La Santa Sede comunicó que el ex nuncio apostólico en República Dominicana Jozef Wesolowski, separado del cargo por acusaciones de abuso de menores, fue encontrado muerto ayer por causas naturales en el Vaticano. Las autoridades eclesiásticas aseguraron que se le realizará una autopsia. El religioso tenía 67 años y estaba imputado por presuntos abusos a menores en ese país caribeño y por posesión de pornografía infantil. El escándalo del ex nuncio fue descubierto en una investigación de la televisión dominicana y el juicio en su contra iba a comenzar en julio, pero fue pospuesto por tiempo indeterminado por una enfermedad del ex arzobispo polaco. El caso era el primero en el que un religioso de alto rango iba a ser juzgado en el propio Vaticano por abusos sexuales. Pero el juicio duró apenas siete minutos. La fiscalía de Varsovia investigaba de forma independiente las acusaciones contra el prelado.

“Esta mañana (por ayer), monseñor Jozef Wesolowski fue hallado muerto en su domicilio en el Vaticano”, anunciaron las autoridades eclesiásticas en un comunicado, en el que se hablaba de “causas naturales”. “Un franciscano del Colegio de Penitenciario lo halló muerto sentado en un sillón delante de la televisión prendida, a las 5 de la mañana”, aseguró Ciro Benedettini, vicedirector de la Oficina de Prensa del Vaticano.

El diplomático de 67 años sufría problemas de salud no especificados. Wesolowski fue internado en el hospital romano Gemelli en julio pasado, un día antes de la apertura de su juicio. Entonces hubo suspicacias en relación con un probable suicidio, ya que fuentes no oficiales aseguraron que el ex obispo fue hospitalizado tras ingerir una mezcla de medicamentos y alcohol. Wesolowski no aparecía en público desde que se supo que habría tenido relaciones sexuales pagadas con menores en un barrio de Santo Domingo. Según la página web Vatican Insider del diario La Stampa, Wesolowski abandonó el hospital el 17 de julio y regresó a su vivienda en el Palacio de Justicia del Vaticano.

La Congregación para la Doctrina de la Fe lo sancionó por estos actos en junio de 2014, y lo condenó a colgar los hábitos y volver al estado laico, la pena máxima para un prelado. Pero el papa Francisco también ordenó un juicio penal, toda una novedad en el Vaticano, por lo que Wesolowski fue detenido y puesto bajo arresto domiciliario en septiembre de 2014, a la espera de su juicio. A fines de ese año obtuvo una mayor libertad de movimiento en el interior del Estado vaticano por motivos de salud. Pero el 10 de julio fue ingresado en una sala de cuidados intensivos en Roma debido al empeoramiento de su estado. Un día después se inició su juicio en ausencia en el Vaticano.

El fiscal Gian Piero Milano comunicó por sorpresa que el imputado no estaba presente debido a su hospitalización, circunstancia que el abogado de oficio, Antonello Blasi, desconocía. El presidente del tribunal, Giuseppe Dalla Torre, pidió entonces la suspensión del proceso hasta que el imputado –bajo atención médica “por una grave baja de su presión arterial”– pudiera comparecer. De esta manera, el que iba a ser un juicio simbólico apenas duró siete minutos: lo que se tardó, el 11 de julio, en leer los cargos contra él, constatar la ausencia del acusado y posponer la audiencia de forma indefinida. Wesolowski era juzgado por actos pederastas con niños de entre 13 y 16 años en Santo Domingo, y por posesión y encubrimiento de “una cantidad importante” de fotografías de contenido pedófilo-pornográfico descargadas de Internet en la mismísima Santa Sede, por lo que el ex nuncio tuvo que volver del país caribeño en agosto de 2013 y, tras las imputaciones, se le retiró la dignidad de obispo, aunque él apeló la decisión.

Francisco pidió perdón por los escándalos de pedofilia en la Iglesia. Algunas asociaciones que luchan contra la pederastia siguen criticando la lentitud y el método con el que la Iglesia encara el problema. En julio, la asociación estadounidense de víctimas (SNAP) declaraba: “No es fiable que curas juzguen a curas”.

El polaco con título de arzobispo llegó como nuncio en 2008 a República Dominicana, donde la prensa local lo acusó en el verano de 2013 de acudir a menores prostituidos. En agosto de ese año fue llamado de urgencia por el Vaticano, que rechazó su extradición a Polonia en enero. El tribunal vaticano ya había albergado un célebre juicio en 2012, al juzgar al ex mayordomo del papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele, condenado por transmitir a la prensa documentos confidenciales, aunque luego fue indultado.

El proceso a Wesolowski –en el que pudo caberle una condena de entre seis y siete años de prisión, sin contar los agravantes– habría ilustrado la línea más dura del Vaticano para enfrentar el flagelo de los abusos pedófilos, sobre todo en el período de 1960-1980. Las revelaciones al respecto en los últimos quince años desacreditaron profundamente a la Iglesia. Tras la muerte de Wesolowski, la fiscalía estatal polaca archivará las investigaciones en su contra por abuso sexual: “Una vez muerto el sospechoso, congelaremos el proceso”, afirmó un portavoz en Varsovia.