SOCIEDAD › AVANZABA SOBRE LA CAPITAL DEL NORTE LA PEOR TORMENTA DE NIEVE DE SU HISTORIA
Aguardaban una caída de nieve superior al record histórico. En Nueva York ya habían cancelado 6300 vuelos. Los transportes públicos fueron cerrados desde la medianoche. Se prohibió la circulación particular desde esa hora para liberar las rutas.
Mientras en Buenos Aires los porteños se cocían de calor (ver aparte), en Estados Unidos, los neoyorquinos empezaban a enfrentarse a la peor tormenta de nieve de su historia. Anunciada para la noche de ayer (al cierre de esta edición se estaba iniciando) y el día de hoy, la tormenta Juno ya había obligado a cancelar 6300 vuelos de los tres aeropuertos de la ciudad; anunciar el cierre en horario anticipado del metro; que las autoridades prohibieran la circulación de vehículos privados después de la medianoche, para dejar libres las rutas al sistema de emergencias y a la infrecuente cantidad de palas mecánicas dispuestas para liberar el asfalto. Para tener una idea de lo que anoche se esperaba de parte de Juno, el record de nieve caída para Nueva York es de 68 centímetros, caída en Central Park en 16 horas entre el 11 y el 12 de febrero de 2006. De Juno estimaban 90 centímetros. En Connecticut, la expectativa era de 1 metro y 20 centímetros.
Nueva York y la costa noreste de Estados Unidos se acuartelaron ayer ante la llegada de una colosal tormenta de nieve, que provocó la cancelación de miles de vuelos y excepcionales medidas de prevención, luego de que las autoridades anticiparan una de las “más fuertes jamás vistas”. En Nueva York la tormenta comenzó a media tarde y la nieve, las nubes y la bruma apenas permitían ver los rascacielos del centro de Manhattan. Los pronósticos más pesimistas hablaban de hasta 90 centímetros de nieve.
La tormenta, bautizada Juno, será acompañada durante su desarrollo de vientos violentos de hasta 120 kilómetros en ciertas zonas. La llegada de la tormenta provocó caos en el tráfico aéreo en Estados Unidos. Por la tarde había más de 6300 cancelaciones entre lunes y martes, la mayoría de ellas en los tres aeropuertos neoyorquinos (JFK, Newark y LaGuardia).
“Esta podría ser una de las tormentas de nieve más grandes de la historia de Nueva York”, dijo el alcalde Bill de Blasio, anunciando estrictas medidas de prevención, entre ellas la prohibición a los vehículos privados de circular por las calles y carreteras de la ciudad desde las 23 locales (1 del martes en Argentina).
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, indicó por su lado en conferencia de prensa que el metro, utilizado a diario por millones de neoyorquinos, había funcionado normalmente hasta primera hora de la noche y a partir de allí tendría un servicio limitado.
El tren suburbano PATH, que une Nueva York con la vecina Nueva Jersey cruzando el río Hudson, también recortó su servicio a partir de la noche.
Cuomo declaró el estado de emergencia en varios condados, incluyendo los que abarcan Manhattan y varias zonas de Long Island, la gran isla al este de la ciudad. De Blasio anunció un aumento del servicio de ambulancias y un mayor número de policías en las calles. Las escuelas están cerradas durante este día. Por su lado, la sede de la ONU en Nueva York cerró en la tarde del lunes y no reabrirá sus puertas hasta mañana, cuando se supone que haya pasado la tormenta.
El record histórico para Nueva York es de 68 centímetros de nieve caída en Central Park en 16 horas entre el 11 y el 12 de febrero de 2006, según la Oficina de Manejo de Emergencia de la ciudad. Inquieta por el pronóstico, la población se apresuró a comprar implementos para la nieve como palas, sal para las rutas y rasquetas para el hielo. En el centro de Nueva York se veían filas en los supermercados desde el domingo por la noche para abastecerse con provisiones.
Asimismo, todos los espectáculos de Broadway fueron cancelados, al igual que el programa de la Opera Metropolitana y los partidos previstos de la liga de básquet NBA, algo impensable para los neoyorquinos.
El Departamento de Transporte estatal movilizó equipamiento adicional a Long Island (este) y el valle del río Hudson, que atraviesa Nueva York de norte a sur, con más de 600 barredoras de nieve y 1300 empleados activos. En Nueva Jersey y Connecticut, las autoridades decidieron el cierre total o anticipado de las algunas escuelas desde el lunes.
El gobernador de Connecticut, Dannel P. Malloy, declaró ayer el estado de emergencia en todo el territorio estatal. Además, se prohibió viajar por carretera a partir de las 21 hora local. Malloy hizo un llamado a la población a “tomarse esta tormenta en serio”.
Se preveía que el punto álgido del temporal ocurriera entre la noche de ayer y el día de hoy. “Si las predicciones actuales son correctas, necesitaremos que la gente esté fuera de las carreteras para que el personal de emergencia y los empleados de los servicios públicos lleguen adonde tienen que llegar y para asegurarnos de que nuestras palas quitanieves pueden despejar los puntos críticos de las carreteras”, explicó el gobernador en un comunicado.
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