La aerolínea alemana Lufthansa admitió que el copiloto del avión estrellado en los Alpes franceses le había informado en 2009 que anteriormente había padecido un cuadro de depresión. Hay documentos médicos y correos cruzados entre Andreas Lubitz y la escuela de pilotaje que establecían por entonces que, si bien estaba capacitado para proseguir su formación, había sufrido un “episodio depresivo severo”.

Lubitz, el copiloto del vuelo de Germanwings, es sospechoso de haber estrellado deliberadamente el avión contra las montañas. El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, que acudirá al lugar del drama para rendir homenaje a los equipos que trabajan sobre el terreno, afirmó que no tenía “el menor indicio” sobre las motivaciones de la actitud del copiloto. Spohr explicó que el joven había interrumpido su formación en 2009 durante “varios meses” por motivos que no tenía derecho a revelar y que Lubitz superó todas las pruebas necesarias, consiguiendo terminar la formación. “Era ciento por ciento capaz de pilotar”, aseguró.

No obstante, Lufthansa reconoció que el copiloto había informado a la aerolínea que anteriormente había sufrido una depresión severa. La compañía alemana declaró que había entregado a la fiscalía, “en interés de una elucidación rápida” de las circunstancias del drama, documentos médicos y la correspondencia por correo entre el copiloto y la escuela de pilotaje. Esa correspondencia de 2009 establecía que el joven estaba capacitado para proseguir su formación, aunque había sufrido un “episodio depresivo severo”.

El grupo Lufthansa también indicó que el consorcio de aseguradores puso a disposición 300 millones de dólares (unos 279 millones de euros) para hacer frente a las consecuencias del siniestro del A320 de Germanwings. Las pérdidas humanas por el siniestro aéreo serán indemnizadas por los aseguradores incluso si se confirma que el accidente fue deliberadamente provocado. Los daños e intereses pagados en el caso de un siniestro aéreo se elevan generalmente a un millón de dólares por pasajero pero, por cuestiones jurídicas, la presencia de norteamericanos entre las 150 víctimas mortales podría conducir a una mayor indemnización. El avión estaba asegurado en 6,5 millones de dólares.

Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS), filial de la aseguradora alemana Allianz y especializada en la gestión de riesgos de grandes grupos, es el principal asegurador de Germanwings.

Por otra parte, las operaciones de búsqueda en el lugar del impacto del Airbus en Francia se reanudaron ayer, una semana después de la catástrofe. Los investigadores y gendarmes pueden acceder ahora a la zona a través de una pista abierta el domingo. “Trabajamos más rápido, hasta más tarde y traemos más restos”, indicó la Gendarmería francesa, y precisó que se encontraron más de cuatro mil piezas, que incluyen pedazos del avión y restos humanos.

Ocho especialistas israelíes llegaron al lugar para ayudar a recuperar los restos de una víctima judía, puesto que esa religión impone la integridad de los cuerpos de las víctimas durante su entierro.

Por otra parte, se van a “estudiar las fallas sistémicas que pudieron llevar” al drama, indicó una fuente de la investigación. “Se estudiará en particular en la lógica del sistema de cierre de las puertas de las cabinas de pilotaje y en los procedimientos de acceso y de salida” de la misma, “así como los criterios susceptibles de detectar perfiles psicológicos particulares”.

Además, se están realizando trabajos de “sondeo en la tierra”, ante la posibilidad de que la caja negra que aún no ha sido encontrada “esté enterrada”. Los equipos deben “terminar el 8 de abril la labor de repatriación de los cuerpos y de las piezas importantes” del avión. “Después, una firma civil pagada por Lufthansa descontaminará la zona”, precisó la fuente.