SOCIEDAD › EL COPILOTO LUBITZ ENSAYO LA MANIOBRA ANTES DE CHOCAR EL AVION
En un vuelo previo al que resultó fatal, el responsable de estrellar el avión de Germanwings contra los Alpes franceses aprovechó momentos de soledad en la cabina para regular el piloto automático a altitudes menores de las debidas.
El copiloto de Germanwings que el 24 de marzo estrelló un avión en los Alpes franceses había ensayado la misma maniobra de descenso en el vuelo de ida, según un informe de la Oficina de Investigaciones y Análisis de la aviación civil francesa (BEA). Los expertos determinaron que el copiloto Andreas Lubitz, de 27 años, había establecido el piloto automático a una altitud menor de lo previsto, en varias ocasiones, durante el vuelo de ida de Düsseldorf a Barcelona, según el informe provisional que los investigadores franceses presentaron ayer en París. En el vuelo de regreso, Lubitz estrelló el avión contra las montañas con 150 personas a bordo. La información fue dada a conocer por el director de la BEA, Rémi Jouty. El informe precisó que “en el vuelo precedente al del accidente”, y durante el descenso, se registraron “varias selecciones de altitud hacia 100 pies mientras el copiloto estuvo solo en la cabina de mando”. Estas manipulaciones, por encima de lo que es necesario, fueron efectuadas después de que “los controladores aéreos le habían dado la orden de descenso” y “no tuvieron ningún efecto sensible” en ese vuelo de ida, confirmó Jouty.
Según el informe, en el vuelo de vuelta, que terminó en tragedia, el copiloto, “de manera intencionada, modificó las instrucciones del piloto automático para hacer descender la aeronave hasta que impactase con el terreno”. La investigación señala que el vuelo que despegó a las 9 hora local transcurría con normalidad y que 15 minutos después del despegue, Lubitz tuvo tiempo para comer. Hacia las 9.30 el capitán salió de la cabina para ir al baño, y la altitud de vuelo seleccionada cambió “en un segundo”, pasando de 38.000 pies (11.600 metros) a 100 pies, cota mínima para el modelo A320. La velocidad aumentó, pero de manera gradual.
“Durante el descenso del vuelo del accidente, el centro de control de Marsella llamó a la tripulación de vuelo en once ocasiones en tres frecuencias distintas, sin que se transmitiera ninguna respuesta”, señaló el informe. Las autoridades militares francesas también intentaron contactar con el vuelo en tres ocasiones, sin obtener ningún tipo de respuesta. El copiloto “no abrió la puerta de la cabina de mando durante el descenso, a pesar de las solicitudes de acceso realizadas a través del teclado numérico, el interfono de cabina y las comunicaciones de radio”, afirmaron las autoridades aeronáuticas.
Andreas Lubitz manipuló el piloto automático para aumentar la velocidad del avión, con el objetivo de “hacerlo descender más rápido”, afirmó Jouty. Desde el punto de vista médico, la investigación estableció que Lubitz había obtenido la autorización para volar en abril de 2008 en el Centro de Entrenamiento para Pilotos de Lufthansa, casa matriz de Germanwings.
El informe señala que en noviembre el piloto tuvo que interrumpir su formación por “motivos médicos”, y en julio de 2009 obtuvo un nuevo permiso con “restricciones especiales”. En las conclusiones del informe, la BEA también afirma que va a revisar “los compromisos que se hicieron entre los requerimientos de protección, específicamente aquellos que siguieron a los ataques del 11 de septiembre de 2001” con respecto al bloqueo de las puertas de las cabinas.
Contactada por la agencia AFP, la firma Lufthansa declinó hacer comentarios sobre las novedades difundidas por la BEA, que en su informe definitivo, esperado para dentro de un año, va a analizar los fallos sistémicos que condujeron al accidente, específicamente el equilibrio entre el secreto médico y la seguridad.
Por su parte, la agencia DPA confirmó que Lubitz tenía limitaciones médicas en su licencia de vuelo, por parte de los profesionales que examinaron su historial. Precisó que en abril de 2009, el Centro de Medicina Aeronáutica de Lufthansa se negó en dos ocasiones a revalidar su certificado de aptitud después de que sufriera una depresión que era tratada con medicación.
En julio de 2009, cuando se le concedió un nuevo certificado, el documento incluía “Specific medical examinations”, una indicación que establece que los médicos deben contactar con las autoridades de la compañía antes de realizar los controles de aptitud regulares. El objetivo es que el examinador sea informado de la historia médica antes de proceder con la evaluación.
“Estamos en una situación en la que se tenía conocimiento de un problema médico, éste fue investigado y se tomó una decisión al respecto”, explicó el director de la oficina de investigación francesa, Rémi Jouty. Según DPA, desde julio de 2009, Lubitz obtuvo cada año un certificado que especificaba esas restricciones especiales. El último lo obtuvo el 28 de julio de 2014 y tenía validez hasta el 14 de agosto de 2015.
En Alemania, el caso generó una gran polémica acerca de las políticas de privacidad, teniendo en cuenta que la empresa de aviación no habría tenido la información precisa y necesaria sobre las restricciones médicas que pesaban sobre Lubitz. Las autoridades francesas analizan los límites entre “la privacidad médica y la seguridad aérea”.
Las cajas negras confirmaron que Lubitz actuó en forma premeditada en el momento del desenlace. Según Jouty, “se puede deducir que actuaba conscientemente y que todas sus acciones tenían el mismo objetivo, estrellar el avión”.
Poco antes del choque el copiloto movió ligeramente el volante del avión, aunque esa operación no fue lo suficientemente firme como para desactivar el piloto automático. Los investigadores no hicieron ningún tipo de especulación respecto de esa maniobra en particular.
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