SOCIEDAD
La insólita explicación policial a los golpes al abogado peruano
Según la policía, el asesor del consulado trató de robar tres figuritas. Sobre los hematomas, dice que “se van en 20 días”.
› Por Carlos Rodríguez
En un informe que debería figurar en una antología del humor absurdo, la comisaría 9ª expuso en lenguaje policial los motivos de la detención, con paliza incluida, que sufrió el viernes 3 de octubre el abogado peruano Ricardo José Guzmán Zevallos, tal como informó Página/12 en su edición de ayer. El parte, a cuyo texto tuvo acceso este diario, sostiene que Guzmán Zevallos discutió a los gritos con el dueño de un kiosco y con una clienta, insultó de la peor manera a otra mujer a la que no se identifica, y trató de robar “tres paquetes de figuritas” (sic), con tan poca ciencia que los sobres quedaron tirados en el piso, como prueba flagrante del supuesto intento de hurto. El informe parece confirmar todo lo que se denunció en la nota sobre la arbitrariedad del procedimiento, aunque con él se haya intentado una desmentida. Guzmán Zevallos sufrió un hematoma en el ojo derecho, pero los policías dijeron que sólo aplicaron “la fuerza mínima e indispensable”. Lo más insólito es que sostienen que el golpe en el rostro fue por roce con un “objeto duro” no identificado, tal vez por la velocidad del puño que lo provocó. En cuanto al moretón, dicen que “se curará, salvo complicaciones, en el término de 20 días”.
La comisaría 9ª, con sede en Billinghurst 471, en el barrio de Abasto, produjo el informe como respuesta a lo publicado por este diario. Confirma que todo comenzó a las 23.35 del viernes, aunque por error se consigna como fecha el 4 de octubre, que fue sábado. Los primeros que intervienen son el ayudante Carlos Damián Carlini, a cargo del móvil 309, acompañado por el agente Héctor Alessandrini. El operativo fue en Sarmiento 3583 y el personal acudió ante un aviso de presunto robo. En la puerta del kiosco observaron la presencia de un “masculino vestido con pantalón verde claro”, es decir Guzmán Zevallos. El primer gesto sospechoso de la víctima, según el parte, fue que “dejó caer de sus manos unos papeles” que luego resultaron ser tres paquetes de figuritas “Bob Esponja, Rincón de Luz y Digimon”, el fabuloso botín que supuestamente pretendió llevarse Guzmán Zevallos antes de que lo apalearan.
Los policías recogieron la versión del dueño del comercio, Cristian A. A., y de una ocasional clienta, Elsa M. G., pero ellos lo único que confirman es que hubo una discusión. El altercado se prolongó luego, según la policía, con una segunda mujer a la que no se identifica y a la que Guzmán Zevallos trató muy mal, si se toma por cierto el curioso parte. “Vos puta de mierda qué te metés, chupame la pija”, es la frase textual que se adjudica al abogado peruano, que a pesar de sus años en Buenos Aires sigue utilizando el lenguaje propio de la gente de su país. Es raro que apele a ciertos argentinismos que es mejor no repetir aquí.
De acuerdo con la versión policial, “el masculino” manoteó la marquesina del kiosco, ofuscado porque no querían venderle una cerveza, aunque luego se admite que el dueño del comercio le entregó la bebida solicitada. Ese manotazo habría provocado la caída de los tres paquetes de figuritas, según se admite en el texto. Al ver llegar a la policía, el abogado “comienza a arrojar golpes de puño y patadas”, pero “no llegó a lesionarlos” a los policías. A esta altura del relato, el abogado se convierte en “el delincuente” y por eso tuvo que ser “reducido mediante el uso de la fuerza mínima e indispensable proporcional a la fuerza ofrecida por el masculino”.
El médico cirujano Edgar Macedo, del Sanatorio Ezeiza, donde fue asistido Guzmán Zevallos, constató que la víctima de la arbitraria detención sufrió “contusiones múltiples con hematoma en la parte inferior del ojo derecho y escoriaciones en la rodilla izquierda”. El médico legista policial, de quien no se cita el nombre, apenas confirmó el “hematoma en ojo derecho por golpe con o contra roce con o contra objeto duro de carácter leve el cual se curará salvo complicaciones en el término de 20 días aproximadamente”. La policía acusa al lesionado Guzmán Zevallos de “hurto, amenazas, atentado y resistencia a la autoridad”. Bajo esos cargos tiene que presentarse ante la jueza correccional Angela Braidot. Elabogado peruano insistió ayer en que fue “una detención arbitraria por portación de rostro, por discriminación”. Y negó todos los cargos.