El gobierno de Misiones investiga a una yerbatera para determinar sus responsabilidades en el fallecimiento de un tarefero de 17 años, ocurrido la semana pasada en San Vicente. Un camión que cargaba hoja verde para yerba mate dio marcha atrás por error, derribó un poste de energía eléctrica y uno de los cables dio en el joven guaraní, que murió electrocutado. Dos compañeros del muchacho, también menores de edad, resultaron heridos y permanecen internados con pronóstico reservado. “Estamos investigando a la yerbatera porque podría haber cometido el delito de trata de personas con fines laborales”, aseguró a Página/12 Edmundo Soria Vieta, ministro de Derechos Humanos de Misiones.

El jueves pasado, alrededor de las 10.45, Rolando Fabio Rodríguez, oriundo de Fracrán, un pueblo que se encuentra a unos 40 kilómetros de San Vicente, murió electrocutado, mientras cortaba y recolectaba hoja verde en un yerbal de Picada Santa Rosa.

El titular del Ministerio de Derechos Humanos contó a este diario que “el camión donde ponen las hojas, por una mala maniobra, dio marcha atrás y se llevó por delante un poste de electricidad. El cable les pegó chicotazos a tres chicos que tenían más o menos la misma edad. Uno de ellos perdió la vida, lamentablemente”.

La tragedia disparó la investigación, que fue iniciada por el gobierno provincial de oficio “porque no hubo denuncias”, según indicó Soria Vieta. “Buscamos que se aplique la ley que prohíbe el transporte de personas en este tipo de vehículos, que son inseguros y que siempre ponen en riesgo la vida de los trabajadores”, agregó.

En Misiones, los controles se intensificaron tras un accidente ocurrido en 2013, cuando, tras el vuelco de un camión cargado con bolsas de hojas de yerba mate, murieron siete personas. Para erradicar la costumbre de trasladar a los tareferos en las cajas de los camiones, el gobierno misionero compró 50 unidades, usadas, de colectivos de transporte urbano para distribuir entre las yerbateras y evitar que persistan en esa tradición. Sin embargo, muchos establecimientos continúan infringiendo la ley y exponiendo a sus empleados temporales a los peligros del transporte ilegal e inseguro.

El ministro Soria Vieta advirtió que “la investigación es compleja”, porque si bien ya se determinó quién es el propietario del yerbal donde se produjo el accidente, “la tarea de recolección de la hoja verde siempre se terceriza a cuadrillas de tareferos. Eso es lo que la Justicia debe investigar para determinar el grado de responsabilidad de cada una de las partes”.

“Más allá de la responsabilidad penal, podemos anticipar que estamos en presencia de un caso de explotación laboral y de trata de personas, porque las primeras averiguaciones nos indican que el joven fallecido trabajaba en ese yerbal desde que tenía 12 años y eso está penado por la ley”, resaltó el ministro. El funcionario también consideró que “por las características de los delitos detectados hasta aquí, cabe hacer denuncias en el ámbito del fuero Federal”.

El ministro Soria Vieta estuvo en contacto con Osvaldo Rodríguez, hermano de la víctima, quien manifestó que trabajó varios años para la misma yerbatera. “Siempre estuve en negro, nunca pude lograr que me blanqueen”, denunció el joven guaraní.

El ministro comentó que “de acuerdo con lo que me comentó el hermano de la víctima, el contratista es de la zona y siempre recluta chicos que quieren tarefear. Por lo general, la lógica de estos empresarios es la misma: los discriminan, les pagan una miseria, están en negro y los llevan a campamentos sin agua potable ni un lugar para dormir seguro e higiénico. Tenemos que investigar si es el caso de este patrón”.

El delegado de la Unión de Trabajadores Rurales y Estribadores (Uatre) en Misiones, Carmelo Rojas, lamentó la muerte del joven y advirtió que “el propietario (del establecimiento) es un conocido cuadrillero de la zona, de apellido Seinger, que opera todos los años en las mismas condiciones”.

Además, aseguró que desde hace años denuncian estas situaciones de explotación laboral y solicitan acciones coordinadas con el estado misionero y el nacional para controlar a las empresas yerbateras, “no sólo porque (los trabajadores) son trasladados de manera irregular, sino porque siguen existiendo campamentos infrahumanos durante la cosecha”.

El Sindicato de Tareferos (Sitaja) también repudió el hecho y se solidarizó con las familias de las víctimas. “Los tres compañeros accidentados eran menores de edad y trabajaban en negro, lo cual muestra el desinterés por parte de algunos contratistas de acatar las leyes laborales vigentes”, sostuvo Antenor Alvez, secretario general del sindicato.

Informe: Gonzalo Olaberría.