SOCIEDAD › EL JUICIO POR INCESTO CONTRA UN PARIENTE DE LA FAMILIA JUAREZ
La niña confirmó en Cámara Gesell el relato que había hecho hace años. También declaró su madre, quien describió las persecuciones que sufrió tras la denuncia. Contrató a un abogado tucumano porque no encontró letrados no vinculados con los Juárez.
› Por Mariana Carbajal
Una adolescente de 16 años declaró en Cámara Gesell en el juicio que tiene a su papá, un ingeniero de la alta sociedad de Santiago del Estero, sobrino del ex caudillo provincial Carlos Juárez –de cuyo gobierno fue ministro de Economía–, como único acusado de abusar sexualmente de ella, cuando era una niña de alrededor de tres años, en el marco de un régimen de visitas. La adolescente, según confiaron fuentes judiciales, recordó aquellos episodios que marcaron a fuego su niñez y dejó la impresión, en la sala del debate que lleva adelante la Cámara Penal de Juicio Oral de 3ª Nominación, de que no fabulaba ni había inventado los hechos manipulada por su madre, como su padre siempre sostuvo –y suele ser el argumento para desacreditar las imputaciones en su contra de quienes son denunciados por incesto–.
El juicio no es público, según lo dispuso el tribunal –integrado por los jueces José Luis Guzmán, Margarita Piazza de Montoto y Angélica Peralta de Aguirre–, para proteger la intimidad de la presunta víctima, que es menor de edad. Las audiencias comenzaron el martes y en un principio se programaron los alegatos y el veredicto el viernes próximo, pero dado que el Superior Tribunal de Santiago del Estero podría decretar esa jornada feriado judicial por ser el Día del Abogado, se especula que el juicio podría finalizar un día antes, el 28 o el lunes 1º de septiembre. La fiscal del juicio es Erika Leguizamón.
El caso llegó a juicio oral más de una década después de que Luis Alberto Juárez Villegas, hoy de 62 años, fuera denunciado. En su momento las acusaciones sacudieron a la sociedad santiagueña, porque rompían con el mito de que el incesto sólo sucede en familias pobres y marginales. De todas formas, el imputado sostuvo siempre que la madre de la niña, la arquitecta Marta Garay, docente de la Universidad Católica de la provincia, había inducido a su hija para acusarlo, en el marco de un divorcio contradictorio, tildándola de mujer despechada. Juárez Villegas declaró en la primera jornada del juicio, que comenzó el martes. Sus dichos apuntaron a reafirmar esa hipótesis, sobre todo a descalificar pruebas incorporadas al expediente, entre ellas unos dibujos que habría hecho la hija, de pequeña, y que fueron interpretados por distintos peritos especializados como expresiones de la veracidad del incesto denunciado. El imputado alegó que habían sido realizados por su ex esposa. En ellos aparecen figuras humanas tachadas, los genitales del papá, la cara de la niña sin boca, entre otras imágenes. Durante el juicio, está previsto que declare la semana próxima el perito caligráfico que evaluó y certificó que esos dibujos pertenecían a la niña. El acusado también descalificó otras pruebas que lo comprometen, como una declaración que hizo de pequeña su hija en una Cámara Gesell, realizada en la Universidad Católica –cuando todavía ese método de declaración para víctimas de abuso sexual no se había incorporado a la Justicia de la provincia–. Juárez Villegas dijo que no se trató de un relato espontáneo, sino inducido por la psicóloga que la interrogaba. Esa primera Cámara Gesell fue muy discutida como prueba en la causa: finalmente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió que debía ser incorporada como prueba documental en el expediente.
Más de una década después de aquella declaración, el miércoles, en el segundo día del juicio oral, la hija de Juárez Villegas y Garay volvió a relatar aquellos episodios de incesto en otra Cámara Gesell. Contó lo que se acordaba durante unos 50 minutos. Quienes la escucharon dicen que fue contundente, que en la sala quedó claro que no mentía ni había sido manipulada por su madre para inventar un relato en perjuicio del padre.
Por la mañana de ese mismo día, fue el turno de Garay, quien a lo largo de casi cuatro horas detalló cuánto le costó creer en un primer momento los relatos de su hija que daban cuenta de los abusos sexuales durante el régimen de visitas, dijo que demoró en realizar la denuncia porque antes recurrió a diversos especialistas para que entrevistaran a la niña para determinar la veracidad de sus dichos a través de distintas pericias. También recordó que tuvo que huir de la provincia para evitar que sus hijas vieran a su padre, luego de que la Justicia le levantara la suspensión del régimen de visitas (ver aparte); y sostuvo que su ex esposo fue apañado por “los amigos del poder” –dado que la denuncia fue realizada cuando todavía los Juárez reinaban en la provincia–, que por esa razón la causa se demoró tantos años en llegar a juicio, y también afirmó que ella fue hostigada y perseguida por batallar para que el expediente no quedara archivado y dormido. Como muchas madres que acompañan a sus hijas en sus denuncias de incesto, Garay fue acusada en la sociedad de Santiago de ser una “loquita” y de haber actuado por resentimiento contra su ex marido. Juárez Villegas tiene aceitados contactos en la Justicia federal y en la provincial: un hermano suyo es juez; un primo hermano, vocal del Superior Tribunal de Justicia de Santiago del Estero; una cuñada jueza de Familia, y otros parientes son empleados de distintos escalafones. Según contó Garay, uno de los integrantes del tribunal que lo está juzgando suele jugar los sábados al fútbol en una cancha ubicada en un predio del imputado junto con otros integrantes del Poder Judicial.
Garay está representada legalmente por el abogado Arnaldo Ahumada, de Tucumán. La mujer dijo que tuvo que recurrir a un letrado de otra provincia porque en Santiago del Estero le resultó imposible conseguir alguno que no estuviera vinculado con los Juárez. El abogado del imputado es Juan José Saín, defensor de ex represores juzgados por su actuación durante la última dictadura militar en Santiago, uno de ellos Francisco Litán, condenado a perpetua acusado de abuso sexual de detenidas alojadas en centros clandestinos de detención de la provincia. El juicio contra el sobrino de Juárez –como las denuncias en su momento– ha sido silenciados por los diarios locales. Del tema no se habla en Santiago.
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