Sáb 28.03.2015

SOCIEDAD  › LA CORTE SUPREMA RECHAZO EL PEDIDO DE LIBERACION DE ROBLEDO PUCH

El Angel que seguirá esperando

Tiene 63 años y lleva 43 preso. Es el mayor asesino múltiple del país. Desde 2013 viene pidiendo la libertad. Argumenta que se vencieron los plazos de su condena. La Corte ratificó el rechazo por falta de contención fuera de la cárcel y en virtud de su estado mental.

Hubo un tiempo en que, a caballo de unas antiparras y una capa, creyó ser la viva estampa de Batman y hasta pretendió incendiar el penal en el que estaba alojado. También había asegurado a sus camaradas de encierro que cuando saliera de la cárcel iba a ser “el sucesor de Perón”. Pero, parafraseando al General, la única verdad es la realidad, y ésta no parece ser favorable para el otrora pequeño demonio de ojos azules. La Corte Suprema de la Nación confirmó el rechazo a la libertad condicional de Carlos Robledo Puch, condenado a reclusión perpetua por los múltiples homicidios que cometió a principios de los años ’70. También conocido como “El Angel de la Muerte”, lleva preso más de 43 años. En 2013 había pedido que se le concediera la libertad condicional o, en su defecto, se le aplicara una inyección letal. Por ahora no tendrá ni lo uno ni lo otro.

Considerado el mayor asesino múltiple de la historia criminal argentina, a Carlos Eduardo Robledo Puch –de 63 años cumplidos el 22 de enero pasado– le fue denegado el recurso de libertad condicional. El máximo tribunal, con las firmas de los ministros Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda, así lo confirmó.

En tanto, el defensor general de San Isidro, José Luis María Villada, quien lo patrocina en la causa, explicó que el pedido de la inyección letal “es una expresión de deseo de Robledo Puch de urgir su inmediata libertad”. Pero esa medida no está contemplada en las leyes argentinas. “Carlos Robledo Puch realmente está harto; está preso desde el 3 de febrero de 1972”, dijo el defensor, quien afirmó que los plazos están totalmente vencidos y que, según su opinión, por tratarse de un preso emblemático “los jueces tienen miedo de dejarlo en libertad”. Según los estándares internacionales en materia de derechos humanos, el lapso de prisión excede el máximo estipulado previo a que una pena sea considerada cruel e inhumana. Además, Villada reveló que Robledo Puch cuenta con recursos económicos para poder vivir fuera de prisión, ya que tiene una propiedad y un depósito a plazo fijo de la venta de otra heredada de sus padres. También asegura que “tiene un proyecto para poder irse y radicarse en un país limítrofe”.

El mayor asesino serial de la Argentina –condenado por haber cometido 10 homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, 17 robos, una violación, una tentativa de violación, un abuso deshonesto, dos hurtos y dos raptos– fue bautizado por la policía y la prensa como “El Angel Negro” o “El Angel de la Muerte”.

La crueldad y sangre fría de Robledo Puch llegaron a tal extremo que hasta mató a uno de sus cómplices y lo quemó. Fue cuando junto con Héctor Somoza entraron a robar a una ferretería del partido de Tigre y, tras asesinar al vigilante, trataron de abrir la caja fuerte con un soplete. En esa instancia, aparentemente Somoza le hizo una broma a su compinche, que lo ultimó de un disparo. Enseguida trató de borrar pistas y huellas, quemando con el mismo soplete la cara y las yemas de los dedos de su socio y víctima. Poco después, Robledo Puch fue detenido. En 1980 fue juzgado y condenado por los crímenes cometidos entre mayo de 1971 y febrero de 1972 a la pena de reclusión perpetua más la accesoria por tiempo indeterminado. Permanece preso en el pabellón 10 del penal de máxima seguridad de Sierra Chica.

En 2013, Robledo Puch había pedido que se le concediera la libertad condicional o, en su defecto, que se le aplicara una inyección letal, lo que significaría la pena de muerte, no contemplada en la legislación argentina. “El Angel Negro” venía fracasando en varios intentos por salir en libertad, ya que la Justicia consideró que no tiene parientes ni contención fuera de la cárcel; tampoco evidenció signos de resocialización y su estado mental no es normal. Al respecto, hace casi 15 años se puso antiparras y una capa, afirmó ser Batman e intentó quemar las instalaciones del penal. También llegó a asegurar que iba a ser “el sucesor de Perón”.

En sus últimas palabras ante el tribunal de la Sala I de la Cámara de Apelaciones de San Isidro dijo: “Esto fue un circo romano. Algún día voy a salir y los voy a matar a todos”. Por lo visto, deberá tener un poco más de paciencia.

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