SOCIEDAD › EL GOBIERNO PORTEñO BUSCA PRIVATIZAR EL BUENOS AIRES DESIGN, ENTRE OTROS PREDIOS
El jefe de Gobierno envió a la Legislatura un paquete de proyectos para vender varios espacios ahora públicos. El más importante es el Buenos Aires Design, en Recoleta, actualmente concesionado. La ola privatista afecta también al Autódromo y tres espacios deportivos.
› Por Carlos Rodríguez
“Carlos Menem fue un reconstructor del país”, afirmó hace unos años Mauricio Macri, al elogiar la política de privatizaciones de los años ’90 en Almorzando con Mirtha Legrand. Fiel a sus principios, meses antes de dejar su cargo como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Macri acaba de enviar a la Legislatura “una serie de proyectos de ley en los que deja en evidencia su intención de imponer un paquete de privatizaciones sobre espacios que le pertenecen al Estado porteño”, denunciaron en forma coincidente los diputados José Cruz Campagnoli, de Nuevo Encuentro, y Adrián Camps, del Partido Socialista Auténtico. Uno de los casos es el de Buenos Aires Design, en Recoleta, que ya está en manos privadas, a partir de una concesión cuyo tratamiento no pasó por la Legislatura, pero ahora lo que se propicia es la subasta pública del multiespacio. Otros proyectos involucran al Autódromo de la Ciudad y a tres espacios deportivos destinados a los jóvenes y que hoy son gratuitos.
En declaraciones a Página/12, Campagnoli recordó que “Macri, con vistas a las elecciones presidenciales, había dicho que iba a preservar empresas públicas como Aerolíneas, pero en estos últimos días volvió a exhibir su verdadera cara al lanzar esta ola privatizadora que incluye la venta de Buenos Aires Design y la privatización encubierta del Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires”. El legislador consideró que el paquete enviado a la Legislatura “constituye una muestra acabada de macrismo explícito”.
El diputado Adrián Camps, por su parte, rechazó el remate de Buenos Aires Design porque se trata de “un nuevo intento de beneficiar a sectores privados mediante la transferencia de bienes públicos”. Agregó que lo que busca Macri es “justificar esa enajenación aduciendo que el predio es innecesario para la gestión de la Ciudad y que los recursos obtenidos se emplearán en la construcción de un predio judicial en la zona sur, pero todo eso es mentira”. Recordó que Buenos Aires Design “forma parte indivisible del Centro Cultural Recoleta y, de ser necesario, algunos de sus locales podrían alquilarse para financiar actividades culturales”.
Buenos Aires Design es una concesión asignada, hace más de dos décadas, por el ex intendente Carlos Grosso. La concesionaria Emprendimientos Recoleta SA logró que Macri le renovara el permiso por cuatro años y 364 días, a partir de 2013. Campagnoli explicó que “si lo hacía por cinco años (un día más del plazo fijado), el procedimiento tenía que ser aprobado por la Legislatura”. Desde 2010, Emprendimientos Recoleta SA paga un canon irrisorio de 42.353 pesos mensuales por la explotación de 70 locales, 174 cocheras y dos centros de convenciones.
Ahora, el Ejecutivo porteño envió a la Legislatura un proyecto de ley para vender directamente el Buenos Aires Design. La iniciativa, que será tratada en el recinto este jueves, declara al predio “innecesario para la gestión del Gobierno”. Eso le permite venderlo en subasta pública.
El artículo cuarto del proyecto estipula que los fondos obtenidos serán destinados al cumplimiento de los fines de la ley 4.481, que autoriza al Consejo de la Magistratura, al Ministerio Público de Defensa y al Poder Ejecutivo, a la venta de un listado de inmuebles, con el objetivo de financiar la compra de un predio para la Ciudad Judicial porteña. En ese listado de inmuebles no figura el Buenos Aires Design.
Macri abrió también los procesos licitatorios para otorgar permisos de uso sobre los inmuebles de Costanera Norte, que desde hace años están en manos de privados (Siga la Vaca, Gardiner, Tequila, Pizza Banana, entre otros), y que quedaron en manos de las mismas firmas. Se cree que Buenos Aires Design terminará en poder de la misma empresa beneficiada con una concesión a un precio irrisorio, mientras percibía ganancias exorbitantes.
Otro de los proyectos involucra al Autódromo de la Ciudad. El proyecto habla de desarrollar un Plan Integral Deportivo y Comercial mediante la creación de un fideicomiso mixto entre empresas privadas y el gobierno. El contrato propuesto es por 30 años. Lo que se busca es reemplazar la concesión del autódromo, que implica hoy el pago de un canon al gobierno y pasar a la figura del fideicomiso compartido con inversores privados que gestionarán el lugar y gozarán de exenciones impositivas.
La tercera pata privatizadora incluye espacios sociales y deportivos. Días atrás, el PRO tuvo que suspender tres concesiones que iba a otorgar en espacios pertenecientes al Gobierno, recurriendo otra vez a la maniobra de otorgar permisos por un plazo de cuatro años y 364 días para que no sea necesaria la aprobación de la Legislatura. Se trata del Polideportivo Ermindo Onega de Villa Devoto, el Polideportivo Colegiales, donde se otorgaba a privados la explotación comercial de canchas de fútbol, y del estadio de rugby para 10 mil personas por construir en Parque Sarmiento.
El macrismo no pudo concretar estas operaciones por la oposición de los vecinos, que se movilizaron y que reclamaron que se anule el decreto que habilita la explotación de espacios dentro de esos predios, para evitar futuros actos similares. Los tres casos fueron iniciativas del ministro de Desarrollo Económico, Francisco Cabrera. Campagnoli reclamó que “el Estado gestione esos predios y se encargue de generar mejores condiciones para que los pibes y pibas de la ciudad puedan desarrollar actividades deportivas y recreativas de calidad, en forma gratuita”.
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