SOCIEDAD › CAíDAS DE AVIONETAS EN GENERAL VILLEGAS Y NEUQUéN
En General Villegas, en la provincia de Buenos Aires, las víctimas son dos hombres que se encuentran en estado grave. En Chos Malal, los cuatro ocupantes también sobrevivieron.
A menos de 24 horas de que el avión del ex propietario de LAPA Gustavo Andrés Deutsch cayera sobre el barrio privado Nordelta, en el partido bonaerense de Tigre, otras dos aeronaves se estrellaron ayer, aunque sin sufrir víctimas fatales. En General Villegas, uno de los aparatos se precipitó a tierra en un campo lindante con el aeródromo local y sus dos tripulantes resultaron con heridas de gravedad. A 400 kilómetros al norte de la capital de Neuquén, otra nave se accidentó cerca del aeropuerto de Chos Malal, pero sus cuatro ocupantes salvaron sus vidas y sólo sufrieron lesiones leves.
Los dos accidentes aéreos sucedieron pocas horas después de que Deutsch, de 78 años, y su esposa fallecieran el domingo al precipitarse su aeronave (ver nota principal). Los tres casos están siendo evaluados por la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil.
Dos personas resultaron heridas de gravedad y permanecen hospitalizadas con quemaduras en el rostro y las vías respiratorias, luego de que la avioneta biplaza Beechcraft B 55 matrícula LV-OHD en la que viajaban cayera a las 9.50 en el predio rural Namuncurá, aledaño al aeródromo de General Villegas.
La aeronave siniestrada era piloteada por un instructor de vuelo, identificado por las autoridades como Jorge Irastorza, oriundo de General Pico. A su lado viajaba el propietario de la avioneta, Matías López, de General Villegas, quien estaba sumando horas de vuelo. Los investigadores trataban de establecer las causas de la caída del aeroplano.
“El avión acababa de despegar del aeródromo y unos minutos después de haber levantado vuelo habría tenido un inconveniente en una de sus hélices, que le quitó estabilidad y velocidad. Entonces perdió altura, entró en pérdida y cayó”, dijo el director del aeródromo local, Ezequiel Paul.
El director del Hospital Municipal de General Villegas, Pablo Peralta, señaló que “ambos están graves y tienen quemaduras en la cara” y en las vías respiratorias, por lo cual “su estado es delicado”. La gravedad del cuadro clínico impidió el traslado de los dos tripulantes a un centro de mayor complejidad.
En tanto, el Ministerio de Salud bonaerense precisó que el propietario de la avioneta, de 45 años, tiene el 80 por ciento del cuerpo quemado, mientras que el instructor de vuelo sufrió politraumatismos y su pronóstico es “reservado”.
Más tarde, a las 15.30, otra avioneta se estrelló cerca del aeropuerto de la localidad de Chos Malal, a 400 kilómetros de la ciudad de Neuquén. El aparato sufrió una falla en medio de un giro, se quedó sin reacción y cayó en un campo, a la altura de la Ruta 40 y a unos 1200 metros de la torre de control del aeropuerto.
El jefe de Bomberos de la localidad de Taquimilán, José Sánchez, informó que recibieron un llamado y acudieron rápidamente al lugar de la caída del avión. “Cuando llegamos vimos cómo había quedado destrozada la avioneta, pero nos sorprendió que en ese momento estaban saliendo el piloto y una mujer sin inconvenientes”, dijo el jefe de Bomberos.
Otros dos ocupantes fueron trasladados en un vehículo particular al hospital de Chos Malal por prevención. El lugar de la caída de la máquina quedó resguardado con una guardia policial hasta que se realicen los peritajes correspondientes.
“El piloto me dijo que, a poco de despegar y cuando estaba haciendo un giro, tuvo una falla el motor. No lo pudo controlar y se estrelló, con tanta suerte que ninguno de los cuatro ocupantes sufrió heridas de consideración”, relató Sánchez.
Silvina Torres, una de las sobrevivientes, aseguró que “todo fue muy rápido” y no hubo tiempo para reaccionar, aunque recordó que volaban “muy cerca del piso”. “Ni siquiera hay un quebrado”, indicó. Además, agregó que tanto el piloto como sus compañeros pudieron salir tras sacarse los cinturones de seguridad y ser ayudados por una persona que trabajaba en el lugar.
Los tres pasajeros, que viajaban junto con el piloto, son actores provenientes de Cipolletti y viajaban de regreso a la ciudad, luego de interpretar el sábado pasado una obra de teatro en el predio municipal de Chos Malal. La representación teatral se llamaba El velorio de la azafata.
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