SOCIEDAD › PROTESTA CONTRA LOS CIERRES DE CENTROS CULTURALES EN LA CIUDAD
Músicos, bailarines, pintores, milongueros, peñeros, estudiantes y espectadores se juntaron frente a la Jefatura de Gobierno porteña para reclamar el cese de los cierres de sus espacios. Aseguran que los motivos para las clausuras son ilegítimos.
Bajo la consigna “La cultura no se clausura”, unas tres mil personas se manifestaron ayer frente a la Jefatura de Gobierno porteña y el Ministerio de Cultura, ubicados en la Avenida de Mayo, para reclamar por la gran cantidad de clausuras, más de veinte en los últimos dos meses, de espacios donde se difunden y construyen distintas expresiones artísticas y sociales junto a organizaciones y vecinos de los barrios. Músicos, bailarines, pintores, milongueros, peñeros, estudiantes y espectadores, todos de las edades más diversas, participaron en una jornada que incluyó una clase abierta de folklore, orquestas de tango y de percusión y bandas de cumbia y salsa. La protesta concluyó con un simbólico “clausurazo” al ministerio.
Eladio, de 71 años, miraba desde una vereda el baile de un grupo de gente al ritmo de los tambores cuando se animó a confesar que estaba allí “como público, por todos estos chicos jóvenes. Yo vengo a defender el presente con estos artistas a los que de a poco les están sacando el futuro al no dejarlos expresarse cerrando sus lugares”. Durante los últimos tres meses, el gobierno macrista intensificó la clausura de centros y espacios culturales y sociales de distintos barrios porteños. “Estamos acá porque en la Ciudad se está dando un sinfín de clausuras por distintos motivos casi incomprensibles”, aseguró Hugo, del colectivo El Emergente.
En tal sentido, Claudio Gorenman, director del Club Cultural Matienzo y miembro del Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA), afirmó: “Nosotros consideramos que esas clausuras son ilegítimas, como es el caso del Café de los Patriotas, que lo clausuraron porque estaban dando una clase de tango o porque había gente bailando en el caso de La Quince”. “Estamos reclamando para que el jefe de Gobierno de la Ciudad y el ministro de Cultura se hagan responsables, tomen cartas en el asunto”, explicó. Gorenman adelantó que pronto tomará estado parlamentario la Ley de Espacios Culturales en la que vienen trabajando desde hace dos años.
Sheila Loy, del colectivo Abrazo Abierto de folklore y danza, es una profesora perteneciente al grupo que da talleres en peñas y otros espacios. “En una peña se vende bebida, se vende comida, se hace una clase de danzas folklóricas, tocan bandas, se baila, hay artesanos que venden sus artesanías y todo eso tiene que ver con el folklore y con nuestra cultura. Nos damos cuenta de que si no tenemos una ley, una habilitación que abarque todas estas cosas, no podemos seguir existiendo. Necesitamos espacios que funcionen de noche, pero también de día”, aseguró.
Los artistas vinculados con el tango y la milonga plantearon una situación similar. Sergio Ramos, o el “Chino Ramos”, como se lo conoce en el ambiente, representa a las milongas y a los profesores de tango de la Ciudad: “Estamos defendiendo los espacios culturales que fueron clausurados sin justificación o por cuestiones menores. Estamos defendiendo fuentes de trabajo y nuestra cultura popular porque estamos muy limitados”. “No queremos estar fuera de la ley. No queremos alterar el orden ni molestar, esto es algo que proviene del amor. No tenemos ningún tipo de ayuda, pero lo peor de todo es que nos obstruyen las posibilidades.”
Por su parte, Candela Mazza, folklorista quechua, dijo haber participado porque “un pueblo que no sabe de dónde viene es muy difícil que sepa para dónde va a ir, y sin estos pequeños centros, o peñas, ¿cómo vamos a darles una identidad a nuestros niños, los jóvenes nuestros? Necesitan un lugar donde expresarse.”
Informe: Laura Guarinoni.
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