La partera y jefa de obstetricia del hospital de González Catán, Nilda Bomila Civale de Alvarez, fue condenada a siete años de prisión por sustraer, ocultar y suprimir la identidad de tres bebés entre 1969 y 1978. “Esta condena ayuda a que la Justicia argentina haga lo que no hizo hasta ahora: investigar las circunstancias y personas que rodearon nuestros nacimientos para que las víctimas podamos conocer nuestro origen”, dijo Clara Lis Pereyra, que era una de esas tres bebés traficadas y que, junto con otras dos víctimas, Patricia Uriondo y Andrea Belmonte, querelló a Civale. La partera, que hoy tiene 83 años, presenció el dictado de la sentencia tapada por una prenda para evitar ser retratada por las cámaras.

La condena original, dictada en 2012, era de 11 años, pero ayer fue reducida a siete porque la Cámara de Casación consideró prescripto el delito de falsificación de instrumento público. El fallo, de todos modos, resulta un antecedente importante en la jurisprudencia, porque castiga el robo y la venta de bebés cometidos en un contexto completamente ajeno al de los delitos de lesa humanidad. Sin embargo, las querellantes no descartan que algunas de las víctimas del tráfico sean hijos de desaparecidos.

Pereyra nació en 1978, Uriondo y Belmonte, en 1969. Ninguna de las tres tiene pistas acerca de cuáles fueron sus familias biológicas. En 2010, la Corte Suprema ordenó al tribunal de primera instancia que remediara esa falta de información. Le indicó que “busque a nuestras familias biológicas, pero esos jueces no dispusieron ni una diligencia en esa dirección”, reclamó Pereyra, quien señaló que “la verdadera justicia llegará para nosotras cuando nos podamos reencontrar con nuestro origen”. Durante el juicio, las tres víctimas fueron patrocinadas por Gerardo Etcheverry y Martín Ramírez, abogados de la Defensoría General de la Nación.

La querellante Pereyra adelantó, además, que ella y las otras víctimas que son parte del proceso reclamarán en instancias internacionales. “Iremos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que acepte este reclamo”, dijo. “Necesitamos que la Justicia investigue, se promueva un banco de datos genéticos para estos casos, y que nuestras madres se animen y nos busquen, rompan los pactos de silencio y sepan que las estamos esperando”.

Durante la investigación y el proceso para poder llevar a juicio la partera Civale, las mujeres fueron contactadas por Marta Isabel Pérez, quien ahora tiene 61 años pero que, a los 15, dio a luz con asistencia de esa partera y accedió a que su hijo fuera ingresado en ese circuito de trata.”Yo soy una de esas chicas que por distintos motivos dejaron que le sacaran a su hijo”, contó, y pidió que otras mujeres en su situación se animen a romper el silencio. “Anímense, no tengan miedo, estas mujeres y hombres que hoy son jóvenes nos están buscando hace años. No duden en acercarse. Nos esperan”, dijo. Pérez se presentó como querellante en un nuevo juicio que la partera Civale afrontará este año.

Entre 1966 y 1979, Civale fue partera en consultorios de Ramos Mejía y jefa de obstetricia del hospital de González Catán.