SOCIEDAD › UNA PAREJA DEDICADA A VIAJAR POR EL MUNDO CON LA MAGIA
Una pareja decidió dedicar sus vidas a viajar repartiendo sonrisas y curiosidad a través del mundo. Viajaron por Asia, Africa, Europa, América. El último viaje, por Argentina, Uruguay y Chile, fue declarado de interés por el Ministerio de Educación.
Aldana Chiodi y Dino Feldman decidieron dedicar sus vidas a viajar cuando él empezó a sentirse cansado de trabajar como ingeniero en sistemas. La presión a diario lo deprimía tanto que llegó un punto en que, literalmente, no hacía otra cosa que quejarse. Quería hacer actividades que le dieran placer y libertad. “Empecé a estudiar magia los lunes para ver si arrancaba mejor las semanas, me arrastraba. Mi deseo desde chico era recorrer el mundo sin fecha de retorno. Por suerte, ella me dio el espaldarazo y tomamos la decisión”, cuenta Dino. En 2009, ambos abandonaron sus empleos en Buenos Aires. Vendieron su auto y alquilaron el departamento para costear el inicio del itinerario. La magia sería la herramienta para generar plata en la ruta. Sin embargo, dos shows casuales en escuelas de Minas Gerais les hicieron ver que también podía convertirse en una forma de conectarse con la gente y arrancarles una sonrisa. En diálogo con Página/12, la pareja explica que esa experiencia dio lugar a Magia en el Camino, un proyecto educativo-mágico con el que visitan escuelas y hospitales de todos los países que pueden, ofrecen espectáculos y comparten sus experiencias de viaje para enseñar otras culturas y formas de vida.
“Viajar es magia, el camino es magia y la magia funcionó como forma de sustento y de contacto con la gente. En Botswana, China o Colombia, todos se sorprendían por igual. Eso me enamoró”, asegura Aldana, de 38 años. Antes de comenzar el plan, ella tenía un puesto de correctora en una editorial. Aunque siempre le gustó viajar, admite que no tenía esa obsesión de hacerlo sin fecha de retorno; él se la contagió, a pesar de que a sus familias les parecía una locura.
Como no habían planificado nada, decidieron que el casamiento de una amiga en Holanda, en mayo de 2010, era una buena posibilidad de arrancar. El vuelo tenía una escala en Brasil, que aprovecharon para quedarse en la casa de otro amigo, quien le había comentado a su madre la idea de viajar con la magia. Cuando ni siquiera habían empezado la aventura, a la mujer se le ocurrió que podían ir a dos escuelas rurales del municipio de Timóteo. Ese fue el germen del proyecto. Ellos dieron los shows y, sin demasiadas pretensiones pero con mucho entusiasmo, les comentaron a los chicos los lugares que pensaban visitar, ayudados de un globo terráqueo que el amigo había llevado. “Fue impresionante cómo prestaban atención y la alegría que tenían. Estábamos muy emocionados. No se me pasaba por la cabeza ir a escuelas pero, cuando salimos de ahí, dijimos: ‘Hay que seguir con esto’”, recuerda ella.
Desde ese entonces, durante 12 meses recorrieron Holanda, Polonia, los países bálticos, Rusia, Mongolia, Vietnam, Camboya, Singapur, India y Turquía, entre otros países. Se instalaron en hosteles y en casas de familias, que habían pautado antes a través de Couchsurfing, una red social de viajeros que permite a usuarios de todo el mundo alojarse en hogares de otros sin plata de por medio. Los pocos gastos que hicieron los afrontaron con shows de magia de 30 minutos que Dino hacía donde podían: hosteles de China, cumpleaños en casas letonas o trenes por Tailandia, donde hicieron los primeros intentos con el proyecto. Se comunicaban con un inglés básico, señas, dibujos, pero sobre todo con la fantasía.
Aunque ese primer viaje fue improvisado, tenían un pasaje de vuelta con validez de un año, que, según dicen, pensaban dejar vencer. Sin embargo, decidieron terminar de darle forma a Magia en el Camino y utilizaron los boletos para viajar a Caracas. Desde mayo a noviembre de 2011, volvieron a Buenos Aires a dedo y, en el trayecto, se presentaron en escuelas, universidades, hospitales y geriátricos que las mismas personas que los hospedaban les recomendaban. Esto les valió el reconocimiento del Ministerio de Educación de la Nación, que lo declaró de interés educativo el mes pasado, luego de que también viajaran por Argentina, Uruguay y Chile.
En cada encuentro organizan charlas con proyecciones de fotos y anécdotas, que les permiten repasar costumbres de diferentes culturas con las que se cruzan en sus viajes. Después, realizan sus shows. “Queremos mostrar que el mundo es grande y hay otras formas de vida, que no son mejores ni peores. Nosotros decimos que la ignorancia es la madre de la intolerancia y la discriminación. Además, alentamos a todos a que cumplan sus sueños, como nosotros”, sostiene Dino, de 44.
“En Bogotá, fuimos a una casa tomada por varias familias desplazadas por la guerrilla, los deslaves y el narcotráfico, que no sabían lo que era la magia. Se quedaban con la boca abierta, saltaban, aplaudían. Además, les contábamos cómo en Mongolia toman té con leche y sal, y ponían cara de asco. Nosotros le explicábamos que son tradiciones”, comenta.
A fines de 2012, el entusiasmo los llevó tres meses a Africa, donde fueron a Sudáfrica, Botswana, Mozambique y Swazilandia. Dino advierte que “sólo presentamos la parte mágica porque sentíamos que era más lindo hacer eso. Las necesidades y los valores allá son distintos. En Mozambique, por ejemplo, hicimos un show al final de una misa en una iglesia sincrética. Cuando nos íbamos, una persona se acercó y, en vez de pedirme si podía hacer aparecer plata, como hacen siempre en todos lados, me pidió si podía sacar una bolsa de arroz”.
Hoy, para mantenerse, él trabaja de mago en un restaurante y ella hace correcciones freelance, sin dejar de manejar sus tiempos. Sus energías están puestas en un libro que acaban de terminar, donde publican muchas de sus experiencias. El 30 de octubre, además, retomarán el proyecto con un viaje a Córdoba, esta vez acompañados de Tahiel, el hijo de nueve meses de la pareja. Aldana agrega que “Magia en el Camino empezó como un sueño que genera nuevos sueños. Lo elegimos como un estilo de vida y para robar sonrisas por unos minutos. Una vez, en Ecuador, una mujer nos dijo que en realidad duraba más tiempo porque la gente lo iba a recordar por siempre. Eso es emocionante”.
El próximo 25 de octubre, Aldana, Dino y Tahiel presentarán Magia es viajar, el libro que hace un repaso por varias de las experiencias vividas en el mundo a partir del proyecto educativo-mágico, que también pueden encontrarse en el blog magiae nelcamino.com.ar. La actividad se realizará a partir de las 18.30 en el centro cultural La Casa de la Lectura, ubicado en Lavalleja 924, en el barrio porteño de Villa Crespo. La idea sigue la línea del proyecto de compartir y enseñar otras formas de vida. Además, busca recaudar fondos para seguir financiando a pulmón los viajes.
Informe: Gonzalo Olaberría.
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