Compañeros de Vanesa Orieta, la hermana de Luciano Arruga –el joven detenido ilegalmente y desaparecido en el año 2009– denunciaron que apareció incendiado en la puerta de la casa de la joven el auto Regatta que compartía con su pareja. Desde el colectivo denunciaron intimidaciones y alertaron que el peligro que corren “se convirtió en cotidiano, y también las amenazas” a su integridad.

“Estamos una vez más en la penosa situación de tener que volver a denunciar que todas nuestras vidas corren peligro. El hostigamiento no se detiene”, expresaron desde el grupo a través de las redes sociales.

Según contó a este diario Rosaura, compañera de Vanesa, la joven “amaneció el 7 de junio con los bomberos trabajando en la entrada de su casa”. Allí, Vanesa descubrió que lo que “intentaban apagar era el auto que compartía con su pareja que había sido prendido fuego en la puerta de su casa” durante la madrugada.

Rosaura expresó que “luego de reunirnos durante varios días, llegamos a la conclusión de que este ataque se suma a montones de amenazas que venimos recibiendo por parte de la Policía Bonaerense” y decidieron “denunciarlas por precaución”. La joven advirtió que quienes buscan esclarecer el caso de Luciano (entre muchos otros) se encuentran “en grave peligro” porque se enfrentan “a un aparato que cuenta con una red de protección que nos amenazó y amenaza en numerosas ocasiones”.

La joven alertó sobre la necesidad de que “se hagan públicas estas amenazas que recibimos porque el contexto electoral genera que estas situaciones se vean acalladas y necesitamos protección”.

Desde el colectivo hicieron un pedido a “todos los funcionarios del Poder Ejecutivo que nos recibieron en estos seis años y medio” en el cual les expresaron que necesitan “protección. Nos negamos a cambiar nuestra identidad y mudarnos a pueblos recónditos para que el Estado se haga cargo de que nuestra vida corre peligro. Nos negamos a aceptar la custodia de las fuerzas de seguridad: ellas son las que nos persiguen”.

Además, manifestaron su voluntad de “seguir luchando. Integrantes del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación fueron claros: la seguridad no se negocia. No vamos a negociar la seguridad, porque no negociamos a Luciano, ni a su memoria, ni a su historia, ni a la lucha, ni a ningún pibe. Exigimos la seguridad para toda la familia y los amigos de Luciano Arruga”.

En el comunicado de denuncia, se identificaron como “una familia que lucha por la justicia para Luciano Arruga y todos los jóvenes que la policía secuestra, tortura, mata y desaparece” y según expresaron, “todos esos años nos han permitido dimensionar los alcances de esta mafia estatal organizada y protegida por los poderes más grandes”.