SOCIEDAD › EL PRIMER DíA DEL SíNODO DE LA FAMILIA ABRIó TEMAS TABú Y CURIOSAS EXPERIENCIAS
El papa Francisco convocó al debate entre los obispos en la apertura del sínodo. Pidió que todos se expresen libremente, consciente de que los temas propuestos son tabú para la Iglesia. Un matrimonio australiano narró sus experiencias vinculadas con el temario.
Comenzó el Sínodo extraordinario sobre la Familia en el Aula del Sínodo, en el Vaticano. Lo abrió el papa Francisco con una petición a los obispos a “decir todo lo que se siente con parresía”, término griego que significa hablar con total libertad. Lo dijo porque ya se sabía sobre la fuerte polémica que instaló el tema de este sínodo convocado como urgente y extraordinario, cuyos ejes se encuentran en el instrumentum laboris (documento de trabajo) presentado en junio en Roma: convivencia, uniones de hecho, divorciados y vueltos a casar, la homosexualidad y las uniones entre personas del mismo sexo. Temas tabúes para la Iglesia Católica que el documento promueve para que sean aceptados, es decir, reconocer las diferencias, promover una actitud “acogedora” y de “misericordia” hacia todas esas personas que considera en “situación familiar irregular”. El día de apertura un matrimonio católico australiano narró sus curiosas experiencias sobre acogida y comprensión de amigos divorciados, y hasta la anécdota de haber aceptado invitar a una reunión social a su hijo, gay, acompañado de su novio.
Son 253 los participantes en la asamblea, además de varios matrimonios católicos, como la mentada pareja de australianos, que expondrán sus experiencias. El temario del instrumentum laboris será trabajado y debatido durante toda esta semana, y la semana siguiente será dedicada a elaborar un documento conjunto sobre las conclusiones.
La mañana de ayer estuvo dedicada a las presentaciones. El sínodo convocado por Francisco genera gran expectativa por tratar temas que tocan de cerca a los fieles católicos.
El Papa dejó claro en su intervención su intención de que todos hablen con libertad y digan lo que sientan, pero también respetando las opiniones de los demás. Recomendó a todos “decir todo lo que se siente con parresía”. Según Francisco, en la reunión de cardenales de febrero, uno de los prelados le escribió para decirle que algunos no “habían tenido el valor de decir todo lo que pensaban, al creer que el Papa pensaba de manera diferente”. “Esto no está bien”, consideró en su discurso. La verdadera “sinodalidad” es “hablar claro” y “decir todo lo que se siente”, pero al mismo tiempo “acoger con el corazón abierto lo que dicen el resto de hermanos”.
El debate no será público y sólo se conocerán los temas tratados, pero en la relatio disceptationem, texto que engloba las posiciones de partida y que fue leído hoy, se declaró que una posición común es que “los divorciados pertenecen a la Iglesia y no hay que discriminar a los homosexuales”.
Entre las exposiciones que se tienen contempladas durante el Sínodo de la familia, habrá algunas de matrimonios católicos invitados a narrar sus experiencias con casos que hasta la fecha son polémicos para los católicos. El matrimonio formado por Ron y Mavis Pirola, casados hace 55 años, recordó que unos amigos suyos estaban pensando celebrar una reunión familiar una Navidad cuando su hijo homosexual les preguntó si podía asistir su pareja. Ellos recordaron que “creen plenamente en las enseñanzas de la Iglesia” y decidieron aceptar finalmente que su hijo llegara del brazo de su querido.
Los Pirola también relataron una anécdota de una amiga, divorciada. Aseguraron que “no siempre se siente aceptada en su propia parroquia. Aun así –destacaron orgullosos–, va a misa con regularidad y sin quejas, acompañada de sus hijos. Para el resto de su parroquia, ella debería ser un modelo de valentía y compromiso frente a la adversidad. De gente como ella aprendemos a reconocer que todos llevamos un elemento de ruptura en nuestras vidas”. También afirmaron que existen muchas familias que necesitan ser “acompañadas y escuchadas”.
En el texto introductorio, que fue leído por el relator general del Sínodo y presidente de los obispos europeos, el húngaro Peter Erdo, se constata que existe un amplio consenso “respecto del hecho de que las personas de tendencia homosexual no deben ser discriminadas, como recalca también el catecismo de la Iglesia Católica”.
Pero una cuestión es que no deben ser discriminadas, y otra, que “no se espera una equiparación de estas relaciones (homosexuales) con el matrimonio entre hombre y mujer”. El tema, uno de los tabúes de la Iglesia Católica, será parte del eje del debate. Otro de los temas más controvertidos que se afrontará será el de los divorciados que se han vuelto a casar.
“Los divorciados vueltos a casar por lo civil pertenecen a la Iglesia. Necesitan ser acompañados por sus pastores y tienen derecho a ello. Se les invita a escuchar la palabra de Dios, a participar en la liturgia de la Iglesia, en la oración y a realizar obras buenas de caridad”, se afirma en el documento. También se afrontará la violencia en familia, ya que “son las mujeres y los niños quienes sufren violencia y abusos”.
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