Un policía bonaerense fue condenado a 14 años de prisión por haber asesinado al futbolista Lautaro Bugatto, del club Banfield, cuando la víctima quedó en medio de un asalto cometido en la localidad bonaerense de Burzaco en 2012. El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 10 de Lomas de Zamora consideró al imputado David Ramón Benítez, de 34 años, autor del delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” y ordenó su inmediata detención, ya que había llegado a juicio en libertad.

Además, los jueces Daniel Manzini, Susana Silvestrini y José Ignacio Polizza solicitaron que se inicie una investigación para determinar si su esposa y su hermana cometieron el delito de falso testimonio.

“No puedo decir que estoy feliz, sé que mi hijo va a tener un poco de paz. Estoy conforme siempre que la pena sea efectiva, tiene que pagar por lo que hizo”, expresó Alicia Giardina, madre de la víctima, visiblemente emocionada tras salir de la sala del tercer piso de los tribunales. Para la mujer, “no tiene que quedar ningún crimen sin castigo” y consideró que la condena de Benítez “tiene que sentar precedente”.

La familia estuvo acompañada por amigos y miembros de agrupaciones sociales y políticas, como el Movimiento Evita, en el que milita Gonzalo, hermano de la víctima, Madres del Dolor y Madres en Lucha, quienes llevaban remeras blancas con la inscripción “Justicia por Bugatto”.

Tras escuchar la sentencia, Gonzalo le dijo a Benítez: “Mataste a mi hermano, mirá, ésta es la camiseta con la que iba a jugar en Primera”, mientras le mostraba una casaca del club Banfield con el número 3.

En ese momento, la hermana del policía reaccionó y le gritó a Gonzalo: “Morite, hijo de puta”.

El hermano de Bugatto afirmó que quedaron “conformes con el fallo” porque cumple con lo que ellos pretendían, ya que “en el juicio quedó probado que el enfrentamiento no ocurrió”.

“Benítez llegó al juicio en libertad beneficiado por un cambio de carátula totalmente arbitrario (exceso en la legítima defensa)”, recordó.

Según el hermano, acusaron de “criminal y de violento a quien fue víctima”, por lo que se mostró aliviado, ya que consideró que Lautaro “ahora puede empezar a descansar en paz”. “Por más que se dé la pena más grande de la Tierra la pena nunca va a ser justa, lo más justo habría sido que esto no hubiera sucedido”, concluyó Gonzalo.

El hecho ventilado en el debate ocurrió en la madrugada del 6 de mayo de 2012, cuando Benítez, que estaba franco de servicio y de civil, iba en su auto junto a su esposa por el cruce de avenida Monteverde y Pedro Goyena, de Burzaco, Almirante Brown. Delante iban su hija menor de edad y su hermana en un ciclomotor.

Según la acusación, dos delincuentes quisieron robar el pequeño rodado, por lo que el policía se identificó y efectuó varios disparos con su arma hacia los asaltantes, que no dispararon.

Según declararon amigos de Bugatto que se encontraban con él en la puerta de la casa para ir a bailar, el policía efectuó siete disparos “a mansalva” y “en zigzag”, en uno de los cuales le pegó a Lautaro en la espalda. El futbolista fue cargado en un auto y llevado hasta la Clínica Burzaco, donde finalmente murió.

La versión del policía fue que los asaltantes le dispararon, él quiso defenderse e incluso dio a entender de que uno de ellos sería Bugatto.