SOCIEDAD › UNOS CUATRO MIL PUESTOS PARALELOS A LA SALADA FUERON ARRASADOS POR LA POLICíA
Eran puestos levantados desde noviembre al costado del predio ferial de La Salada, en Lomas de Zamora. Un juez había ordenado desalojarlos porque ocupaban el espacio público del Camino de la Ribera. Grúas, topadoras y camiones demolieron todas las instalaciones.
Varios miles de puestos de venta callejera, levantados al costado del predio ferial de La Salada, en Lomas de Zamora, quedaron hechos un tendal de caños destruidos luego de que la Policía Bonaerense les pasara por encima desde las seis de la mañana con grúas, topadoras y camiones. Los vendedores se instalaron en noviembre del año pasado en el Camino de la Ribera. Desde la Municipalidad aclararon que los puesteros fueron avisados del desalojo y pudieron sacar sus cosas antes de la llegada de las máquinas.
“Unos cuatro mil puestos, unas jaulitas de un metro cuadrado cada una, fueron desalojados por orden del juzgado de Morón para despejar la zona de la ribera del Riachuelo”, explicó Enrique “Quique” Antequera, administrador de una de las tres ferias que integran La Salada.
Los desalojados habían levantado una feria paralela en los alrededores del complejo comercial, integrado por las ferias Urkupiña, Punta Mogotes y Ocean, que suman entre las tres unas 10.000 bocas de expendio, cifra que se triplica con los puestos de las adyacencias.
Unos 600 policías, entre efectivos de la Caballería y la Infantería, apoyados con máquinas viales, participaron del operativo que desde la madrugada levantó y destruyó los esqueletos de los stands emplazados a lo largo de unas 30 cuadras, a la vera del Riachuelo.
El desalojo respondió a un fallo judicial por la ocupación de la vía pública que se impulsó desde la Municipalidad de Lomas de Zamora. Los puesteros habían sido notificados con anticipación, por lo que los locales de venta estaban vacíos de mercadería y no hubo enfrentamientos durante el desalojo.
El intendente municipal, Martín Insaurralde, explicó que Lomas de Zamora “fue el primer municipio” que dio cumplimiento al llamado “fallo Mendoza” de la Corte Suprema de Justicia, que ordenó la liberación de las márgenes del Riachuelo hasta una distancia de 35 metros. En el caso de la zona cercana a La Salada fue construida una calle ribereña, parte de la cual “era ocupada” por los puestos, según dijo Insaurralde.
Las márgenes de la cuenca Matanza-Riachuelo son objeto de trabajos intensos por parte de los municipios, que en coordinación con la Autoridad de la Cuenca (Acumar) operan en la limpieza y preservación de las riberas norte y sur. Voceros de Acumar aclararon que el organismo que nuclea a funcionarios y proyectos de diferentes distritos del conurbano y la ciudad “no tuvo nada que ver” con el desalojo.
Jorge Castillo, administrador de Punta Mogotes, una de las ferias que integran el complejo La Salada, dijo que los puestos desalojados “están fuera del predio” y señaló que la vía pública “no tiene dueño, por eso se instalan allí ilegalmente”.
“Es la parte informal de La Salada”, indicó y dijo que los puestos desalojados “no pertenecen a las ferias grandes que están habilitadas y tributan, son los famosos manteros que van y se ponen en la calle”. “Desde noviembre pasado han tomado la ribera y de las dos manos que tiene han ocupado una”, aseguró.
Asimismo, vinculó a “barrabravas” con el accionar ilegal en ese lugar por afuera del predio La Salada. En tanto, las personas desalojadas denunciaron que pagaban unos 500 pesos por día para alquilar esos puestos callejeros en el Camino de la Ribera y advirtieron que volverán a instalarse en la zona como “manteros”.
El presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires, Raúl Lamacchia, consideró “sumamente positivo” el operativo para desalojar los puestos ilegales en la margen del Riachuelo. Lamacchia exigió también “la normalización de los puestos en el interior de La Salada”, predio al que definió como “emblema mundial de la ilegalidad”. La Salada recibe miles de visitantes y mueve cifras millonarias en mercadería. En La Salada se estima que se facturan en total unos 9 millones de dólares por semana.
Por su parte, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) afirmó que el desalojo “constituye un primer paso positivo para erradicar este flagelo que azota al comercio legal y organizado”. Indicó que en la feria, “además de vender mercadería ilícita, lo hacen en condiciones que violan todas las normas de salubridad”.
La Salada es un complejo ferial que desde sus orígenes fue evolucionando hasta convertirse en un enorme conglomerado humano y económico, que basa su funcionamiento en la comercialización de productos textiles.
Los orígenes de la feria datan de 1991, cuando un grupo de personas se instaló en el barrio lomense de Ingeniero Budge en los terrenos que hasta fines de la década del ’70 estuvieron ocupados por los balnearios salobres de La Salada y Punta Mogotes.
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