Sáb 04.10.2014

SOCIEDAD  › ABSOLVIERON AL MATRIMONIO ACUSADO DE ABUSAR DE DOS COMPAÑERITAS DE LA HIJA

Con el beneficio de la duda

Se trata del productor televisivo y su esposa, acusados de abusar en su casa de un country de Tigre de dos amigas del jardín de su hija. Para el tribunal, no hay pruebas para condenarlos. Hubo gritos, insultos y algún intercambio de golpes al conocerse la sentencia.

El productor televisivo Lucas Montero y su esposa, Carolina Porto, fueron absueltos ayer, por el beneficio de la duda, en un juicio oral en el que estaban imputados por el delito de abuso sexual en perjuicio de dos niñas que eran compañeritas del jardín de infantes al que concurría la hija del matrimonio. Cuando los miembros del Tribunal Oral Nº 2 de San Isidro dieron a conocer la sentencia, se escucharon gritos, insultos y hubo intercambio de golpes, dentro y fuera de la sala, entre los familiares de las presuntas víctimas y de la pareja imputada. El abogado de la familia de una de las nenas, José Luis Vera, anticipó que apelarán el fallo ante la Cámara de Casación Penal y sostuvo que en la causa “hay pruebas suficientes como para revertir el veredicto”. El defensor Fernando Soto aseguró que el caso llegó a juicio oral luego de una “pésima investigación” y “sin ninguna prueba”.

De acuerdo con la denuncia, el abuso sexual habría ocurrido en la casa del matrimonio Montero, en el country Isla del Sol, en el Tigre, donde las dos niñas solían ir a jugar con la hija de los propietarios. Los jueces del Tribunal Nº 2, Esteban Andrejín, Lino Mirabelli y Agustín Gossn, consideraron que las pruebas acumuladas en el debate no eran suficientes para considerar probado el delito de “abuso sexual en concurso real con corrupción de menores, reiterado en dos hechos”, que habían sido sostenidos en la acusación.

Los jueces dijeron en su fallo que “habiendo reparado de manera pormenorizada en el marco evidencial aportado al juicio, no es válido predicar que se hubiese probado, más allá de toda duda razonable, el factum inculpatorio”. El fiscal Jorge Straus había pedido que se condene a siete años de prisión a Montero, de 38 años, y a su esposa, de 37, por “al menos dos hechos de abuso” ocurridos entre agosto y septiembre de 2007, mientras que las querellas habían reclamado 9 años de cárcel para los dos.

Alberto Linares, de la Unidad de Victimología del Ministerio de Justicia de la Nación, que acompañó a las familias de las niñas durante los últimos siete años, opinó que el fallo “es una enorme frustración”. Agregó que los jueces “exigen un nivel de certeza que nunca se puede probar. Es necesario abrir un debate y pensar en la creación de tribunales orales especializados en delitos sexuales”. Recordó que el matrimonio intentó evitar el juicio, pero la Corte Suprema de Justicia ordenó realizarlo.

En su resolución, los magistrados señalaron que al no declarar las niñas en el juicio –ambas tenían 4 años al momento de los supuestos abusos–, sus dichos se escucharon por medio de la reproducción de lo expresado en la cámara Gesell, más el testimonio de los padres de las niñas y de las psicólogas que analizaron el caso. Una de las niñas declaró que en ocasión de concurrir a la casa de los Montero le “sacaron la ropa” y quedó “desnuda”, mientras jugaban a las princesas. La pequeña dijo que no quería volver a ese lugar.

La otra nena contó que el padre de su compañerita, el productor Montero, la “trata mal” y que “lo peor fue lo que hizo” ese hombre. Las que agregaron detalles fueron las madres de las dos niñas. Una de ellas contó que una vez que su hija tenía que ir a la casa del country tuvo “un berrinche” y que cuando ella la retó, la niña le manifestó: “Igual no quiero porque estoy cansada de que el papá me toque”.

Una de las madres declaró que uno de los “juegos” que hacían, supuestamente, los miembros del matrimonio era introducirle unas pelotitas “en las dos colas”. Los jueces desestimaron de plano esa posibilidad porque ninguno de los médicos que revisaron a las dos pequeñas encontraron huellas de lesiones.

Los jueces cuestionaron las declaraciones de las madres y sostuvieron que “construyeron un discurso a partir de la convicción de que los actos inverecundos (sin vergüenza) ocurrieron”. Estimaron que las madres no demostraron “adiestramiento para interrogar (a sus hijas) acerca de tan sensible asunto” y que se dedicaron a relatar la historia que ellas creyeron cierta a todas las madres de los niños que concurrían al jardín.

Para los magistrados, las niñas sólo relataron episodios que las hicieron sentir “ofendidas”, pero no consideraron que esté probado ningún hecho contra su integridad sexual. De todos modos, reconocieron que una de las nenas, en una primera revisación, “tenía vulvitis”, una afección que puede ser compatible con situaciones abusivas o deficiencias higiénicas.

De todos modos, una psicóloga que declaró en el juicio aseguró que lo dichos de una de las niñas “cumple con casi todos los criterios que hacen a un relato creíble o válido”.

La profesional que atendió personalmente a esa niña dijo que a lo largo de tres años de terapia nunca le había relatado ningún abuso, aunque presentaba signos de un cuadro de stress postraumático. En su defensa, Montero, productor del noticiero de Telefe, sostuvo que la denuncia en su contra creó “una psicosis” y que él, en los horarios de los supuestos abusos, nunca estaba en la casa por razones laborales. Los jueces tuvieron en cuenta que ni los imputados ni la hija de ambos tienen algún trastorno psicológico o psiquiátrico acorde con la acusación.

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