Once presos se fugaron de la comisaría primera de la localidad bonaerense de Luján y seis de ellos se encuentran prófugos. Los detenidos lograron escapar luego de limar un doble enrejado ubicado en el techo del patio interno del sector de celdas, aunque cinco de ellos fueron recapturados por el operativo de búsqueda, que hasta ayer inspeccionaba la ciudad casa por casa con más de 70 policías. La fuga fue posible porque los presos subieron a todo volumen un televisor y sus radios para que los efectivos no escucharan el efecto limado, estratagema obvia por lo conocida.

El hecho ocurrió el domingo, alrededor de las 21, en la comisaría primera de Luján, en Las Heras 387, entre Italia y Rivadavia, en pleno centro de la ciudad y a cuatro cuadras de la Basílica.

De acuerdo con la inspección que el fiscal de la causa, Pablo Vieyro, realizó con efectivos de la Policía Científica, la fuga se dio porque los presos limaron un doble enrejado con malla metálica ubicado en el techo del patio interno de la seccional. Desde allí, saltaron a las casas vecinas y llegaron a la calle.

Si bien se espera que la Policía Científica eleve un informe final con sus conclusiones, los peritos le adelantaron al fiscal que algún sector de las rejas del techo fue reducido con una lima y otros con un hilo de acero.

Los policías de la comisaría descubrieron la fuga cuando daban las instrucciones a los presos para que se fueran a dormir. Inmediatamente, se montó un intenso operativo de búsqueda. Los investigadores confirmaron que cinco de los detenidos fueron recapturados, pero otros seis permanecen prófugos.

El procedimiento fue supervisado por el jefe de la policía bonaerense Hugo Matzkin, quien dijo que “está actuando personal de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense para deslindar responsabilidades” del personal policial en la fuga. Los vecinos de Luján contaron que los policías golpeaban puerta por puerta y subían a las terrazas para buscar a los evadidos.

La principal hipótesis que maneja el fiscal Vieyro es que la fuga podría encuadrarse como un hecho “culposo” por el accionar negligente de los policías de la seccional, pero no “doloso”.

Los investigadores contaron que los presos subieron a todo volumen sus radios y un televisor que hay en los calabozos para que los policías no escucharan cuando limaban los barrotes. Además, colgaron algunas frazadas en el techo, como suelen hacer por una cuestión de intimidad, que en esta oportunidad también sirvió para que no se viera en qué sector del enrejado estaban limando.

Por su parte, Sergio Sequeira, subsecretario de Políticas Sociales de Luján, cuestionó que hubiera “tres policías cuidando a 30 prisioneros en tránsito que no deberían estar en la comisaría”. “Hace diez días estuvo el gobernador (Daniel) Scioli. Dejaron diez patrulleros y no tenemos quién los maneje, dejaron diez cuatriciclos y no tenemos quién los maneje. Me hago cargo de lo que digo”, manifestó.

En la madrugada del 29 de setiembre pasado se había producido una fuga en la misma comisaría, que generó polémica e influyó en una serie de cambios que hubo en la cúpula policial de Luján. Aquella vez, el preso Santiago Pastrana, de 19 años y de contextura delgada, se habría escapado por una puerta del calabozo y luego abriendo una puerta trasera de la seccional.