El estado de la primera contagiada de Ebola en Europa, la enfermera Teresa Romero, empeoró y su situación fue definida como “muy crítica” por el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez. Durante una interpelación ante la Asamblea Regional de Madrid, el funcionario señaló que la enfermera Romero pudo haber contraído el virus cuando, luego de atender al religioso Manuel García Viejo, quien murió en España del Ebola que se había contagiado en Sierra Leona, se quitaba el traje protector. Romero permanece internada desde el martes en el Hospital Carlos III, de Madrid, el mismo establecimiento que, en otro piso, aloja a su marido, quien se encuentra bajo observación, al igual que otras doce personas (diez profesionales de la salud, dos peluqueras) que estuvieron en contacto con ella luego de que se contagiara.

Romero contrajo el virus tras atender a García Viejo, el religioso que falleció en Madrid el 25 de septiembre, tras ser repatriado desde Sierra Leona, donde supo que se había contagiado. En diálogo telefónico con el diario El País, la propia enfermera esbozó una hipótesis sobre el momento del contagio: pudo haber sido al tocarse la cara con un guante, por error o distracción, mientras se quitaba el traje de protección que había usado para atender a García Viejo. Por su parte, Juan Manuel Parra, el médico que atendió a Romero a lo largo de todo el lunes, en las horas críticas en que se declaró la enfermedad en ella, fue ingresado al hospital por propia voluntad y quedó bajo aislamiento. En la bitácora de trabajo del día en que estuvo en contacto con la enfermera dio cuenta de que el traje de protección que usó no era de su talla y dejaba partes de piel al descubierto y que debió ponérselo y quitárselo trece veces en el día.

El Ministerio de Sanidad anunció que reforzará protocolos de protección del personal hospitalario, una modificación por la cual los profesionales de la salud que entren en contacto directo con pacientes infectados podrán ser considerados personal de riesgo y sufrirán un seguimiento más activo.

Las autoridades del gobierno de la región de Madrid defendieron los protocolos aplicados al tratamiento de los ya fallecidos misioneros infectados y repatriados y aseguraron que el contagio de Romero se debió a “un error humano”. El contagio ocurrió tras “un desgraciado error humano, un accidente”, dijo en conferencia de prensa el consejero de Presidencia y Justicia y portavoz del gobierno regional de Madrid, Salvador Victoria, quien pidió “tranquilidad” a los ciudadanos porque el sistema de salud madrileño es “de una calidad excepcional”. Victoria insistió en señalar que los dos misioneros repatriados fueron atendidos por un equipo de 60 profesionales, de los cuales sólo Romero resultó contagiada. Los demás profesionales de la salud, añadió, están siendo sometidos a un seguimiento “por prudencia”, la mayoría en su domicilio –donde se toman la temperatura dos veces al día e informan a los médicos– y otros “voluntariamente están ingresando” al hospital para ser observados. El funcionario adelantó: “Vamos a seguir este protocolo, porque se ha demostrado que funciona”. Victoria, además, defendió que Excalibur, el perro de Romero y su esposo, fuera sacrificado, porque era “un factor de riesgo”, y las autoridades médicas “tienen que tomar decisiones para priorizar la salud pública”.

Romero está siendo sometida al tercero de los tratamientos experimentales disponibles, dado que el Ebola, al menos de momento, no tiene cura. Uno de esos tratamientos consiste en la administración de plasma procedente de una persona contagiada que logró sortear la enfermedad.

Por su parte, el Reino Unido anunció que aumentará los controles en aeropuertos y en la terminal del tren del Canal de la Mancha para detectar posibles casos de Ebola en pasajeros procedentes de Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry. En algunos casos, esos controles podrán implicar exámenes médicos.

En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reiteró que no recomienda ninguna restricción de viaje con los países con casos de Ebola, excepto cuando se trate de personas que han sido confirmadas o son sospechosas de estar infectadas con el virus.