SOCIEDAD › MASIVA MARCHA POR LA DESPENALIZACION DEL USO Y CULTIVO DE LA MARIHUANA
Con humor y fumatas “pacíficas y sanas” se repitió lo que ya es una tradición internacional desde 1999. La marcha se vio en veinte ciudades del país y en muchas del mundo, pidiendo cambios a las leyes de drogas.
› Por Carlos Rodríguez
Como todos los años desde 1999, cada vez con mayor fervor y alegría compartida, miles de personas de todas las edades, incluyendo familias enteras –desde los abuelos a los nietos–, marcharon ayer por las calles de Buenos Aires y otras veinte ciudades del país, y varias del mundo, para reclamar “el fin de la penalización de los que consumen y cultivan marihuana”. Los que piden la derogación de la Ley de Drogas 23.737 porque “sólo sirve para perseguir al consumidor y a los que la cultivan, mientras siguen libres los narcotraficantes”, según se repitió decenas de veces desde el palco ubicado de espaldas al Congreso Nacional, en el final de la manifestación, se reunieron desde el mediodía frente a la Casa Rosada. En la histórica Plaza de Mayo armaron una feria abierta donde se instalaron puestos de venta y exhibición de productos derivados del cannabis, todo coronado con una gran fumata “pública, pacífica y saludable”, según le dijo a Página/12 José Luis, un “veterano de la guerra por el fumo libre”.
José Luis recordó algunos hitos de su vida “como cuando íbamos al cine Metro, en la trasnoche del viernes, a ver La canción es la misma, la película de Led Zeppelin, para fumar a escondidas en el baño o en las Marchas de la Resistencia, bajo el amparo de las Madres de Plaza de Mayo”. Recuerda que incluso “había gays y parejas lesbianas tomados de la mano y besándose, bajo el paraguas que abrían las viejas de la Plaza”. Hoy puede mostrarse a pleno, junto con algunos de sus hijos y sus nietos “porque tenemos un poco de libertad, pero todavía la policía y los jueces no lo entienden del todo”, se queja, mientras fuma y convida.
En ese marco de reclamo a los jueces y a los políticos, Patricio del Corro, del Frente de Izquierda (FIT), expresó el apoyo de su agrupación a “la derogación plena de la actual Ley de Drogas porque el único objetivo que tiene es el de criminalizar a la juventud”. Del Corro sostuvo que el camino a seguir debe ser la realización de “una consulta popular para poder avanzar en una legalización que debe ser acompañada por el monopolio de la producción en manos del Estado, de modo que no sean los narcos los que se legalicen a partir de la derogación y que el negocio tampoco caiga en manos de nuevos empresarios que sólo se interesen por las ganancias. Es el Estado el que debe regularizar la producción”.
Propició, además, que “los ingresos que se produzcan deben ser utilizados para financiar políticas de salud y tratamiento de adicciones, además de velar por la calidad del producto”. Las palabras de Del Corro coincidieron plenamente con la línea que se marcaba desde los organizadores de la Marcha de la Marihuana. Desde el palco se dijo que “todo lo que se gasta hoy en armar grupos especiales para perseguir a los consumidores de marihuana y a los cultivadores podría ser usado para los cuidados paliativos de los adictos a drogas como la cocaíana, el paco y otras sustancias que sí dañan la salud”.
Una vez más, miles de personas participaron de una manifestación que año a año viene creciendo en cuando al número de asistentes. Desde el palco oficial se estimó que desde la Casa de Gobierno al Congreso, por la Avenida de Mayo, marcharon “unas 150 mil personas”. Sebastián Basalo, director de la revista THC, de cultura cannábica, sostuvo que en la Argentina “una persona es detenida cada hora por consumo personal, situación que tiene un fuerte impacto porque nadie es capaz de acercarse desde el vamos a pedir ayuda si te criminalizan”.
Basalo, que también es integrante del Centro de Estudios de la Cultura Cannábica (CECCa), aseguró que la persecución del consumidor es “un problema muy serio porque involucra el desconocimiento de derechos a un porcentaje importante de la población”. En la marcha se recordó que la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) informó que durante 2012 se abrieron 9414 causas por tenencia para consumo personal, figura penal que está incluída en el artículo 14, párrafo segundo, de la Ley 23.737. En ciudades como Mendoza, Córdoba y Resistencia, las causas por consumo personal superar el 50 por ciento del total de los procesos abiertos.
En la marcha se hizo mención, como ejemplos de la persecución contra los consumidores, los casos de Carlos Núñez, un joven que lleva un año preso por tener en su casa cinco plantas de marihuana; o los casos de Fernando C., que lleva dos años en prisión por consumo personal, o Rosendo, otro joven de Moreno, que está detenido por la misma causa desde hace un año y dos meses. En el caso de Núñez, se precisó que fue condenado a cuatro años de prisión efectiva. “Por eso, desde nuestro lugar, tenemos que exigirle a la policía, a los políticos y a los jueces, que dejen de perseguir a nuestros pibes, que no son delincuentes y que se ocupen de ponerle fin al narcotráfico y a los narcotraficantes”.
Basalo insistió en que “cuando se piensa en el consumo como algo problemático, la única solución que ofrece el Estado es mandarte preso y esto es algo que no puede seguir sucediendo en un país que es referente en derechos humanos, que ha metido presos a cientos de genocidas, que ha ampliado derechos como el matrimonio igualitario o la ley de identidad de género”. En el acto se aseguró que “es mentira que en Uruguay se haya frenado la liberación de la marihuana, que está yendo cada vez mejor, y es una vergüenza que Argentina tenga una legislación más retrógrada que países como Chile o Brasil”.
Uno de los puntos centrales de la manifestación tuvo que ver con “el uso medicinal de la marihuana, porque existe cada vez más consenso médico acerca de los beneficios que genera para el tratamiento de algunas enfermedades específicas”. Matías Faray, de la Agrupación Cannabicultores del Oeste (ACO), afirmó que “la prohibición del autocultivo tiene muchas implicancias, entre ellas, una que te obliga a entrar en contacto con el narcotráfico si querés consumir”. Recalcó que el que tiene su planta en casa “no tiene necesidad de ponerse en contacto con un dealer que te puede ofrecer otras drogas peligrosas”.
Faray señaló que “despenalizar el consumo no es legalizar, es dejar de meter a las personas en la cárcel por una elección personal de consumo, y si se tiene un problema con este consumo el Estado debe asistir, no encarcelar. Además pedimos regular y esto es algo que pondría un freno al verdadero delito que es el narcotráfico”. A lo largo de la marcha se levantaron las tradicionales banderas con los colores que identifican a Jamaica y a Bob Marley, y también se usó el humor para tomarles el pelo a algunas corrientes políticas que ponen a la “inseguridar y a la drogadicción” en el centro del debate político.
Una de las pancartas reinvindicaba al Frente Re... Fumador.
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