SOCIEDAD › EL PILOTO DEL AVIóN CAíDO EN NORDELTA RECIBIó UN OFRECIMIENTO DE AYUDA DESDE AEROPARQUE, PERO LA RECHAZó
Desde la torre de control le avisaron a Andrés Deutsch que no estaba en línea con la pista en la que debía aterrizar, pero él respondió que corregiría solo el inconveniente. Buscan determinar si tuvo un problema de salud o hubo algún fallo en la aeronave.
Los investigadores del accidente aéreo en el que murieron el ex dueño de LAPA Gustavo “Andy” Deutsch y su esposa señalaron que si bien “no se descarta ninguna hipótesis”, se puede decir en principio que “los motores funcionaban correctamente y no presentaban fuego” antes de la caída a tierra, motivo por el cual “se buscará determinar si el piloto sufrió algún problema de salud en la etapa final del vuelo (ya estaba próximo al aeroparque Jorge Newbery) o si el avión tuvo otra falla técnica que no fue reportada por el piloto” a la torre de control de esa estación aérea, hacia donde se dirigía. Las mismas fuentes revelaron que, minutos antes de la tragedia, Deutsch mantuvo una comunicación con los operadores de aeroparque, quienes le advirtieron que estaba “fuera de eje”, mal alineado en relación con la pista donde debía aterrizar, y se ofrecieron a darle asistencia, pero el piloto respondió que podía corregirlo solo.
Como parte de la investigación, un equipo de técnicos de la Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil estuvo reuniendo información en el barrio privado de Nordelta, en la zona del Tigre, donde se estrelló el avión Beech E 300 matrícula LV WLT, perteneciente a la empresa Tango Jet SA, propiedad de Deutsch. Por los datos reunidos, se estima que Deutsch intentó aterrizar en la laguna artificial del barrio privado La Isla, pero en el descenso descabezó una palmera, golpeó contra una vivienda, rebotó contra el suelo y chocó finalmente contra una segunda casa, donde terminó su recorrido.
Fuentes allegadas a la investigación aclararon que a raíz del accidente, en el que murieron el empresario y su esposa, Graciela Villarruel, fueron afectadas cinco viviendas y no dos, como se había dicho al principio; sólo una de las casas resultó totalmente destruida, mientras que las otras sufrieron daños parciales. Varias de las viviendas afectadas estaban deshabitadas en ese momento, de manera que no hubo víctimas entre los habitantes del barrio privado. La casa que resultó destruida por completo pertenece a la familia Blaisten, dueña de los locales de venta de materiales de construcción.
La aeronave había salido de “una pista declarada” ubicada dentro de la estancia La Nueva, en la zona de Junín, propiedad del empresario, con un plan de vuelo de 40 minutos hacia el aeroparque metropolitano. El avión, en el momento del accidente, tenía más de la mitad de sus tanques con combustible, lo que le daba una autonomía de vuelo de más de tres horas. Los informantes dijeron que el viernes había partido hacia la casa de campo, desde el aeroparque capitalino.
Como se dijo, las hipótesis del accidente van desde una indisposición repentina del piloto hasta algún inconveniente técnico que no fue denunciado a la torre de control. En el barrio privado, los testigos señalaron que la aeronave venía a una velocidad que estimaron superior a la que desarrollan habitualmente los aviones que pasan por la zona cuando se están aproximando al momento del aterrizaje, dado que allí están muy cerca del punto de destino. Todo parece indicar que “los motores funcionaban a pleno y sin fuego” a la vista, antes de la tragedia, le dijo a este diario una fuente cercana a la investigación.
“Andy, estás perdido, estás fuera del eje, querés que te guíe”, le preguntaron a Deutsch desde la torre de control de Aeroparque. “No, gracias. Ya lo bloqueo, ya lo encuentro”, fue la respuesta del piloto, en el último diálogo que quedó registrado antes de que el avión se estrellara. Deutsch era un piloto experimentado, que incluso había volado aviones de línea.
Un testigo que vio caer al avión aseguró que no había fuego en los motores cuando todavía estaba en vuelo y que se estrelló “a muy alta velocidad”. Las fuentes insistieron en que, si bien “se dijeron muchas cosas, lo concreto es que una sola persona de todas las que en ese momento estaban afuera en el barrio vio caer al avión y quedó claro que no presentaba fuego en ninguno de sus dos motores, lo cual quedó corroborado además por la primera revisión de los restos, ya que los únicos signos de fuego se encontraron en los sitios derivados de la colisión”.
Los restos de la aeronave quedaron diseminados en un radio de unos 200 metros. “El avión llevaba una trayectoria que indica que podría haber intentado bajar en la laguna de La Isla, pero descabezó una palmera, golpeó la galería de una casa, rebotó en el suelo y se estrelló contra la vivienda que quedó totalmente destrozada, esparciendo parte de la aeronave y de los cuerpos, inclusive, por todos lados.”
La máquina pertenecía a la flota de taxis aéreos de la empresa Tango Jet, propiedad de Deutsch, de 78 años. Luego de la última comunicación con la torre “no se sabe más nada. No hubo comunicación sobre ninguna anormalidad, simplemente se perdió contacto en el radar segundos después. Incluso un avión de Austral que venía detrás lo tuvo (visualizado) en sus instrumentos hasta el momento en que se precipitó a tierra”.
Tanto Deutsch, en su carácter de presidente de LAPA, y el entonces vicepresidente Ronald Boyd, estuvieron procesados por la tragedia del vuelo 3142 de la empresa, hoy desafectada del servicio, que el 31 de agosto de 1999, a las 20.54, se estrelló frente al aeroparque metropolitano, luego de carretear por la pista, salir a la calle y estrellarse sin siquiera levantar vuelo hacia su destino en el aeropuerto de la ciudad de Córdoba.
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