SOCIEDAD › EL DOCUMENTO FINAL DEL SINODO DE LOS OBISPOS CATOLICOS EN ROMA
Los cambios que quiere producir el papa Francisco tuvieron apoyo, pero no lograron los dos tercios necesarios para ser aprobados este año. El pontífice habló de “una iglesia de pecadores” que no teme enlodarse.
› Por Washington Uranga
El sínodo extraordinario de obispos católicos sobre la familia aprobó anoche un documento final, Relatio synodi, en el que se recogen los principales acuerdos logrados entre los participantes. El texto, de 62 puntos y 18 páginas, obtuvo en general amplio apoyo y las cuestiones más conflictivas referidas a las uniones de las personas del mismo sexo, la acogida de los homosexuales en la vida de la Iglesia y la comunión eucarística para los divorciados vueltos a casar, lograron el respaldo mayoritario de los obispos aunque no alcanzaron los dos tercios de votos necesarios para su aprobación. Por eso, según expresó el vocero vaticano Federico Lombardi, estos temas permanecerán “abiertos” y seguirán siendo considerados en vista de las decisiones que puedan adoptarse en octubre del año próximo cuando se realice la sesión ordinaria del sínodo. Fueron 183 los padres sinodales que participaron de la votación. “Tenemos un año para madurar”, dijo el Papa al cerrar las deliberaciones y en directa referencia a los temas que siguen en debate.
El informe preliminar sobre la primera semana de los debates sinodales presentado el lunes último por el cardenal húngaro Péter Edro había levantado polvareda entre los grupos más conservadores que no sólo objetaron el contenido del texto por considerar que no representaba el consenso de los padres sinodales, sino que también plantearon reservas en relación con la difusión pública de un borrador de trabajo.
La misma discusión se planteó ahora respecto de la Relatio synodi pero fue el papa Francisco quien decidió que se hicieran públicos el contenido del informe y también los resultados de las votaciones.
En su intervención final, Francisco también sostuvo que en esta ocasión no se puso en entredicho “la indisolubilidad del matrimonio”, recordó que parte de su misión es “garantizar la unidad de la Iglesia” pero les quitó relevancia a las discusiones y las diferencias. “Si no hubiera habido discusiones animadas me habría preocupado”, dijo Bergoglio.
Saliendo al cruce de las observaciones planteadas por los más conservadores frente a los posibles cambios, el Papa envió un claro mensaje al hablar en el cierre de las sesiones. Francisco dijo que “ésta es la Iglesia que no tiene miedo de arremangarse para derramar el óleo y el vino sobre las heridas de los hombres; que no mira a la humanidad desde un castillo de vidrio para juzgar y clasificar a las personas, porque está compuesta de pecadores, necesitados de su misericordia”. Y agregó que ésta es la Iglesia que “busca ser fiel a su Esposo y a su doctrina; que no tiene miedo de comer y beber con las prostitutas y publicanos; que tiene las puertas abiertas para recibir a los necesitados, los arrepentidos y ¡no sólo a los justos o aquellos que creen ser perfectos!”.
El punto 55 del documento final del sínodo, referido a las uniones de personas del mismo sexo, fue el que menos adhesiones logró por parte de los sinodales. Allí se dice que si bien “no hay fundamento alguno” para asimilar las uniones del mismo sexo al matrimonio, los “hombres y mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y sensibilidad” y evitarse “todo signo de discriminación injusta”. El texto, que es menos positivo respecto de estas realidades si se lo compara con el borrador presentado después de la primera semana, contó con el respaldo de 118 sinodales y 62 votos en contra.
Los párrafos 52 y 53 del documento sinodal se refieren a los católicos divorciados y unidos en nuevo matrimonio y las posibilidades de que éstos accedan a los sacramentos. Allí se dice (párrafo 52) que varios obispos opinaron en favor “de dar la bienvenida a la mesa eucarística” a estas personas en “algunas situaciones especiales y bajo condiciones estrictas”. El texto obtuvo 104 “placet” (a favor) y 74 votos en contra. El siguiente párrafo, referido al mismo tema, abre un debate sobre la “comunión espiritual” (una forma de participación no sacramental aceptada por gran mayoría) y el sacramento mismo, dado que varios sinodales cuestionan que se pueda hacer una diferencia entre ambas. “Algunos han argumentado que los padres que están divorciado y vueltos a casar o convivientes pueden recurrir a la comunión espiritual fructífera”, dice el texto y agrega de inmediato que “otros padres se han preguntado por qué entonces no se puede tener acceso a los sacramentos” y, como consecuencia, se ha solicitado “una profundización del tema”. El punto tuvo 112 votos a favor y 64 en contra.
Por decisión del Papa, la Relatio synodi será enviada en forma completa a todas las diócesis católicas del mundo para su discusión acompañada de un cuestionario que servirá para profundizar todos los asuntos y seguir preparando la sesión ordinaria del sínodo sobre el mismo tema prevista para octubre del año próximo en el Vaticano.
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