de la niñez sin cuidados parentales realizado por Unicef y la Secretaría Nacional de Niñez.

La campaña es una iniciativa del Ministerio de Desarrollo Social y el Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familiar, órgano que integran los referentes del área de todas las provincias y de la ciudad de Buenos Aires. Ayer fue presentada en un acto que encabezó la ministra Alicia Kirchner y que contó con la presencia de la flamante representante de Unicef en Argentina, Florence Bauer, y del secretario de Niñez, Gabriel Lerner. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, envió un mensaje disculpándose por su ausencia. “Felizmente no podré acompañarlos”, avisó, en referencia al cambio de agenda que significó el reciente reencuentro con su nieto Guido, tras 36 años de búsqueda.

“Es curioso, pero la palabra buentrato no existe en el diccionario. Sí existe maltrato. Como parte de esta campaña, se busca incluir buentrato en el diccionario de la Real Academia Española, dada la importancia que las palabras tienen en la construcción de nuestra realidad”, explicó a Página/12 la abogada Marisa Graham, directora nacional de Promoción y Protección Integral de la Secretaría de Niñez, al detallar los alcances de la campaña, que tiene como protagonistas a la actriz Agustina Cherri, el animador infantil (Diego) Topa, del canal de Disney, y el conductor de Pakapaka Emiliano Larrea. Algunas piezas incluyen rostros infantiles que interpelan a los adultos pidiéndoles “abrazame”, “hablame”, “escuchame”. La campaña se puede conocer en www.buentrato.gob.ar.

En una segunda etapa, adelantó Graham, las piezas publicitarias estarán dirigidas a desnaturalizar prácticas comunes en muchas familias con frases como “Los chirlos no enseñan, duelen”. Y también en ámbitos educativos, con el objetivo de transmitir la idea de que “El rincón no educa, humilla”. “En muchas familias está internalizado que un ‘buen sopapo a tiempo’ está permitido. Queremos que la sociedad tome conciencia de que no deben tolerarse ese tipo de acciones. Tampoco las agresiones verbales o las descalificaciones a los adolescentes como ‘sos un boludo’. No sólo se dicen en el ámbito familiar, también en los clubes”, señaló Graham. La campaña se replicará en cada provincia, agregó la funcionaria, teniendo en cuenta las particularidades lingüísticas y culturales de cada lugar. Como parte de la movida, se invitará a firmar el petitorio para que la palabra “buentrato” sea parte del diccionario. El apoyo se podrá sumar online en la página de la campaña www.buentrato.gob.ar. Y también en Tecnópolis.

Graham destacó que el “relevamiento sobre situación de niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales”, realizada por la Senaf y Unicef, concluye que la violencia no sólo es la principal causa de ingreso de los niños, niñas y adolescentes a las instituciones cuando son alcanzados por una medida de protección excepcional, sino que es el principal tema de consulta y/o asesoramiento en los distintos dispositivos de recepción de denuncias. En la mayoría de los casos las consultas se refieren a violencia en el seno de la familia, la que abarca tanto castigos corporales –como forma de corrección– hasta los distintos tipos de abuso. Este dato es uno de los fundamentos de la campaña. El otro tiene que ver con algunas de las conclusiones de la Encuesta sobre condiciones de vida de niñez y adolescencia (MICS), cuyos resultados fueron presentados el año pasado por la ministra de Desa-rrollo Social. “En ese estudio se encontró que está bastante naturalizado en familias de todos los sectores sociales distintas formas de maltrato. El estudio destaca que el uso de insultos en la crianza aumenta cuando se incrementa la edad de los niños y la aplicación de castigos –como un golpe en una extremidad, el chirlo, el zamarreo, pegarle con objetos, golpes en la cabeza y palizas– se concentra entre niños y niñas menores de edad –dos a cinco años–, y que los castigos físicos tienen una incidencia relativa mayor en los hogares con adultos con menor promedio de años de escolarización”, señaló Graham. Desnaturalizar y generar intolerancia en la sociedad frente a esas prácticas es el objetivo de la flamante campaña.