Vie 02.01.2015

SOCIEDAD  › COMENZARON A LLEGAR LOS PRIMEROS CUERPOS DE LA CAíDA DEL AIRASIA

Una recuperación dramática

Los primeros nueve cuerpos recuperados tras la desaparición del Airbus de AirAsia, en el mar de Java, comenzaron a ser entregados a sus familiares. Un barco parece haber detectado el lugar exacto de sumersión del avión. Podría haber intentado amerizar.

El operativo de búsqueda y rescate encontró hasta ayer nueve cuerpos de víctimas del avión de AirAsia que, con 162 personas a bordo, se precipitó el domingo pasado en aguas del mar de Java, en Indonesia. Los equipos aún no hallaron el cuerpo principal del Airbus 320-200 ni sus cajas negras, aunque recuperaron una puerta de la aeronave, en condiciones atmosféricas adversas. Un barco que participa en las labores habría localizado el punto exacto donde se encontraría sumergida la aeronave, pero los buzos no pudieron descender y confirmar el hallazgo. Los especialistas sospechan que como no funcionó el transmisor de localización de emergencia (ELT) y los cadáveres estaban intactos, el piloto habría podido acuatizar y la nave habría sido hundida por el fuerte oleaje en la zona.

La primera inhumación de una víctima del accidente del avión de AirAsia en Indonesia se produjo ayer, después de que uno de los cuerpos fuera identificado como una mujer indonesia llamada Hayati Lutfiah Hamin. Por el momento, nueve cuerpos fueron rescatados desde el inicio de las operaciones.

Luego de las oraciones en el domicilio de la víctima, el ataúd fue transportado para ser enterrado en un cementerio musulmán en presencia de un centenar de vecinos. “Agradezco a Dios que mi cuñada haya sido hallada y espero que el resto sean encontrados cuanto antes”, aseguró Agung Wahyu Darmono. En uno de los hospitales de Surabaya se abrió un centro de crisis para identificar a las víctimas, con capacidad para 150 cuerpos.

En medio de un fuerte oleaje y condiciones atmosféricas adversas, aviones y barcos de Indonesia, Singapur, China y Estados Unidos, y un submarino no tripulado singapurés, reanudaron ayer la búsqueda de víctimas fatales y restos del avión.

El jefe de la Marina malaya, Abdul Aziz Jaafar, indicó que las tareas de búsqueda se expandieron hasta un radio de 13.500 millas náuticas cuadradas en el mar de Java. Los equipos de rescate aún no encontraron el cuerpo principal del Airbus 320-200, vuelo QZ8501, aunque recuperaron una puerta del avión y varias maletas. Entre los restos avistados, figuran objetos que parecen ser una puerta de emergencia y un tobogán inflable.

La Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate (Basarnas) de Indonesia informó, además, que un barco que participa en las labores de búsqueda habría localizado con sus equipos de sonar el punto exacto donde se encontraría la aeronave. El lugar indicado está a unos 30 metros de profundidad marina y a unas 100 millas náuticas (185,2 kilómetros) de Pangkalan Bun, en el sur de la isla de Borneo, pero los buzos aún no pudieron descender y confirmar el hallazgo a causa del mal tiempo.

Por su parte, el director de la agencia de búsquedas y restantes, Bambang Soelistyo declaró que “a partir de mañana y hasta el 4 de enero, con las fuerzas existentes, los cálculos y las tácticas que tenemos, seguiremos luchando y espero que podamos obtener resultados pese a estas condiciones”. El objetivo es localizar el fuselaje y las cajas negras del avión, cruciales para determinar las causas de la catástrofe.

El vuelo QZ8501 desapareció de los radares cuando sobrevolaba el mar de Java durante una tormenta, sin pedir socorro ni emitir las señales habituales cuando desaparece un avión o yace en el fondo del agua. La ausencia de señal de socorro de la cabina hace pensar a algunos expertos que el piloto del Airbus 320-200 efectuó un intento de aterrizaje de emergencia en el mar.

“El piloto logró aterrizar en el agua. El transmisor de localización de emergencia (ELT) tendría que funcionar después de un impacto, ya sea en tierra, en el mar o en la cresta de una montaña. Mi análisis es que no funcionó porque no hubo impacto mayor durante el aterrizaje”, indicó Dudi Sudibyo, redactor jefe de la revista de aviación Angkasa.

El antiguo comandante de vuelo Chappy Hakim señaló que “las conclusiones a las que llegué hasta ahora es que el avión no explotó en vuelo y no fue víctima de un impacto al tocar una superficie, ya que en ese caso, los cuerpos no estarían intactos”.

El Airbus de AirAsia despegó el domingo pasado de la ciudad indonesia de Surabaya y tenía previsto aterrizar, dos horas después, en Singapur. En total, embarcaron 155 indonesios, tres surcoreanos, un británico, un francés, un malayo y un singapurense, entre 155 pasajeros y una tripulación de siete personas.

El piloto llamó a la torre de control en Indonesia, a medio camino, y solicitó permiso para virar a la izquierda y subir desde los 32.000 pies de altitud (9,76 kilómetros) hasta los 38.000 (11,59 kilómetros) para sortear una tormenta. La torre de control aprobó el viraje en el momento pero cuando, minutos después, llamó al piloto para aprobar un ascenso menor, no pudo establecer contacto.

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