En Francia, el Senado modificó una ley que castigaba a los clientes de la prostitución para penalizar, en cambio, a las prostitutas que atraigan clientes en la calle. El cambio en el articulado, que retrotrae la legislación en la materia a la situación de 2003 al retomar una ley impulsada por el entonces presidente Nicolas Sarkozy, fue aprobado el lunes por 162 votos a favor y 42 en contra, en una sesión que, además, sumó 125 abstenciones. En un comunicado oficial, la ministra de Asuntos Sociales, la Salud y los Derechos de las Mujeres, Marisol Touraine, lamentó el cambio que definió como “un retroceso para los derechos de las mujeres”. La ley, señaló, debía “proteger a las personas prostituidas y construir una sociedad en la que el dinero no permita más legitimar la violencia”. La asociación abolicionista Mouvement Du Nid, que promovía la penalización del cliente y lucha “contra el sistema prostituyente”, calificó el cambio de “machista”, además de “reaccionario, deshonroso e irresponsable”. La ley todavía debe regresar a la Asamblea, equivalente a la Cámara de Diputados, que debatirá si aprueba o no el cambio.

La ley de lucha contra la trata de seres humanos para explotación sexual, contra el proxenetismo y para el acompañamiento de las personas prostituidas tuvo una primera versión aprobada a fines de 2013 por la Asamblea. En ese texto, originalmente propuesto por diputados socialistas, ofrecer sexo en la calle no era considerado delito y sí lo era pagar por relaciones sexuales, algo que conllevaba una multa de 1500 euros. En cambio, en el Senado, el voto mayoritario de partidos de la derecha retrotrajo el marco legal al punto de partida. “La penalización de los clientes comportaba más riesgos que beneficios. Era, por lo tanto, lógico restablecer el delito de ofrecimiento callejero”, aseguró Jean-Pierre Vial, senador del partido de centro UMP que preside la comisión especial sobre la lucha contra el sistema prostituyente.

La cuestión de penalizar o no al cliente es el eje del debate. Fue una decisión “inverosímil y regresiva”, dijo la ministra Touraine. Considerar delito a la oferta callejera de sexo “considera culpables (a las personas que se prostituyen) en lugar de reconocerlas como víctimas. Constituye un obstáculo mayor para su acompañamiento por las asociaciones especializadas. La eliminación de medidas de responsabilización de los clientes nos priva de una herramienta mayor para hacer retroceder la demanda y, por tanto, la prostitución”, agregó la funcionaria, quien se manifestó “claramente” a favor de que la Asamblea vuelva a modificar la ley para restaurar lo que el Senado deshizo.

De acuerdo con el sistema legal francés, en caso de que la Asamblea, efectivamente, rechace la modificación del Senado, son los diputados quienes tendrán la última palabra. La ministra Touraine pidió “reconocer la prostitución como una violencia, responsabilizar a los clientes que alimentan financieramente el sistema prostituyente y proponer a las personas prostituidas que lo deseen un camino de salida de la prostitución, asociado a derechos sociales nuevos”.

El sábado de la semana pasada, alrededor de 200 prostitutas callejeras, muchas de ellas con máscaras sobre el rostro, y activistas de asociaciones como Médicos del Mundo, Sindicato del Trabajo Sexual, Act-up, Aides y Mouvement du Nid (a favor de criminalizar al cliente), marcharon entre la plaza Pigalle y el barrio Belleville, zonas en las que se concentra la oferta sexual parisina. Con pancartas y cánticos, algunos asistentes reclamaban para que quede sin efecto la penalización de los clientes, pero también para que no se restaure la criminalización de la prostitución; otros pedían que se mantuviera la penalización del cliente. De acuerdo con France Info, en la manifestación también participaron algunos clientes.

En el acto, la portavoz del Sindicato del Trabajo Sexual, Morgane Merteuil, aseguró que “el mismo debate ya precarizó a las prostitutas, porque los clientes son cada vez menos”. La presidenta de una asociación de prostitutas chinas, Aying, aseguró a la prensa francesa que su organización está “en contra de la penalización de los clientes y de considerar delito la oferta callejera”. “Hay una enorme disparidad ente el objetivo buscado, de luchar contra las redes, y la manera en que resulta aplicada sobre el terreno por la policía. El solo hecho de estar en la calle es interpretado como ofrecimiento de sexo”, agregó. La senadora Esther Benbassa, que también participó de la manifestación, señaló que “hay que atacar a las mafias, no a estas mujeres”, y criticó la legislación por pretender “dar a nuestra sociedad un barniz de buenas costumbres”.

De acuerdo con relevamientos de las propias organizaciones de prostitutas, la mayoría de quienes viven de cobrar por sexo son chicas y trans de distintos países sudamericanos.

En la misma sesión en que se modificó la ley sobre oferta sexual callejera, el Senado francés introdujo otra enmienda para que sea posible bloquear sitios web de oferta de prostitución sin necesidad de autorización judicial. El cambio, que no contaba con el aval del gobierno, extendería el alcance de la ley al terreno de lo digital en materia de “bloqueo administrativo”, que hasta ahora, en virtud de la ley antiterrorista francesa, sólo alcanza a sitios que hacen apología del terrorismo. Hace dos semanas, se realizaron los primeros bloqueos a webs, a pedido del Ministerio del Interior. La intervención del Senado sobre sitios pornográficos también debe ser sometida a debate en la Asamblea.