SOCIEDAD › EL ADN DE UN CHICO HALLADO EN CóRDOBA DIO NEGATIVO
El niño vive con la ex mujer de Gonzalo “Chenguita” Gómez, uno de los condenados por la desaparición de Marita Verón. Ahora se determinó que vive con identidad falsificada.
› Por Soledad Vallejos
El cotejo de ADN indicó que un chico residente en Córdoba y que vive con la ex mujer de uno de los condenados por la de-saparición de Marita Verón, no es el hijo que la joven tucumana parió en cautiverio. El análisis también descartó que el adolescente sea hijo de quien lo cría y figura como madre biológica en su partida de nacimiento, Paola Ceballos, la ex del condenado Gonzalo “Chenguita” Gómez. En un comunicado, Susana Trimarco, madre de Marita, reconoció que “los resultados de la comparación de los perfiles genéticos fueron negativos” y que eso “trae muchas consecuencias”. Trimarco y sus abogados se negaron a hacer declaraciones más allá de ese comunicado. Según pudo saber este diario, la Justicia tramita otra causa para investigar la identidad del chico, cuyos documentos de identidad, dado el resultado del ADN, contienen información falsa. Por su parte, Trimarco aseguró que continuará “buscando la verdad”.
El juez Alejandro Sánchez Freytes, titular del Juzgado Federal Nº 2 de Córdoba, convocó a dos audiencias para informar los resultados del estudio genético. En la primera, el magistrado se encontró con el chico –cuya edad oscila entre los 11 y los 14 años, según distintas fuentes– y su abogada, la defensora pública Mercedes Crespi. El Centro de Información Judicial informó que allí Sánchez Freytes dio a conocer que “los resultados obtenidos en los marcadores genéticos excluyen la posibilidad de que María de los Angeles Verón, hija de Susana Trimarco, sea su madre biológica”. Luego, el juez se reunió con Trimarco y su abogado, José D’Antona, para informarle lo mismo.
En su comunicado, la madre de Marita señaló que el resultado del cotejo, lejos de cerrar algo, “trae muchas consecuencias”. “En principio, no significa que deje de buscar al hijo que Marita tuvo ni que abandone en ningún aspecto la causa de mi hija. Tampoco voy a dejar de luchar por los derechos de este niño y de los otros que se encontraban en la misma situación. Les han robado su identidad.” Como este diario había informado, el joven a quien se sospechaba hijo de Marita no era el único a quien criaba Paola Ceballos, ex mujer del Chenguita, uno de los mellizos Gómez condenados como máximos responsables por la desaparición de Marita. Como informó este diario, la investigación había comenzado entre mayo y junio de este año, cuando Trimarco concurrió a la Fiscalía Federal Nº 2, a cargo de Gustavo Vidal Lascano, para denunciar que “en un pueblo cercano a la frontera con La Rioja había una señora vinculada con la causa de mi hija con seis menores a su cuidado y que uno de ellos podría ser el hijo de Marita”. Las identidades de esos otros cinco chicos también criados en la casa de Ceballos, cerca de Alta Gracia, podrían ser objeto de investigación judicial.
“Continuaré buscando la verdad”, aseguró Trimarco. “Espero que la Justicia haga lo que tenga que hacer: que se investigue a fondo la procedencia de la partida de nacimiento, que corrobore quiénes fueron los responsables de su emisión fraudulenta y del encubrimiento de la apropiación; y por sobre todas las cosas, que averigüe quiénes son los padres y qué circunstancias llevaron a que los menores terminaran en manos de esa gente.”
En agosto, cuando se hizo público que la Justicia investigaba la posibilidad de que el chico fuera hijo de Marita, Ceballos y su abogado, Jorge Cáceres, tuvieron contradicciones. A pocos días de conocida la noticia, Cáceres –que en el juicio por Marita defendió a la ya fallecida Liliana Medina y a uno de sus hijos, el hermano de Chenguita, José– negó que el joven tuviera otros padres. “Es hijo de Gonzalo (“Chenguita”) Gómez y su mujer, Paola Ceballos”, aseguró a una radio riojana el abogado. Un día después, Ceballos cambió la versión y afirmó: “Es mi hijo adoptivo”. Y amplió: el chico había llegado a ella a pocos meses de nacer, se lo había entregado una mujer de La Rioja, la provincia donde su ahora fallecida suegra regenteaba una red de prostíbulos y donde la misma Ceballos, mientras se realizaba el juicio oral por Marita, fue detenida con Medina por tener drogas, armas, “los documentos de identidad de once mujeres y un menor de edad”.
El análisis de ADN se había realizado tras una serie de apelaciones, porque la defensora oficial Crespi se oponía a su realización. La abogada sostuvo que el pedido de cotejar material genético del chico con el de la madre y la hija de Marita Verón, Susana Trimarco y Micaela, era un “avasallamiento” sufrido por él “solamente porque es pobre”. “El fiscal ilusionó a la familia de Susana Trimarco y violó los derechos del mejor, avasallando su derecho a la intimidad, a la identidad y desconoció el interés superior del niño”, razonó Crespi al pedir que el análisis no fuera realizado. Curiosamente, la misma defensora Crespi reconocía que el chico “es una posible víctima de un delito”, en referencia a la supresión de identidad, y pedía que su ADN fuera comparado con el de “la actual madre adoptiva”. La Cámara Federal de Apelaciones cordobesa dio la razón al juez Sánchez Freytes y autorizó el cotejo genético con la familia de Marita.
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