Sáb 08.11.2014

SOCIEDAD  › EL ESTALLIDO DE UNA FABRICA QUIMICA EN CORDOBA ARRASO CON LAS CASAS DE DOS KILOMETROS A LA REDONDA Y DEJO 66 HERIDOS

“Explotó todo, como si estuviéramos en una guerra”

El accidente ocurrió en Alta Córdoba, al norte de la ciudad. Unas 200 casas quedaron dañadas. Dos de los heridos están graves. En la habilitación, la empresa había declarado que no trabajaba con líquidos inflamables. El dueño fue detenido. Testimonios de vecinos.

La explosión que el jueves por la noche destruyó una fábrica de productos químicos en la ciudad de Córdoba dejó un saldo de 66 heridos, dos de ellos de gravedad, a la vez que provocó daños en unas 200 viviendas ubicadas en un área de dos kilómetros a la redonda. Los heridos graves son un adolescente de quince años, que vive en un edificio aledaño, y una mujer de 70, que sufrió un infarto como consecuencia del impacto emocional por el estallido, que se oyó a 20 kilómetros del barrio Alta Córdoba, donde estaba la empresa Raponi Industrial Química S.R.L. Su propietario, Sergio Hilton Raponi, de 51 años, fue detenido y el lunes será indagado, en principio, por el delito de “estrago culposo agravado”. En el certificado municipal de habilitación de la planta se dice expresamente que se trabajaba con diversos elementos químicos “no inflamables”, pero ya se comprobó, cuanto menos, la presencia de alcohol, que desmiente la declaración jurada del propietario. Además, decenas de testigos señalaron que lo que hizo estallar todo fue el incendio previo.

La fábrica, en Avellaneda 2971, del barrio Alta Córdoba, en el norte de la ciudad, estaba situada en el corazón de la manzana. En el lugar sólo quedó un cráter de 1,80 metro de profundidad, cinco metros de ancho por otros cinco de ancho; imágenes tomadas desde el aire muestran que el pozo, que parece una pileta de natación, está lleno de un líquido de color violeta. La fuerte explosión, que hizo temblar la manzana como si hubiese ocurrido un terremoto, destruyó casi totalmente seis viviendas linderas, provocó daños importantes en otras 40 e hizo volar vidrios, mampostería, ventanas y puertas en el resto de las viviendas afectadas.

La fiscal de la causa, Eve Flores, ordenó la inmediata detención del dueño de la firma. “Haciendo una evaluación de lo que sucedió, se resolvió la detención en la madrugada (del viernes) del señor Raponi, responsable de la firma de Alta Córdoba”, informó la titular de la fiscalía. Raponi permanecerá detenido “al menos hasta el lunes”, cuando será indagado, para de esa forma “evitar que se alteren pruebas” en el lugar del hecho.

El director de Defensa Civil de la Municipalidad de Córdoba, Hugo Garrido, confirmó que dentro del depósito se encontró “alcohol en grandes cantidades”. Agregó que en la habilitación municipal “no estaba autorizada la presencia de productos inflamables”. En el acta de habilitación de la planta y del depósito se detallan las actividades autorizadas: “Fabricación de tintas y pigmentos. Fraccionamiento de detergente. Depósito de productos químicos diversos envasados no inflamables. Depósito de productos químicos a granel no inflamables”.

Garrido precisó que se hará un relevamiento casa por casa que incluirá a no menos de nueve manzanas y unas 200 viviendas en total. El Ministerio de Educación, junto a los equipos de Infraestructura Escolar y técnicos del Ministerio de Infraestructura, hicieron también un relevamiento de los daños en los establecimientos educativos cercanos.

En la escuela primaria Simón Bolívar, que comparte edificio con el IPEM 122 Gómez Casco, en las calles Góngora y Fragueiro, a tres cuadras del lugar de la explosión, se produjo la rotura de vidrios, del cielorraso del primer piso y fue desmontada una abertura. En el colegio parroquial Nuestra Señora del Carmen, de gestión privada, sobre la calle Fragueiro, a media cuadra del Gómez Casco, hubo rotura de vidrios sin consecuencias graves para la infraestructura. El edificio de la escuela primaria Entre Ríos, a diez cuadras de la explosión, tiene vidrios rotos en el primer piso.

El gobernador de la provincia, José Manuel de la Sota, y el intendente de la ciudad de Córdoba, Ramón Mestre, anunciaron ayer distintas medidas para asistir a los damnificados (ver aparte). El Ministerio de Justicia instalará en la esquina de las calles Góngora y Avellaneda, en la zona donde se registró la explosión, una unidad móvil para asesorar a todas las personas que hayan sufrido pérdidas.

El ministro de Salud provincial, Francisco Fortuna, dijo que varias familias permanecían evacuadas por los daños ocasionados en la estructura de sus viviendas. En cuanto a los heridos, los casos más graves son los de una mujer de 70 años que sufrió un infarto y un joven de quince que sufrió traumatismos y tuvo que se operado en el Hospital de Urgencias, donde permanece internado. El joven, Pablo Amaya, sufrió traumatismos graves de cráneo, de tórax y de estómago. Su estado es “estable y se espera la respuesta a la operación”. La mujer, que no fue identificada, fue hallada inconsciente en la calle y está “muy grave” con contusión pulmonar.

David Amaya, hermano del joven herido, informó que el chico está “muy complicado”, en estado reservado. Relató que la fábrica queda “en un pulmón de manzana y nosotros vivimos en un complejo de departamentos que está al lado. Cuando vimos el incendio, todos atinamos a salir (a la calle), pero cuando alcanzamos a pasar la puerta del complejo, se produjo la explosión”. David agregó que en ese momento “empezamos a correr, pero apenas se calmó un poco la cosa, vi a mi hermano tirado en el piso porque algo lo golpeó muy fuerte en la cabeza y en el pulmón”.

Comentó que a raíz de la explosión “volaron las paredes del costado del complejo; no sabemos si lo que lo golpeó fue una puerta que salió volando o los armazones de chapa de los carteles” de publicidad. “Lo cierto es que nosotros nos quedamos sin casa, igual que muchos vecinos, y encima mi hermanito está peleando por su vida”.

También están internados, en observación, un hombre mayor con “discapacidad neurológica” que fue encontrado tirado en la calle, y un policía y un bombero que fueron los primeros en llegar al lugar para tratar de sofocar el incendio que fue el que produjo la explosión.

Mario, uno de los vecinos damnificados, aseguró que en su casa “ni un solo vidrio quedó en pie; reventó todo, la explosión me destrozó la casa”. El hombre hablaba y lloraba sin poder contenerse. Ayer al mediodía muchos vecinos se quejaban porque la policía no los dejaba pasar, por precaución, cuando querían ir a ver el estado en que habían quedado sus viviendas. “Explotó todo, como si estuviéramos en medio de una guerra” fue la gráfica descripción que hizo María Luisa, una mujer que vivía con su familia en una casa ubicada “casi al lado” de la fábrica.

Muchos vecinos tuvieron que ser conminados a dejar sus casas, en la madrugada de ayer, por miedo a que se produjeran derrumbes. “Muchos no querían irse por temor a los robos”, dijo el ministro de Comunicación y Desarrollo Estratégico, Jorge Lawson. Horas después, una mujer llamada Patricia relató ante las cámaras de televisión que había “perdido todo” en su casa, en parte por la explosión y en parte porque “cuando dejamos la vivienda para ponernos a salvo, entró gente que se llevó cosas de valor; es increíble que esto pueda pasar”.

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