SOCIEDAD › OPINIóN
› Por Mónica Menini *
Laura Veroni tenía 27 años y cuatro hijos de 12, 8, 6 y 4 años, trabajaba en la Cooperativa Evita XXI del programa Ellas Hacen. Denunció varias veces a su pareja por violencia familiar. El domingo por la mañana llegó al Hospital Público Materno Infantil sintiéndose muy mal. Según los médicos, la joven estaba con mucha fiebre y no podían bajarle la temperatura. Luego descubrieron que presentaba septicemia. Fue entonces cuando Laura contó que le había pagado a una señora para abortar. El miércoles 17 de diciembre, Laura falleció.
En el año 2011 después de la muerte por aborto clandestino de una niña de 13 años, el ministro de Salud de la provincia de Salta dijo que de enero a septiembre habían tratado 1608 abortos en la Maternidad de Salta, de los cuales 499 habían sido de extrema gravedad. Después de ese dato, que parece que se le escapó al ministro, nunca más tuvimos datos sobre aborto en Salta, están cerrados con siete llaves. Ni pedidos de informes de legisladores, contesta el ministerio.
Por si a alguien se le ocurre decir o pensar “por qué no se cuidó antes de abortar”, empecemos por decir que la violencia crónica en la pareja además de ser física y psicológica, económica, financiera, también es sexual.
Por si a alguien se le ocurre decir o pensar “para qué tienen tantos hijos, será para cobrar las asignaciones”, empecemos por decir que Laura tuvo su primer hijo a los 15 años y fue una más de las adolescentes que en Salta nunca tuvieron educación sexual integral. Aunque sí tuvo seguro educación religiosa, aunque haya concurrido a una escuela pública (porque en Salta es ley lo que es inconstitucional). Digamos que en el año 2013 el embarazo en la adolescencia, según las cifras oficiales, subió de 17 a 22 por ciento.
Por si a alguien se le ocurre decir o pensar que “esta mujer estaba en contra de la vida”, empecemos por decir que quienes siguen sosteniendo la hipocresía del aborto clandestino son los que están a favor de la muerte, no es verdad que están a favor de la vida, porque Laura... está muerta y sus hijos, su madre, sus compañeras de la cooperativa la querían viva, tenía mucho por hacer, mucho amor por dar a sus hijitos, mucha vida por delante.
Ni una muerta más por aborto en Argentina. La legalización del aborto es una deuda de la democracia para con los derechos humanos de las mujeres. Como señala el lema de la Campaña por el Derecho al Aborto legal, seguro y gratuito: “Educación sexual integral para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.
* Abogada, especialista en Género y Políticas Públicas Flacso. Miembro de Católicas por el Derecho a Decidir y de la Campaña por el aborto legal, seguro y gratuito.
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