SOCIEDAD › LA QUERELLA PIDIO 20 AÑOS PARA UN POLICIA ACUSADO DE MATAR AL JUGADOR DE BANFIELD
El crimen ocurrió en 2012 en Burzaco. Ayer, la fiscalía pidió 12 años; la querella, 20. La defensa de David Benítez pidió la absolución o legítima defensa, pero no aportó ninguna prueba. La versión del policía mantiene puntos oscuros. Según los peritos, simuló balazos en su auto.
› Por Horacio Cecchi
Veinte años fue el pedido de condena de los familiares de Lautaro Bugatto, baleado por la espalda por el bonaerense David Benítez en mayo de 2012, durante los alegatos que se realizaron en la audiencia de ayer en los tribunales de Lomas de Zamora. El fiscal del juicio, Jorge Bettini Sansoni, pidió por su lado la pena de 12 años. Ambos, fiscal y querellantes, solicitaron la inmediata detención de Benítez, aunque esto se decidirá el jueves próximo cuando el acusado Benítez haga uso de su derecho a declarar. El día de audiencias fue largo: también alegó el defensor, Juan Carlos Feustel. Su versión repitió la primera versión del policía: Lautaro Bugatto intentaba robar la moto en la que viajaban su hermana y su hija y él disparó siete veces en su defensa. La versión deja detalles, por decirlo así, oscuros: Lautaro murió en la puerta de su casa, cuando subía al Peugeot 206 que tenía a su nombre; recibió el impacto de bala por la espalda; no se encontró ninguna evidencia de que hubiera habido un intercambio de disparos; los siete proyectiles usados salieron del arma reglamentaria de Benítez. Y para completar el manual del Buen Bonaerense, el auto de Benítez fue peritado sin que se hallara un solo rasguño de balas, se lo devolvieron y al día siguiente tenía un lateral agujereado y un foco roto por balas que jamás aparecieron.
La muerte de Lautaro Bugatto ocurrió el 6 de mayo de 2012, a las 3 de la madrugada, en la puerta de su casa de Burzaco, partido de Almirante Brown. Tenía 20 años, una beba de 2, jugaba en Banfield y estaba a préstamo en el Tristán Suárez. Según el relato de los testigos y de la familia de Bugatto, dos ladrones intentaron robar la Zanella en la que viajaban la hermana y la hija de Benítez. El policía se encontraba en su auto con su esposa. Cuando vio la escena, tomó su arma y disparó varias veces desde dentro del auto, y luego salió y siguió disparando de pie.
Lautaro Bugatto iba a bailar. Recibió el tiro por la espalda que le interesó un pulmón. Murió en el hospital.
Durante la investigación del caso ocurrieron algunas situaciones solo sorprendentes si se olvida que por el crimen está imputado un hombre de la Bonaerense. El acusado, Benítez, de 32 años, aseguró que Bugatto lideraba una banda que había intentado robar la moto de su hermana y que lo atacó a tiros cuando él intentó impedirlo.
Las pruebas fueron según la usanza de la policía provincial, como mínimo, raras: Bugatto lideraba una banda que intentó robar una moto en la puerta de su casa. Robaba utilizando un Peugeot 206 gris a su nombre. Lo hacía porque prefería esa adrenalina a la que le provocaría jugar en pocos días en la primera división de su club. Del intercambio de disparos sólo se pudieron encontrar las siete vainas de la pistola reglamentaria de Benítez. El Renault 12 del policía fue secuestrado. “Lo llevaron a la comisaría 5ª de Rafael Calzada –dijo a Página/12 Gonzalo Bugatto, hermano de Lautaro y militante del Movimiento Evita–. Lo analizaron dos peritos. El primero fue tan minucioso que hasta encontró un casquillo del arma de Benítez metido en la luneta usada para colocar el portaequipaje, del lado externo. Pero ninguno de los dos peritos encontró señal alguna de haber recibido impactos. Pero al día siguiente y sin autorización del fiscal, Juan José Vaello, le devolvieron el auto a la esposa del policía. Cuando Vaello se dio cuenta de la maniobra, allanó la casa de Benítez y secuestró el auto. Tenía un impacto en una de las ópticas y otro en un lateral. El perito oficial demostró que no eran impactos de bala sino producidos con “algún objeto punzante”.
La sutileza del foco da rienda suelta a la imaginación bonaerense. “Es tan burdo que le hicieron un agujero al vidrio y se olvidaron del fondo”, dijo Gonzalo Bugatto. Según la defensa, el proyectil de los asaltantes dio en uno de los focos, rompió el vidrio, pero no siguió su camino, no rasguñó el fondo de la óptica, se retractó y dio marcha atrás. Jamás lo encontraron.
Feustel pidió que, en el caso de que no se admitiera la versión de Benítez y no lo absolvieran, se considerara el atenuante de la legítima defensa.
El fiscal pidió que se procesara por falso testimonio a la hermana y a la mujer del acusado por faltar al juramento de verdad como testigos.
Durante la audiencia de ayer estuvieron presentes, junto al hermano de la víctima y su madre, Alicia Giardina, el diputado Leonardo Grosso, del Movimiento Evita y que encabeza la Campaña Contra la Violencia Institucional, los diputados bonaerenses Fernando “Chino” Navarro y Patricia Cubría, Charly Pisoni, de la Secretaría de DD.HH. de la Nación, y militantes de HIJOS y del Movimiento Evita.
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