SOCIEDAD › DOS MUERTOS Y 66 HERIDOS POR EL DERRUMBE DE UN HOSPITAL MATERNO INFANTIL EN EL DISTRITO FEDERAL
La fuga en una manguera de gas provocó una explosión que hizo colapsar las tres cuartas partes del centro asistencial. Entre los heridos hay bebés, madres que acababan de dar a luz y embarazadas. Dramático rescate de los niños. De los heridos hay 22 graves.
“No pudimos rescatar a los bebés, no nos dio tiempo. Estuve atrapada en los escombros en la oscuridad, escuchaba los gritos de mis compañeras y los llantos de los bebés.” Así vivió Ivonne, una enfermera del hospital materno infantil de Cuajimalpa, la potente explosión de gas que destruyó ayer una maternidad de Ciudad de México y causó al menos dos muertes y 66 heridos, de los cuales 22 están graves. Los equipos de rescate seguían buscando otras posibles víctimas entre los escombros. La explosión ocurrió alrededor de las 7, hora local, cuando un camión cisterna de la compañía Gas Express Nieto abastecía a la maternidad y sufrió una fuga en la manguera del vehículo.
Entre el pánico de los trabajadores y los pacientes, que huyeron despavoridos, los equipos de rescate iniciaron una larga búsqueda con la ayuda de perros para encontrar a sobrevivientes entre los escombros del hospital, que quedó destruido en un 75 por ciento.
Cientos de personas angustiadas llegaron a las inmediaciones del pequeño hospital para pedir información a las autoridades sobre el estado de sus familiares. “Estoy esperando informes de mi sobrina. Dio a luz ayer. Estamos desesperados, no sabemos nada”, dijo Martha Castellanos, una mujer que se acercó al lugar de los hechos. Los heridos, un total de 66, entre ellos 22 graves, empezaron a ser llevados en helicópteros a varios hospitales de la capital, para los que se llamó a donar sangre.
En medio de la conmoción, la Alcaldía comenzó confirmando el fallecimiento de tres personas –dos hombres y una mujer– y después la delegación de Cuajimalpa, una de las 16 en las que se divide la megalópolis, y una fuente de la Alcaldía aseguraron que también murieron cuatro bebés. Al mediodía, el alcalde, Miguel Angel Mancera, se presentó en una conferencia de prensa y corrigió la información oficial. Sostuvo que sólo podía confirmar la muerte de dos personas. “En este momento, corroborados tenemos únicamente dos decesos. Uno que corresponde a un menor y otro a una mujer”, dijo el alcalde, que también reportó que hay 22 heridos graves, sin precisar cuántos de ellos son niños.
Mancera, que señaló que la compañía trabaja en la ciudad desde 2007, explicó que la fuga fue reportada y al lugar llegaron bomberos alertados sobre la presencia de una nube de gas. Sin embargo, no pudieron evitar la explosión en el hospital, situado en el extremo suroeste de la capital. “Las personas ya estaban saliendo (del hospital) por la fuga, que era muy fuerte”, dijo Mancera.
Muchos vecinos recordaron conmocionados cómo los despertó el estruendo y narraron la desesperación y corridas de personas ensangrentadas que salían del hospital. “Entré al baño, mi hermano estaba dormido, de pronto escuché un gran estruendo. Las puertas de la casa se abrieron como si las patearan”, relató Iván Rodríguez, un joven de 28 años que vive al lado del hospital. “Antes de la explosión ya olía a gas”, recuerda la portera de una escuela primaria contigua al centro médico, inaugurado en 1993, donde pidieron a los niños presentes que regresaran a sus casas.
Entre la polvareda y el fuerte olor a gas que aún persisten en el lugar, un anestesista que llegó poco después de la explosión al hospital para trabajar quedó impactado con la destrucción en el centro hospitalario, especializado en atención de embarazadas y recién nacidos. “Nunca nos imaginamos que pudiera suceder una cosa así. Estoy consternado”, dijo afligido y contó que buena parte de sus compañeros estaban trabajando en el centro a la hora del accidente, donde las autoridades calculan que quedaba al menos un centenar de personas en el interior del edificio.
“Esto parece el terremoto de hace unos años”, dijo el jefe de la delegación de Cuajimalpa, Adrián Ruvalcava, equiparando la explosión al temblor de magnitud 8,1 de 1985, que destruyó parte de Ciudad de México.
A través de Twitter, el presidente Enrique Peña Nieto expresó su “tristeza y solidaridad a los heridos y familiares de quienes perdieron la vida”.
Desde el Vaticano, el Papa también expresó a través de Twitter su solidaridad.
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal abrió una investigación por los delitos de homicidio y lesiones culposas, tras la explosión del hospital. Por la investigación, fueron detenidos los tres operadores que trabajaban con el camión cisterna, propiedad de Gas Express Nieto, quienes están hospitalizados por presentar lesiones por quemaduras. Una vez atendidos, se les tomará declaración.
El relato de los acontecimientos arroja que tras la llegada del camión cisterna, un operador se bajó y recién al subir al primer piso se dio cuenta de que había una fuga en una manguera. Se armó una nube de gas y se alertó a los bomberos, pero la explosión no pudo evitarse.
Respecto de la empresa, la Procuraduría contó que un representante se acercó para ofrecerse a cubrir los gastos. Por su parte, Gas Express Nieto emitió un comunicado para solidarizarse con las víctimas y aclaró que cumple con las normas exigidas por las autoridades.
En México ocurrieron recientemente otros accidentes por explosiones de gas con decenas de víctimas mortales, como el que ocurrió en 2013 en la sede de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), en Ciudad de México, que dejó 37 muertos. Otra tragedia que también afectó a menores fue la de la Guardería ABC, en Hermosillo (noroeste), donde 49 bebés y niños murieron en 2009 por un incendio en un almacén contiguo al centro escolar.
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