SOCIEDAD › SENTENCIA POR LA DESAPARICION DE FACUNDO RIVERA ALEGRE
La Justicia consideró probado que uno de los acusados por la desaparición del joven, visto por última vez en febrero de 2012, es co-responsable de su asesinato. El principal sospechoso será juzgado como menor. Rivera Alegre nunca apareció.
› Por Carlos Rodríguez
La desaparición del joven Facundo Rivera Alegre, ocurrida el 12 de febrero de 2012, comenzó a resolverse a nivel judicial sólo en forma parcial con la condena a 11 años de prisión (se unificó en 12 años porque el imputado tenía otra causa pendiente) de Pablo Rearte, quien fue considerado coautor del homicidio. El caso, de todos modos, sigue teniendo varios puntos oscuros, uno de ellos el hecho de que el cuerpo de Rivera Alegre, de 19 años, sigue sin aparecer. En el mismo juicio, realizado en la ciudad de Córdoba, fue absuelto por el beneficio de la duda Marcelo Monje, de 35 años, empleado del cementerio municipal de la capital provincial, quien había llegado al juicio oral bajo el cargo de “encubrimiento agravado”, dado que se pensaba que había participado de la cremación ilegal del cadáver de la víctima, dato que todavía sigue siendo apenas una hipótesis que no ha podido ser confirmada durante el debate.
Los jueces de la Sala 11 de la Cámara del Crimen de Córdoba analizaron también la participación activa, en el crimen de Rivera Alegre, de un hermano del condenado Rearte, identificado sólo con la inicial de su nombre, K., porque era menor de edad al momento de ocurrido el hecho. Mientras el mayor de los Rearte fue condenado a 11 años como coautor por el “homicidio doblemente agravado por el uso de arma de fuego y la intervención de un menor de edad, en concurso ideal”, los jueces enviaron las actuaciones relacionadas con el joven identificado sólo por la inicial de su nombre para que la Justicia Penal Juvenil de la provincia determine si le corresponde alguna sanción. Los datos reunidos parecen señalar que el chico fue el autor material del hecho.
Los camaristas Susana Frascaroli, Graciela Bordoy de Pizzicari y Daniel Ferrer Vieyra entendieron que K. “tuvo participación activa en el delito agravado por el uso de arma de fuego”, pero no pudieron aplicarle ninguna pena porque la ley establece que, de corresponder, la que lo tiene que hacer es la Justicia Penal Juvenil. Un hecho poco frecuente de este caso es que la querella que representaba a Viviana Alegre, la madre de la víctima, solicitó la absolución de los dos imputados adultos, uno de los cuales fue condenado por pedido de la fiscalía, porque entiende que “hay una trama oculta que sigue sin revelarse y que involucraría a personal de la policía de la provincia”, según se insistió ayer al finalizar la audiencia.
Los jueces, como parte de la sentencia, le pidieron a la Fiscalía que “continúe con la investigación sobre la cremación del cuerpo” de Rivera Alegre y que se investigue el supuesto delito de “falso testimonio” que habría cometido el testigo Luciano Calderón, integrante de la banda de cuartetos de Damián Córdoba. Pidieron, además, que se remitan los antecedentes reunidos en el caso para que se investiguen a fondo todos los manejos relacionados con el tráfico de drogas que aparecieron a lo largo del debate, que había comenzado el martes 18.
La sentencia coincidió con lo que el fiscal del juicio, Diego Albornoz, había solicitado el lunes pasado en su alegato. Luego de la lectura del veredicto, los familiares del único condenado se manifestaron en contra de la condena al sostener que Pablo Rearte es “inocente”. Por su parte, Viviana Alegre, la madre de la víctima, le reclamó a los jueces y a los fiscales que “sigan buscando” los restos de su hijo y que “sigan investigando todos los puntos oscuros que todavía quedan por esclarecer”.
De acuerdo con la investigación, la hipótesis es que en la madrugada del 19 de febrero de 2012, Facundo Rivera Alegre fue enviado por uno de los integrantes de una banda de cuarteto a comprar drogas a la casa de la familia de la “Colela” Rearte, madre de los hermanos imputados en la causa, ubicada en el barrio Maldonado.
Se cree que en ese lugar se generó una discusión porque aparentemente “El Rubio del Pasaje”, como le decían a Facundo, habría pagado con un billete falso que le entregó alguno de los integrantes del cuarteto. Lo que se dio por corroborado es que, en la discusión, Pablo Rearte agarró a Facundo para inmovilizarlo y su hermano menor le disparó en la cabeza con una pistola. Los investigadores siempre sostuvieron que el cuerpo de Rivera Alegre fue trasladado luego al cementerio municipal y fue cremado en forma ilegal, motivo por el cual los familiares de la víctima insisten en que hubo colaboración de la policía o de alguna autoridad civil porque de otra manera esa alternativa “no sería posible”. Viviana Alegre recordó que la versión sobre la supuesta cremación surgió “un año y ocho meses después” de la desaparición de su hijo. Además de dudar sobre la responsabilidad de los hermanos Rearte, afirmó que “los que mataron a mi hijo no actuaron solos, alguien los tuvo que ayudar y tuvo que ser alguien importante”.
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